No ha sido una sorpresa, sino más bien una decisión vergonzosa pero esperada, la de un consejo constitucional formado mayoritariamente por personalidades allegadas a la ideología reaccionaria de Emmanuel Macron, que ha dado luz verde a un proyecto de ley impugnado por la inmensa mayoría de los franceses. Una decisión política e ideológica que marca el ocaso de la Quinta República y que carece de legitimidad democrática.
Con tristeza escribo estas líneas, porque la violencia policial e institucional contra las fuerzas democráticas de este país van a dejar huellas profundas. Les invito a meditar lo que Helder Cámara decía sobre la violencia.
Macron y su servil consejo constitucional ponen de manifiesto el carácter ilegitimo y antidemocrático de esta Quinta República en su funcionamiento actual. La derecha antaño republicana se alinea y se alía a la ultraderecha por vez primera en Francia desde 1940, cuando niega el normal funcionamiento democrático del poder legislativo, de las organizaciones sindicales, de la Liga de derechos humanos, de las organizaciones ecologistas, o de la libertad de prensa, de manifestación y de expresión.
Junto al nombre de Emmanuel Macron, sepulturero de la democracia republicana, el basurero de la Historia recordará también, o no, los nombres de esos nueve «sages» que acaban de dar pruebas de una absoluta irresponsabilidad, entre ellos los ya tristemente célebres Alain Jupé y Laurent Fabius. Uno derrotado por las huelgas de 1995, el otro conocido por sus buenas relaciones con Mckinsey.
Los medios informativos dominantes, controlados por un puñado de oligarcas, se equivocan hoy cuando afirman machaconamente que tras esta decisión «hay que pasar la página». Inmediatamente de conocida la decisión del Consejo, una manifestación de miles de personas ha invadido esta tarde la explanada del Ayuntamiento de París y numerosas acciones de protesta se desarrollan en todo el país.
La lucha continúa y se prepara para durar con nuevas formas de movilización sobre esa página arrancada con la represión policial de un movimiento social masivo que dura con determinación desde hace tres meses. Los manifestantes lo han dicho hoy: «Constitutionnelle ou pas ta reforme on en veut pas» (Constitucional o no, no queremos tu reforma).
Si la Constitución se opone a los intereses de mayoría de los franceses es evidente que lo que hay que disolver es esa Constitución y no la opinión del pueblo francés. La vía hacia una sexta república parlamentaria y democrática está abierta. No será un camino de rosas, pero la opción es hoy: Democracia republicana o autoritarismo monárquico como trampolín al neofascismo. Francia es hoy un faro en la lucha por una Europa generosa y democrática.
En este 14 de abril, símbolo del poderoso nacimiento de la Segunda República en España, destruida por un golpe militar fascista, la decisión del Consejo Constitucional en Francia abre aquí la página más oscura e incierta de la Historia de Francia desde el gobierno colaboracionista de Vichy.
[…] Vergonzosa decisión del Consejo Constitucional que apoya a Macron en el ocaso de la Quinta Repúbli… […]