En un día como hoy, en el que la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que cada año mueren seis millones de personas en el mundo debido a enfermedades derivadas del tabaquismo, de las que unas 53.000 son españolas, nos desayunamos con un titular de prensa que es un claro mensaje de lo que se nos puede venir encima a los españoles en general, y a los madrileños en particular: “Rajoy abre la puerta a rebajar la Ley Antitabaco por Eurovegas”, leemos en el diario El País en este 30 de mayo.
Y es que la sombra de Eurovegas es alargada.
Tan alargada es que puede hacer cambiar las Leyes de un país para mayor gloria y beneficio del empresario norteamericano dueño del emporio del juego, Sheldon Adelson, que pretende montar en el pueblo madrileño de Alcorcón el mayor casino de juego de Europa, similar a los que ya existen en Las Vegas y Macao. Y si para ello hay que pasar por encima de las Leyes de un país soberano con un Gobierno y un Parlamento elegidos democráticamente por sus ciudadanos, se pasa, y si esto no es posible, se cambian las Leyes, “suavizándolas”, hasta que queden a gusto del que manda en el cotarro, que lo primero (llámese negocio) es lo primero. Cambiar la Ley Antitabaco aprobada durante el Gobierno del presidente José Luis Rodríguez Zapatero es una de las exigencias que ha puesto el magnate norteamericano encima de la mesa desde el primer momento, y el que manda, manda.
No importa que las organizaciones médicas de nuestro país sigan apostando por el cumplimiento de esta Ley que está salvando vidas desde el primer momento, como está demostrado. No importa que la OMS advierta del peligro del consumo del tabaco, una droga que anualmente se lleva por delante la vida de más personas que el resto de todas las drogas juntas. Aquí lo que importa es Eurovegas, sus consecuencias y beneficios. Los responsables del Gobierno de la Comunidad de Madrid, donde se instalará lo que ya algunos denominan como “Mini Las Vegas”, han ido advirtiéndolo desde el primer momento, por lo que no tenemos que decir que nos engañan. Sin ir más lejos, el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Javier Fernández Lasquetty, justificaba ayer como “necesaria” la posible reforma de la Ley Antitabaco para que se pueda fumar en Eurovegas, de cara a “que prospere una inversión que generará miles de puestos de trabajo”. El Gobierno central, por su parte, que es el que tiene las competencias legislativas, se limitaba a decir hasta ahora que la cosa “no estaba en la agenda”, pero según confirmaba El Confidencial, el presidente Mariano Rajoy se reunía con Sheldon Adelson este lunes, admitiendo que esta puerta, la del cambio de la Ley, está abierta. Tan abierta, que tanto el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, como el magnate norteamericano ya dan por seguro que se podrá fumar en el megacasino a construir.
Decía en la radio el periodista Iñaki Gabilondo que “vivimos en unos tiempos en que nos están vendiendo burras viejas como si se tratara de potrillas jóvenes”. Y esto es lo que está pasando, una vez más, con el tema del tabaquismo y la posibilidad de cambiar la Ley que lo prohíbe en lugares cerrados. Lo importante es presentar cual potrilla joven lo que en realidad va a ser el gran negocio llamado Eurovegas, cuyo dueño, Sheldon Adelson, se va a llevar la parte del león, porque también pretende cambiar las Leyes laborales de este país para que él pueda contratar a su modo y manera, además de las Leyes urbanísticas y fiscales, amén de otras cosas.
El 31 de mayo celebramos en el mundo entero el Día Mundial sin Tabaco, y junto a las organizaciones nacionales e internacionales en defensa de la erradicación de esta droga, algunos seguimos, cual ilusos que claman en el desierto, aportando nuestro granito de arena sin otra intención que informar de lo que significa consumirla y sus consecuencias. Todo ello, en un momento en que según la Sociedad Española de Neumología y Cirugía torácica, nuestro país registra 53.000 muertes al año debido al tabaquismo. Esa es la verdadera “burra” de los profesionales de la medicina, que la presentan tal cual es, sin cartón ni trampa, frente a la “potrilla” joven que pretenden vendernos algunos políticos.