Es un dato alarmante pero real. En tres años, las muertes por sobredosis de heroína han aumentado un 119 %. Personas de entre 15 a 64 años que al menos han consumido una droga el pasado año. Uno de cada 20 adultos, es decir, el 5 % de los habitantes, tomó cannabis, heroína, cocaína o diversas sustancias ilícitas, por separado o combinadas entre sí.
La ONU advierte que este repunte en el consumo de drogas hará que al menos, 30 millones de personas sufran trastornos relacionados con el consumo de las mismas y por tanto, las adicciones que van en aumento, les llevarán a otras enfermedades físicas y mentales en los próximos años.
El informe publicado por la Oficina de la ONU contra las drogas y el delito, sugiere que lo más preocupante es el aumento de la heroína en Europa. Es decir, el 80 % del consumo de opiodes está relacionado con la heroína y uno de cada cuatro ingresos hospitalarios por cuadros de toxicidad aguda sugieren que la protagonista es esa droga. Países como Alemania, Francia, Italia, España y Reino Unido lideran el consumo y el incremento de muertes por esta sustancia, se ha duplicado en los tres últimos años. Quizá el aumento de la pureza y la bajada del precio pueden ser algunas de las razones por las cuales exista este ascenso en el consumo pero llama la atención que opiodes sintéticos tales como el Fentanyl, esté a la orden del día. La Oficina de la Onu advierte a los gobiernos que el problema de drogodependencia es un problema de salud y no debe tratarse como un aspecto de marginación social. Las personas que consumen opiodes y otras drogas están enfermas y como tal deben tratarse. Además, estas personas que se inyectan drogas viven con el VIH y una de cada dos, con Hepatitis C.
Casi todos los pacientes que consumen drogas, tienen al menos una enfermedad mental sin tratar. Todo comienza cuando empiezan a utilizar la misma para bajar su ansiedad o para divertirse. La droga encubre una patología que será doble, lo que en psiquiatría se denomina, patología dual: una enfermedad mental y una adicción. Los pacientes no se tratan y consumen drogas para paliar los efectos negativos de su trastorno; el llamado síndrome de la puerta equivocada.
Siete de cada 10 adictos además padece un trastorno mental. Si se abordara de forma integral, tanto su adicción como su enfermedad, se podría hacer algo. El abuso de sustancias tóxicas incluido el tabaco. Hallazgos que verifican que la drogadicción es una enfermedad del cerebro, «un problema médico que puede ser tratado y rehabilitado, como se hace con otro tipo de enfermedades que tienen que ver con el cerebro, como la epilepsia«, comenta Volkow.
«Si tienes un paciente con esquizofrenia y no consideras su adicción, las drogas que ingiera van a interferir en su tratamiento antipsicótico, requiriendo dosis mucho más altas, lo que conlleva efectos secundarios y, al final, el paciente abandona la medicación» afirma Nora Volkow, directora del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas, (NIDA)
La falta de diagnóstico y tratamiento inciden en la elevada morbilidad y mortalidad de los pacientes y como consecuencia de ello, el sufrimiento de sus familiares. La adicción, es de todas las enfermedades, la que más destruye la vida familiar. El abordaje integral evitaría esas consecuencias y lograría un tratamiento eficaz además de reducir costes. Según estudios realizados por la Sociedad Española de Patología Dual, cuyo presidente es profesor Miguel Casas, entre las personas bipolares, más del 60 % sufre una adicción a sustancias, los pacientes depresivos, un 30 % y hasta el 80 % de quienes padecen trastornos de ansiedad tienen problemas con el alcohol, que junto con el tabaco y la marihuana, son los que más adicción producen.