Candidatos a Premios

 

Con bastante frecuencia asistimos en las redes sociales y en ciertas páginas on-line dedicadas a estos fines, a peticiones de firmas para apoyar a eventuales candidatos a premios tan importantes como el Príncipe de Asturias de la Concordia e incluso el Nobel de la Paz para persona o personas que sin duda se han distinguido por acciones que quizá los merecerían. Son peticiones sin ningún género de duda bienintencionadas, pero carentes de eficacia, porque sencillamente no concuerdan con las reglas de estas Fundaciones para proponer candidatos a cualquiera de sus premios.

Sin embargo es fácil informarse sobre como hacerlo adecuadamente. Tan fácil como acceder a la página de la Fundación correspondiente.

Así vemos que, en el caso del Príncipe de Asturias de la Concordia, pueden aspirar a la candidatura “la persona, institución, grupo de personas o de instituciones cuya labor contribuya de forma relevante a la defensa de los derechos humanos, al fomento de la paz, de la libertad, de la solidaridad, de la protección del patrimonio y, en general, al progreso de la humanidad”.

¿Quienes pueden presentar candidatos a las distintas categorías de los Premios Príncipe de Asturias? Una larga lista, i.e. Galardonados en otras ediciones, personalidades e instituciones invitadas por la Fundación, las embajadas españolas, las representaciones diplomáticas en España, los integrantes de los ocho jurados, siempre que las candidaturas que presenten no opten al Premio en su categoría, otras personalidades e instituciones de reconocido prestigio.

¿Qué requisitos deben reunir las candidaturas propuestas? Acreditar poseer la máxima ejemplaridad y demostrar de modo fehaciente la trascendencia internacional de su obra.

¿Cómo se enviarán las candidaturas? Por correo electrónico, por correo ordinario o presentadas en el domicilio social de la Fundación.

Deberán presentar cumplimentado el impreso oficial o mediante escrito que exponga claramente los méritos extraordinarios de la candidatura y su trascendencia internacional. Como apoyos, documentos que acrediten sus méritos, aporten datos relevantes e información complementaria, otros apoyos razonados y adhesiones. También se puede aportar material audiovisual con ese fin.

Esto puede aclarar el procedimiento para proponer un candidato a un Príncipe de Asturias. Evidentemente la petición de firmas, ni siquiera documentadas con un DNI, antes de presentar debidamente al candidato puede tener un éxito inútil. Esto ha sucedido con la recientísima y oportuna petición del Príncipe de Asturias de la Concordia 2014 en Change.org para la parroquia de Angrois, por su solidaridad inmediata con las víctimas del terrible accidente del tren Alvia, la víspera de la fiesta de Santiago. Un hecho puntual, uno de los muchos similares en la reciente historia de nuestro país. Ante algo así, ¿quién se quedaría en casa? Veamos, no son héroes, son seres humanos que han actuado humanitariamente, como muchos otros habrían hecho en una situación tan terrible.

Pero ya que antes he mencionado el Nobel de la Paz. Un día sí y otro también me encuentro en mi perfil de FB el enésimo intento de petición de firmas para que el Premio Nobel de la Paz sea concedido a Mata Amritanandamayi. Hace ya años que ella pidió que parasen todas esas peticiones en cualquier red social, pidió que se cerrase una página abierta por alguien afín a ella, que sin duda con la mejor de las intenciones había abierto con ese propósito y que obviamente reunió cientos de miles de firmas en pocos días. Pues aún así, de vez en cuando la petición de firmas (indocumentadas) sigue.

Las personas cualificadas para proponer candidatos a cualquier Premio Nobel son “los propios laureados dentro de sus respectivos campos, miembros de los organismos que otorgan los premios, miembros de los Comités Nobel, así como profesores y catedráticos en sus distintas categorías, en el caso concreto de los Nobel de la Paz también los miembros de ciertas organizaciones internacionales, miembros de Parlamentos y Gobiernos, pero solamente miembros, no las organizaciones como tales.”

Como ni las autoridades suecas ni las noruegas tienen influencia alguna sobre las decisiones relativas a los premios, ninguna representación o apoyo oficial tiene relevancia a favor de candidato alguno.

Una vez concretada la selección de candidatos, los Comités examinan las propuestas y después de considerar los méritos de los mismos, los organismos encargados de otorgar los premios dan a conocer sus decisiones finales. Todos los procedimientos para otorgar los premios son secretos.

Change.org es una organización internacional donde cualquiera puede empezar una campaña para pedir firmas para causas muy variopintas. Hay casos, como el que referimos, en que convendría que se informaran de los procedimientos, cuando se trata de Fundaciones tan prestigiosas como la Príncipe de Asturias e informaran a su vez a personas bienintencionadas de los mismos, antes de abrir campañas engañosas.

Es posible que una eventual candidatura a favor de Angrois pueda ser debidamente tramitada. A partir de ahí, el Comité de selección decide. Y una información más, también accesible en la página de la Fundación: Cada año hay centenares de candidatos a cada premio. En los Nobel también. Luego, una sola candidatura premiada en cada categoría.

 

 

 

Teresa Fernandez Herrera
Algunas cosas que he aprendido a lo largo de mi vida. Soy Licenciada en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid, master en Psicología del Deporte por la UAM, diplomada en Empresas y Actividades Turísticas, conocedora de la Filosofía Védica. Responsable de Comunicación y Medios en Madrid de la ONG Internacional con base en India, Abrazando al Mundo. Miembro de la British Association of Freelance Writers. Certificada en Diseño de Permacultura. Trainer de Dragon Dreaming, metodología holística para el crecimiento personal, grupal y comunitario en el amor a la Tierra. Colaboradora en Periodistas-es y en las revistas Natural, Verdemente, The Ecologist para España y América Latina. Profesora de inglés avanzado.

1 COMENTARIO

  1. Y a veces, precisamente esa mecánica de los premios diversos, su burocracia molesta pero imprescindible, los convierte en gracia relativa para los premiados. Como dijo una vez Rafael Sánchez Ferlosio: Ferlosio: «Los premios que he recibido me han venido muy bien, pero ya no sueño con nada»…

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