«La lección», opera prima de los directores búlgaros Kristina Grozeva y Petar Valchanov, llega a los cines españoles tras recibir los aplausos del público asistente a los festivales internacionales de Tesalónica, Sofia, Tokio, Angers, Varsovia, Gotemburgo y recibir los premios de Mejor película en el de Luxemburgo y San Sebastián.
«La lección» es una angustiosa película, casi una pesadilla en torno al drama social vivido por la joven profesora de inglés Nadezhda (Margita Gosheva, Three Days in Sarajevo) quien trata de descubrir al alumno que roba en la clase, con la intención de darle una lección de ética, hasta que llega el momento en que es ella quien recibe la lección al verse obligada a recurrir a unos prestamistas, para pagar deudas contraídas por un marido que no hace nada de provecho, y comprender de golpe que es muy delgada la línea que separa al bien del mal, que también las personas decentes pueden un día convertirse en delincuentes y que la adversidad puede romper en pedazos una vida tranquila y aparentemente muy banal.
Cine casi negro sobre el fondo de una crisis moral, representación de la indignación de una mujer decepcionada, a la que todo se le pone en contra: quizá resulten excesivas las casualidades y las humillaciones que tiene que ir superando, como en una carrera de obstáculos, para conseguir finalmente pagar la deuda y los intereses y al mismo tiempo lograr escapar a la solución de conseguir el dinero de un padre rico, al que detesta y contra el que guarda resentimientos que tienen que ver con la muerte de la madre y la nueva y jovencísima esposa, y a la vergüenza de devolver el préstamo en favores sexuales al mafioso usurero.
Pero también un retrato, quizá llevado al límite, de esa euroeconomía a la que han accedido puede que prematuramente los antiguos países satélites soviéticos que, es una evidencia para todos, funciona con las reglas despiadadas del neoliberalismo más salvaje, que les resulta muy ajeno y que convierte en catastrófica la vida de las personas que se ven arruinadas y tienen que depender inexorablemente de la explotación de instituciones bancarias, o de la economía negra, lo que termina por asemejarse a una forma de esclavitud.
«La lección» retrata no solo la amenaza de perder la casa o el respeto de uno mismo; es también la angustiosa incertidumbre de preguntarse que vendrá después y el convencimiento de que la pobreza es el frío y el hambre, pero también una inmensa desolación.
Los directores han explicado que “La lección no es más que la primera entrega de una trilogía sobre la rebelión tranquila del ciudadano medio contra el mundo mercantil, sin conciencia y cínico en que vivimos”.