¡El asunto es de concordancia!

No acostumbro hablar de lo que no manejo con facilidad, para evitar confusiones entre quienes se preocupan por usar de mejor manera el lenguaje que emplean. En muchas ocasiones he recibido interesantes consultas sobre temas que no se deben ni se pueden abordar de buenas a primeras, pues existe el riesgo de fomentar más dudas y confusiones.

Cuando han solicitado mi opinión sobre un asunto que pudiera ser complicado, he hecho la indagación correspondiente, en virtud de ofrecer una respuesta que medianamente satisfaga la petición, o que por lo menos que no oscurezca más el asunto.

El día jueves de los corrientes recibí una petición del periodista y amigo Héctor González Burgos, sobre la mala costumbre de usar extranjerismos en sustitución de las palabras legítimas de la lengua española.

El caso concreto es «delivery», que aunque no está en el diccionario elaborado por la Real Academia Española, no dudo que más temprano que tarde hará su «entrada triunfal». Su uso es muy frecuente en Venezuela y otros países de habla hispana, para denominar el servicio de entrega a domicilio de bienes y servicios.

El asunto tiene varias aristas, por lo que por ahora prefiero apercibirme de más elementos que me permitan ofrecer una respuesta que no deje lugar a dudas y que sea provechosa para los que tienen la misma inquietud. Esa es la finalidad de este trabajo de divulgación periodística, concebido no para dictar cátedra, sino para aportar elementos que pudieran ser útiles, en aras de disipar dudas y adquirir soltura en eso de escribir y de hablar.

De Héctor, quien fue mi compañero de estudios en la siempre recordada Universidad Católica Cecilio Acosta, puedo decirles que es un excelente periodista, preocupado por el buen decir y por cumplir cabalmente la obligación moral de educar, entretener e informar. Por eso ha marcado la diferencia.

Y entrando ya en el tema de hoy, les comunico que recientemente fui incluido en un grupo de WhatsApp del CNP (Colegio Nacional de Periodistas seccional, Portuguesa), cuya finalidad es difundir temas que guarden relación con el gremio y con la situación que viven los diaristas venezolanos, sobre todo aquellos que no se han doblegado ante la intimidación, hostigamiento, difamación, censura y detenciones arbitrarias por parte del gobierno venezolano.

La secretaria estadal del gremio periodístico publicó en el aludido grupo, el enlace de una nota de Cofavic (Comité de Familiares de las Víctimas del Caracazo), cuyo título era o es: «Periodistas fueron el perfil más agredido entre los defensores en primer semestre de 2022».

Al poco rato de su aparición surgió una polémica sana sobre una posible impropiedad. Hubo algunos que sin más ni más, señalaron la supuesta falta; pero no explicaron el por qué ni dónde estaba. Otros en cambio, sin pretender dictar cátedra sobre el asunto, expresaron su parecer en cuanto a lo que ellos consideran que pudo haber ocurrido. Al ser consultado, di una breve explicación, que hoy amplío, en función de disipar cualquier duda que haya surgido al respecto.

En primer lugar, sin temor a equivocarme, puedo decir que en el mencionado título no hay error. Ahora, que pudo haberse construido de otra forma, eso también es cierto. Quien lo elaboró, seguramente tuvo conciencia de que existe una figura retórica llamada silepsis, que establece la concordancia, más por el sentido lógico, que por las reglas gramaticales de género y de número: «La mayoría de los jóvenes acudieron a la ciudad»; «Mucha gente lo aplaudieron», en lugar de: «La mayoría de jóvenes acudió a la ciudad» y «Mucha gente lo aplaudió».

Los términos mayoría y gente son colectivos, es decir, aluden a varios elementos, por lo que la concordancia en esos casos se hace en razón de gusto del autor, siempre y cuando sepa de lo que está hablando.

Aclaro que el segundo ejemplo no es arbitrario, pues me he topado con él en muchas ocasiones, y es prudente usarlo como recurso para explicar y entender la concordancia, que es un tema un tanto complicado, pero si se le presta la debida atención, podrá ser manejado con mucha facilidad.

En el caso del título objeto de la polémica ocurre algo similar. Si se escribe «Periodistas fueron el perfil…», se aplica la regla básica de concordancia entre el género y número con relación al tiempo del verbo; pero si se hubiese escrito fue, entraría en vigor la figura retórica que les mencioné en el párrafo anterior. ¡Así que, no hay nada qué temer!

David Figueroa Díaz
David Figueroa Díaz (Araure, Venezuela, 1964) se inició en el periodismo de opinión a los 17 años de edad, y más tarde se convirtió en un estudioso del lenguaje oral y escrito. Mantuvo una publicación semanal por más de veinte años en el diario Última Hora de Acarigua-Araure, estado Portuguesa, y a partir de 2018 en El Impulso de Barquisimeto, dedicada al análisis y corrección de los errores más frecuentes en los medios de comunicación y en el habla cotidiana. Es licenciado en Comunicación Social (Cum Laude) por la Universidad Católica Cecilio Acosta (Unica) de Maracaibo; docente universitario, director de Comunicación e Información de la Alcaldía del municipio Guanarito. Es corredactor del Manual de Estilo de los Periodistas de la Dirección de Medios Públicos del Gobierno de Portuguesa; facilitador de talleres de ortografía y redacción periodística para medios impresos y digitales; miembro del Colegio Nacional de Periodistas seccional Portuguesa (CNP) y de la Asociación de Locutores y Operadores de Radio (Aloer).

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