«Plaire, aimer et courrir vite» fue acogida con silencio, pitos y palmas en la proyección para la prensa acreditada
En competición en esta edición hemos visto la primera de las cinco películas francesas de la competición:”Plaire, aimer et courrir vite” (Gustar, amar y correr deprisa) de Christophe Honoré, que aborda una historia de amor homosexual entre un estudiante bretón que quiere ir a París a hacer cine, en los años noventa, y un escritor parisino enfermo del sida. Un tema que tiene al parecer acentos autobiográficos.
El tema de las víctimas del sida en la década de los noventa empieza a ser recurrente en el cine francés. El año pasado estuvo marcado por el éxito merecido de la muy brillante “120 latidos por minuto” de Bernard Campillo. En esta ocasión el tratamiento del tema por Christophe Honoré resulta a mi juicio aburrido y fallido en su pretendida dimensión literaria, y poco natural en sus diálogos.
Cuenta sin embargo en su papel protagónico con un excelente actor, Pierre Deladomchamps, al que admiramos en aquella excelente película “El desconocido del lago” de Alain Giraudie, pero que aquí se defiende como puede con un personaje de esos que se miran el ombligo en el parisino mundo cultural.
Un escritor que tiene un hijo de nueve años, y tras ver morir victima del sida a su amigo y pareja, se enamora de un joven estudiante, hasta su propia muerte, añadiendo así melodrama al melodrama.
Pero no son suficientes las citas de Bernard Marie Koltés y de Arthur Rimbaud, o un plano sobre la tumba de Francois Truffaut, para dar consistencia y credibilidad a los personajes de su guion.
Mucho peor me parece el segundo intérprete protagónico: el joven Vincent Lacoste, que es a mi juicio un sobreevaluado actor francés, que interpreta aquí el papel de ese joven gay que sueña con hacer una película, se hace el gracioso a lo largo de la película y se enamora del escritor, a tumba abierta a sabiendas de que esta enfermo.
El relato aborda, sin excesivo exhibicionismo pero de forma explícita, toda la galería de usos y costumbres en el ligue entre homosexuales, que vienen resumidos en el propio título, pero su tratamiento desborda en un doble melodrama, con dos víctimas del sida en fase terminal. Hoy en día todo espectador informado sabe que una historia de amor puede ser heterosexual u homosexual, no faltan películas para mostrarlo, pero el uso de la música adicional resulta aquí tan cursi como el de una comedia romántica americana.
Escritor, autor teatral y cineasta Christophe Honoré ha evocado ya el tema del sida en ocasiones anteriores. Esta es ahora su undécima película. En su filmografía, abundan también las películas musicales, como “Les bien aimés” que clausuró Cannes en 2011, o “Les chansons d’amour” en competición en 2007.
Recordemos también su gusto por adaptaciones literarias como “La belle personne” libre adaptación de “La princesa de Cleves” de Madame La Fayette (1678), o más recientemente “Les malheurs de Sophie” adaptación de la obra homónima de la condesa de Segur.