Estudiantes de la Universidad de Georgetown, Washington (EE.UU.), acordaron en referéndum celebrado el 11 de abril de 2019 crear un fondo para compensar a los descendientes de esclavos que fueron vendidos por el centro escolar en 1838.
Tras votación, los alumnos acordaron aportar una cuota de 27.20 dólares por semestre en memoria de los 272 esclavos vendidos por la Universidad de Georgetown en el año 1838 para evitar la bancarrota, informa TeleSur.
El dinero recolectado, que se estima supere los 400 000 dólares, será destinado a financiar proyectos en comunidades donde viven los descendientes de los esclavos.
“No podemos eliminar el precontexto histórico de nuestro contexto actual. La calidad de vida de estas personas que fueron utilizadas como objetos y equipamiento para nuestra universidad puede vincularse directamente con las decisiones que tomó nuestro profesorado de Georgetown en la época”, dijo una de las impulsoras de la idea, Nile Blass.
La estudiante Amalia Rubin señaló por su parte que “hoy más que nunca me siento orgullosa de ser estudiante de Georgetown. Como parte de nuestra tradición jesuita, es importante responsabilizarnos de nuestro pasado”.
En 2016, el centro de estudios, como una manera de expiar su pasado, decidió dar preferencia en la admisión a los descendientes de sus antiguos esclavos.
La Universidad de Georgetown, de la Compañía de Jesús, es la universidad católica más antigua de los Estados Unidos, y entre sus exalumnos destacados la Wikipedia cita a Bradley Cooper, Bil Clinton, Ivanka Trump, Antonin Scalia o Allen Inverson.
También cursó allí un grado en Relaciones Internacionales el rey de España, Felipe VI.
Esclavos de las plantaciones jesuitas de Maryland
El rector de la universidad, John J. DeGioia, remitió una carta a toda la comunidad educativa el 12 de abril de 2019 recordando que «durante los últimos cuatro años, hemos estado trabajando para responder a la relación histórica de Georgetown con la institución de la esclavitud y comprometiéndonos con los miembros de la comunidad descendiente de los esclavos de las plantaciones jesuitas de Maryland».
Con el referéndum, dice, «nuestros estudiantes están prestando atención a convicciones profundas que tomamos muy en serio» y en consecuencia «involucraré a líderes clave en nuestras comunidades de Georgetown, descendientes y jesuitas y a nuestros profesores, junta y liderazgo estudiantil para trazar un camino hacia adelante».
Recuerda que en 2015, «cuando comenzamos este trabajo como universidad, no teníamos una hoja de ruta para el camino a seguir» pero en los años posteriores «hemos desarrollado esfuerzos que han comenzado el trabajo de memorialización y reconciliación de los legados de la esclavitud que han dado forma a nuestra comunidad y nuestra nación».
Agrega que:
«en 2016, tuvimos el honor de conocer a los descendientes de niños, mujeres y hombres esclavizados en las plantaciones de Maryland y vendidos por los jesuitas de Maryland en 1838. Hemos seguido reuniéndonos con los descendientes para profundizar nuestras relaciones, escuchar y buscar juntos un camino Avanzar hacia la reconciliación.
En 2017, ofrecimos una disculpa formal por nuestra participación en el mal de la esclavitud. Nos unieron a esta disculpa la Sociedad de Jesús y la Arquidiócesis de Washington.
En 2018, junto con los líderes de la comunidad de los Descendientes y la orden de los jesuitas, comenzamos un nuevo proceso de participación que nos ayuda a desarrollar un marco a largo plazo para el diálogo y la colaboración entre nuestras comunidades».
Y concluye afirmando «nuestro compromiso como comunidad para este trabajo» que debe ser «un compromiso a largo plazo que nos desafíe a todos y contribuya a una sociedad más equitativa y justa» que permita responder a «los legados de la esclavitud y la persistencia del racismo en nuestro tiempo».