Basada en la historia y vida real de Forrest Tucker, un mítico ladrón de bancos que se escapó diecisiete veces de la cárcel –entre sus evasiones, la de San Quintín cuando ya tenía setenta años-, con esta película, al menos en teoría, Robert Redford se despide de la actividad cinematográfica delante de las cámaras, como anunció pocas semanas atrás, una vez cumplidos 81 años.

Un tercer personaje es una mujer, Jewel (Sissy Spacek), que ama al delincuente a pesar de todo. Y junto a ellos, un divertido Tom Waits, Danny Glover, John David Washington y Tika Sumpter, dirigidos todos por David Lowery (“Los amantes de Texas”. “A Gost story”).
Retirado del oficio, Tucker (Robert Redford) vive en un hogar de jubilados, hace crucigramas, sigue los concursos televisivos y ha encontrado en Jewel (Sissy Spacek) al amor de su vida; y en los habituales de un bar cercano a los compañeros de cerveza y juego. Hasta que un día ve en la televisión al detective Hunt…
“The Old Man & The Gun» fue antes que nada un artículo, publicado en 2003 en el New Yorker, en el que el periodista David Grann trazaba un perfil del bandido; el artículo ha servido a Lowery para escribir un buen guión y realizar una película importante.
“Un regreso a la época en que la creación de comedias policiacas admirablemente discretas representaba el apogeo de la ambición de Holliwood”, leo en una crítica estadounidense, junto a otra que asegura que “si es verdaderamente la última aparición de Robert Redford, tenemos que admitir que es una carta de amor que se dirige a sí mismo”.
Porque, en efecto, la principal razón para recomendar ver esta película es precisamente Robert Redford, su presencia carismática y madura nos reafirma en el convencimiento de que la edad no tiene que ver con la capacidad de llenar completamente una pantalla.
Seguramente, el ya legendario Redford ha elegido la mejor opción para bajar el telón de una carrera plena, porque esta historia del viejo y su pistola es un exquisito homenaje a una cierta época del cine americano. “The old man and the gun” tiene – también en la forma- todo el encanto del “cine antiguo”, del tiempo en que los malos tenían su lado “bueno” y seguíamos sus peripecias disfrutando.



