Del tamaño de la locura en que vivimos dan cuenta, entre muchísimos datos más, los millones despilfarrados en tres caprichos de López Obrador y el haber dejado sin vacunas del esquema infantil, a siete de cada diez niños menores de dos años.
El aeropuerto Felipe Ángeles aún sin tráfico aéreo, la refinería Dos Bocas que parece que tuviera veinte por los recursos que traga sin refinar un solo litro, y las obras del tren Maya que han destruido cuatro mil hectáreas de selva, y ya han costado alrededor de 708.000 millones de pesos.
Y eso, sin contar su mantenimiento; que debe hacerse, aunque no produzcan.
Con menos, pero dedicados a la salud, AMLO hubiera sido recordado como un presidente preocupado por los más pobres y que realmente transformó México, pero ha sido al contrario; desmanteló instituciones que mal que bien funcionaban y la salud, como la educación y como tantas otras cosas, está por los suelos.
Y se pondrá peor, porque la vacunación con el esquema completo -BCG, hepatitis B, pentavalente, neumocócica, rotavirus y triple viral- en menores de dos años, es de apenas 31 por ciento.
En notas del 17 y 23 de agosto, Animal Político informó del peregrinar de madres y padres de familia buscando vacunas en clínicas y hospitales públicos y privados.
Todos dicen que no tienen y algunos les piden apuntarse en una lista para cada mes ir a checar si llegaron y el IMSS echó la culpa del desabasto a los proveedores: «la falta de vacunas se debe a una demora en las entregas».
Y mucho ojo, porque en plena temporada de lluvias y calor, tampoco hay repelentes contra moscas ni antídotos contra picadura de alacranes, arañas y otros animales ponzoñosos.
Así que tenga a la mano un matamoscas, no camine descalzo y antes de acostarse cheque que arañas y alacranes, no anden turisteando en sus cobijas.
Además, el gobierno terminó pagando veinte por ciento más caras las medicinas por las compras directas que hizo a la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos, UNOPS.
Y como tampoco llegaron, López Obrador, quien es especialista en quejas internacionales, ha anunciado que demandará a la ONU.
Mientras, los funcionarios del gobierno se pasan la bolita, los médicos alertan que la falta de vacunas y medicamentos es nacional y ha ocasionado rebrotes de sarampión y tuberculosis.
El Boletín Epidemiológico semanal de la Secretaría de Salud, ya lo reconoció; de enero a julio de este año, informó, hubo veinte por ciento más casos de tuberculosis respiratoria, que en 2021
Y la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición, precisó que el aumento en paperas fue de 11,5 por ciento.
En entrevista con Animal Político, Alfonso Vallejo Parás, del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la UNAM, advirtió que la recomendación internacional de la OMS para evitar brotes es tener un 95 por ciento de cobertura.
Y como de eso estamos lejísimos, varias organizaciones civiles han pedido a López Obrador que implemente un plan emergente de vacunación y asigne recursos suficientes en el Presupuesto de Egresos de la Federación de 2023.
Medidas que servirán de muy poco, si no se usan para vacunar niños como denunció el doctor Francisco Moreno en su artículo para el periódico Reforma del 17 de agosto.
Aseguró el doctor Moreno que, de los 30.314 millones de pesos destinados a vacunarlos, solo han sido utilizados 1914 millones; el 6,3 por ciento.
Y tras referirse al fracaso gubernamental en el manejo de la COVID-19, que colocó a México en el quinto país con más fallecimientos, el primero en muertes de trabajadores de la salud, el tercero en orfandad de alguno de los padres por Covid y uno de los tres con más muertes de embarazadas, explicó la importancia de la vacunación infantil.
Gracias a ella, dijo, se logró subir la expectativa de vida del mexicano de 43 años en 1950 a los 75 de hoy; erradicar del planeta la viruela humana y disminuir enfermedades como sarampión, polio, rubeola, parotiditis, difteria, tétanos, tosferina, tuberculosis, meningitis, hepatitis B y rotavirus en niños de 12 a 35 meses.
Añadió que en sexenios anteriores pudo vacunarse con el esquema completo a más del 70 por ciento de los menores, pero en el actual no se llega ni al 28 por ciento.
Solo uno de cada tres niños nacidos durante los años que lleva en el poder el presidente que prometió un sistema de salud como el de Dinamarca, ha recibido las cuatro vacunas esenciales.