A vueltas con España[1], un país de países habitado por expertos en todos los saberes, habitado por ignorantes isocráticos, nada peripatéticos, un país de paisanos que van al grano, sin marear perdices, ni comerlas, porque ya se sabe eso de que la historia de España es una historia que termina mal, aunque, bien visto, esa es una majadería como tantas.
Érase una España de homo antecessors, una España sin españoles, sin topónimos, érase una España en minúscula, crepuscular, microscópica e insignificante, una España de cuando todo era pasado, una España de cuyo nombre no puedo acordarme. Érase una España muy de pandereta, de guitarra española, de jotas y muñeiras y de flamenco, mucho flamenco, agitanada y agigantada, una España de Austrias, una España siempre en guerra, a veces, muchas, consigo misma, una España que no podíamos adivinar ni en Ampurias ni en Cádiz ni en Atapuerca ni en Medina del Campo, una España de Caballé y Mercury a grito pelado, manteniendo el tipo antes del proceso procesal de los procesados.
Érase una España capaz de prohibir dos veces, dos, a Serrat, una España cuyos dueños aún no han superado el síndrome de Estocolmo, una España de arrebato y sosiego, una España que fue, es y es y fue, una España en la ONU y en la UE y en la OTI, una España diseminada e inseminada. Érase una España a una nariz pegada, la nariz del olor de los plutócratas y sus tiburones, la nariz del dolor y el trauma que nunca se queda en su sitio antiguo, marchito, derrotado quizás para siempre.
España es un país de países, una nación de nacionales de todas las clases, es un alegato permanente que se odia y se acicala para los cielos de los patriotas o se arrumba inquieta para los infiernos de los díscolos. España es una república que heredan los Borbones por las buenas cada vez que desisten o se mueren, es un asunto de tahúres zurdos y diestros, de melenudos sin sexo y de acémilas escuálidas, es poco más que un futuro inscrito en una bola de cristal oscuro con aristas históricas.
España es una cartografía de mapas en blanco y negro, de aquellos de las películas de García-Berlanga para todos los púbicos, un almibarado enjuague de vinagre hambriento hecho de pescozones dados a mala hostia, un chiste mal contado una y otra vez, sin gracia pero con el acicate de las venas en flor. España es una sardana de faralaes con jotas y chotis de cuero español a la sazón, un césped de estadio soleado en directo, algo fenomenal según se mire o abyecto y torpe si nos ponemos a olerlo jactanciosos de nuestro saberlo todo, eso tan español como las blasfemias más magníficas del universo humano.
Haz el esfuerzo España, o lo que seas, estrena tu pasado ahora mismo, contémplalo anómala, endurecida desde este futuro de piedra y vértigo, ilumina tus días negros, los de las guerras tan civiles ellas, tan cainitas como hipérboles, traza líneas entre tus españoles para unirlos y separarlos, para refulgir como trapecios convalecientes de una red.
Arriesga España lo que no tienes, sé una vez más lo que no eres, ese vacío estelar inconmovible, el de los patriotas equivocados, ese refugio fronterizo de maleantes, pero también un lugar risueño e irrisorio y fornidamente escuálido. Encarámate sobre tus ruinas y grita una vez más ahí me las den todas.
España
de trigo y maíz y alforjas,
de láminas de acero y vías de tren,
España
azul y blanca y negra y roja y España,
drogada y embalsamada y dragada,
España
de pescadores y de ganaderos
y de goles y de guadañas,
España
con abejorros y con golondrinas,
con ratones y pastorcillas,
con asesinos y cabras,
España
aburrida y alegre,
ensimismada y gritona,
muy gritona,
viva la muerte
y viva yo
y vivan los míos
y Viva España
y las caenas
y las cantantes,
España
en minúscula,
ESPAÑA a lo grande,
libre, múltiple
pero única,
inconfundible España,
surcada por todos
y vencida por ti misma,
alondras y ballenas,
dibujada en los mapas
y desaparecida del mundo,
oculta y europea y americana,
ibérica y peninsular,
de islas e islotes y cordilleras,
meseteña y ribereña,
España sin españoles
y España con españoles,
hombres,
mujeres,
¿Qué diantres eres,
España?
Yo te lo diré.
- Este texto es una adaptación de varios de mis poemas dedicados a España y uno de ellos expresado con las formas de sus versos originales.