Las empresas con falta de liquidez pueden evitar llegar a la quiebra

Son muchos los casos de empresas que caen en una crisis que no pueden solventar y deben afrontar una situación concursal para que les permita seguir en el mercado, son situaciones extremas, pero que pueden ocurrir. Esto no significa que estas empresas deban ser liquidadas; si interviene en el proceso un equipo de expertos en este tipo de reflotamientos, se puede solucionar.

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Es necesario conocer bien la Ley Concursal y sobre el concurso de acreedores

Para evitar que una empresa sea liquidada, es conveniente saber bien qué es un concurso de acreedores. Este procedimiento jurídico permite a las empresas poder solucionar sus problemas de falta de liquidez y de insolvencia financiera, permitiendo que los acreedores puedan cobrar y que la empresa pueda seguir funcionando sin tener que ser liquidada.

La ley concursal establece que una empresa incurre en insolvencia cuando tiene imposibilidad de hacer frente a sus obligaciones con los acreedores. Para estos casos, es necesario que la empresa disponga de un equipo de expertos legales, financieros y económicos, que puedan dirigir los destinos de la empresa para poder sacarla a flote. 

Estos equipos de expertos tienen la experiencia incalculable de haber tenido éxito en los muchos casos donde han intervenido, cuya metodología de trabajo permite a la empresa seguir funcionando, para bien del patrimonio empresarial y la fuente de trabajo de los empleados.

Posibles casos de insolvencia de una empresa

Cuando una empresa está en situación de insolvencia, es decir, que no tiene liquidez para pagar sus deudas en tiempo y forma, se pueden dar dos situaciones:

  1. Que la insolvencia sea temporal, aunque el negocio siga viable. En un caso como éste, puede que la empresa o sus administradores hayan estructurado de forma errónea la deuda, y se produzca una falta de liquidez temporal que no le permite hacer frente a las obligaciones en los términos acordados con los acreedores. La solución en estos casos es reestructurar la deuda, mediante la negociación con acreedores, bancos y demás.
  2. La otra situación es muy diferente, y se trata de cuando es inviable el negocio. Es una situación muy complicada, pero no quiere decir que no pueda tener solución. En casos como éstos, el equipo de expertos se encuentra ante problemas de estructura, operacionales y comerciales, y hasta puede llegar el caso de que el patrimonio de la empresa sea negativo. Para reflotar una empresa en malas condiciones financieras, los expertos deberán trabajar arduamente e intervenir en muchas áreas de la empresa, como la reestructuración en la plantilla de trabajadores, la organización productiva, la reestructuración administrativa, comercial y financiera, entre otros departamentos de la empresa.

¿Cómo se solicita el concurso de acreedores?

Cualquiera que sea el caso, en ambos, es el empresario el que debe acudir al Juzgado de lo Mercantil para solicitar el concurso de acreedores voluntario cuando la empresa no puede hacer frente de sus obligaciones a tiempo.

Si no se hiciera de este modo, durante uno de los procesos que sigue el concurso de acreedores, que es el de calificación, el juez puede determinar al concurso como culpable, y quienes asumirán las consecuencias económicas y legales, serán el Consejo de Administración y sus miembros.

Además del voluntario, el otro caso de concurso de acreedores es el necesario, que es pedido ante el Juzgado de lo Mercantil por uno o más acreedores, cuando la empresa no ha liquidado en tiempo y forma sus obligaciones. 

Concurso de acreedores fortuito o culpable

Para la fase de calificación del concurso de acreedores, es necesario que el empresario o los administradores de la empresa conozcan muy bien cuáles son sus responsabilidades en el transcurso del proceso concursal. Por esta razón, es indispensable que procure a quien lo asesore y le acompañe durante el proceso, como lo hacen los abogados de los equipos de expertos.

El responsable en presentar el informe sobre la empresa, es el administrador concursal, nombrado por el mismo juez, y que determinará si el proceso fue fortuito, como en la mayoría de los casos, o culpable.  

La calificación que proporciona el administrador concursal, es para los administradores o el empresario, algo muy importante, pues de ser declarado como concurso culpable, éstos pueden sufrir consecuencias económicas y legales muy duras, como la inhabilitación para ejercer cargos en cualquier entidad por hasta quince años.

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