Cuando llegue septiembre …

Decía una vieja canción de antaño que “cuando llegue septiembre todo será maravilloso…”. Aplicada la frase a las melodías veraniegas puede quedar bien, pero en el ámbito político resultaría de lo menos adecuado, porque cuando llegue septiembre, que ha llegado, la cosa está que arde, y con un panorama de lo más variado; vamos, que de la antigua melodía meliflua pasamos a un actual rock duro, tirando a heavy metal. 

Y ello porque a menos de un año para unas elecciones municipales y autonómicas el panorama político español es un galimatías con un resultado difícil de predecir para las distintas fuerzas políticas, y las que pueden aparecer en un futuro próximo.

Así, el Partido Popular pretende dar un “alcaldarazo” proponiendo que gobierne la lista más votada, y ello a unos meses de elecciones, porque le están viendo las orejas al lobo en las urnas. Mientras tanto, parece ser que han aparcado la Ley del Aborto que llevan en el zurrón, ya que podría restarle votos. Hablan de regeneración democrática mientras ejemplares de su cordada, llámense Bárcenas, o Jaume Matas, ocupan colchón en la cárcel, a los que les hará compaña, si la “lotería” no lo remedia, el ínclito Carlos Fabra.

El PSOE, por su parte, acaba de elegir a un nuevo secretario general en la persona de Pedro Sánchez, un profesor de economía perfectamente desconocido hace unos meses. Todavía no han pasado los cien días que solemos dar de gracia a los políticos, pero tendrá que aplicarse el otrora estudiante del Ramiro de Maeztu si quiere sacar del atolladero electoral en que se encuentran los socialistas, y tener muy claro qué futuro pretenden ofrecer a este país caso de gobernar, porque la cosa no está para bromas. Al pan, pan, y al vino, vino. Nada de promesas que no puedan cumplir.

Girando más hacia la izquierda, la irrupción en el panorama político de la organización Podemos ha venido a trastocar los planes de más de uno que se las prometía tan felices, esperando cosechar los votos del descontento. Metafóricamente hablando, creo que Podemos con el excelente resultado obtenido le ha dado una patada en las espinillas al PSOE, mientras que a Izquierda Unida le ha asestado un derechazo (más bien izquierdazo) en todo el mentón, dejándola en muy mal estado, si tenemos en cuanta las distintas encuestas al respecto. Y ello podría aplicarse también a Unión Progreso y Democracia, con una Rosa Díez que ahora acude solícita a hacerse un retrato con el presidente Mariano Rajoy, su eterno “enemigo”. Mientras tanto deshoja la margarita de unirse o no con los Ciudadanos de Albert Rivera, porque aparte de ser primos hermanos, políticamente hablando, se necesitan.

Y mientras todo esto sucede, ahora resulta que el “padre” del nacionalismo catalán, el gurú de las esencias nacionalistas, el “molt honorable” Jordi Pujol, lleva 34 años con el zurrón de su dinero a buen recaudo fuera de nuestras fronteras, mientras el resto de españoles, catalanes incluidos, pagamos nuestros impuestos. Pero lo más sonrojante del caso, aparte del hecho en sí, es que encima diga que en todo este tiempo no ha tenido un momento para ponerse el día con sus impuestos. Ver y oír para creer…

Nos esperan unos meses de lo más movido en el ámbito político, por lo que ante semejante panorama convendría tener en cuenta refranero y frases que encierran grandes verdades desde hace siglos aunque a algunos les parezcan trasnochadas:

Ante los que tanto prometen, convendría advertir que “una cosa es predicar y otra dar trigo”.

Frente a aventuras rayanas en el populismo, convengamos que “con las cosas del comer no se juega”… Porque de izquierdas o de derechas, todos queremos comer.

Aunque para frase, la que le oí en una entrevista al presidente de Uruguay, José “Pepe” Mujica: “La patología del conservadurismo es lo reaccionario. La patología de la izquierda es el infantilismo, porque confunde sus deseos con la realidad”. Claro que Pepe tiene 79 años, y tal vez resulte trasnochado para un ambiente en el que ser joven parece ser lo que cuenta…

Conrado Granado
@conradogranado. Periodista. Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid. He trabajado en la Secretaría de Comunicación e Imagen de UGT-Confederal. He colaborado en diversos medios de comunicación, como El País Semanal, Tiempo, Unión, Interviú, Sal y Pimienta, Madriz, Hoy, Diario 16 y otros. Tengo escritos hasta la fecha seis libros: «Memorias de un internado», «Todo sobre el tabaco: de Cristóbal Colón a Terenci Moix», «Lenguaje y comunicación», «Y los españoles emigraron», «Carne de casting: la vida de los otros actores», y «Memoria Histórica. Para que no se olvide». Soy actor. Pertenezco a la Unión de Actores y Actrices de Madrid, así como a AISGE (Actores, Intérpretes, Sociedad de Gestión).

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