Este 13 de diciembre 2023, tras una jornada de negociaciones extenuantes, en la sala plenaria de la Expo City de Dubái, se aprobó un acuerdo que garantizará la transición para abandonar los combustibles fósiles, que por primera vez aparecen, además, en una declaración de la COP como lo que son: los grandes responsables del recalentamiento planetario.
Sobrepasado en un día el plazo final, la COP28 se transformó en una cumbre extraordinaria, en un año caracterizado por temperaturas récord combinadas con El Niño, que produjeron una carnicería climática en continentes como África, informa Joyce Chimbi (IPS) desde Dubai.
El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, se congratuló del acuerdo: «A aquellos que se opusieron a una referencia clara a la eliminación progresiva de los combustibles fósiles en el texto de la COP28, quiero decirles que la eliminación progresiva de los combustibles fósiles es inevitable, les guste o no. Esperemos que no llegue demasiado tarde», afirmó.
El presidente de la COP28, el sultán Ahmed al Jaber, del país anfitrión, los Emiratos Árabes Unidos, tuvo palabras admonitorias en medio de la satisfacción del momento con que se clausuraba un día después del previsto la 28 Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, inaugurada el 30 de noviembre.
«Permítanme hacer una advertencia. Cualquier acuerdo es tan bueno como su aplicación. Somos lo que hacemos, no lo que decimos. Debemos convertir este acuerdo en acciones tangibles. Si nos unimos, podemos influir profundamente en el futuro de todos nosotros».
Y añadió: «La inclusión nos mantuvo en pie en los días difíciles. Todo el mundo ha sido escuchado, desde los pueblos indígenas o los jóvenes hasta el Sur global».
La recta final de la COP28 se dedicó al tema más polémico, el llamado elefante en la habitación de las ultimas cumbres climáticas: los combustibles fósiles, que hay que eliminar o reducir progresivamente, según diferentes posturas.
Más de cien países se han comprometido ya a eliminar progresivamente los combustibles fósiles por su contribución determinante al incremento de las temperaturas.
El petróleo, el gas y el carbón representan más de 75 por ciento de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero y casi 90 por ciento de todas las emisiones de dióxido de carbono, empujando a los países más vulnerables al borde de la supervivencia.
El objetivo mundial convenido en el Acuerdo de París, adoptado en 2015 en la COP21, el de mantener el calentamiento global en no más de 1,5 ºC sirvió de brújula a la COP28. Para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero lo más cerca posible de cero para 2050, las emisiones deben reducirse en 45 por ciento para 2030 y llegar así al llamado cero neto.
La capacidad de adaptación climática de África y otras regiones del Sur global también se verá seriamente comprometida.
En la actualidad, los países ricos y altamente contaminantes son reacios a pagar por las pérdidas y daños y a proporcionar fondos suficientes para que los países pobres y menos contaminantes puedan mitigar y adaptarse al cambio climático.
Hasta ahora, 130 países han acordado triplicar la capacidad de las energías renovables y duplicar la eficiencia energética para 2030.
Mientras, un total de 2456 grupos de presión -los llamados lobistas- de la industria de los combustibles fósiles participaron en la COP28, frente a los 636 del año pasado, según la coalición Big Polluters Out.
Un ejemplo de la situación la da una vez más África: el continente emite solo 3,8 por ciento de los gases de efecto invernadero, pero solo dos por ciento de la proporción de inversiones en energías renovables se destinó a sus países en 2023.
Mary Robinson, presidenta de The Elders y expresidenta de Irlanda, comentó que «el acuerdo de Cop28, aunque señala la necesidad de poner fin a la era de los combustibles fósiles, se queda corto al no comprometerse a una eliminación total de los combustibles fósiles».
«Si 1,5 ºC es nuestra estrella polar y la ciencia nuestra brújula, debemos eliminar rápidamente todos los combustibles fósiles para trazar el rumbo hacia un futuro habitable», adujo.
Y añadió: «Los líderes mundiales deben seguir aunando esfuerzos urgentemente y encontrar formas de hacer frente a esta amenaza existencial. Cada día de retraso condena a millones de personas a un mundo inhabitable».
Al concluir este miércoles 13 la COP28, los Emiratos Árabes Unidos, un país del Golfo que ha cimentado su riqueza sobre el petróleo y el gas y actualmente aportan treinta por ciento de su PIB, pasó el testigo a Azerbaiyán, donde se celebrará en un año la COP29.
Eso significa algo así como doblar la apuesta. La nación del Cáucaso y puente entre Asia occidental y Europa oriental recibe 60 por ciento de su presupuesto del petróleo y el gas y 90 por ciento de sus ingresos de exportación.
El petróleo y el gas también suministran 98 por ciento de la energía primaria de Azerbaiyán y al menos el 90 por ciento de la electricidad del país, y son responsables en gran medida de la mejora del nivel de vida en las últimas tres décadas. Será la tercera vez consecutiva que un productor de petróleo y gas acoja una cumbre climática.