Las personas con resistencia a la insulina normalmente no lo saben. Tienen sobrepeso, colesterol alto y un perímetro de cintura superior al normal, 88 cm en mujeres y 102 en hombres pero no sienten ningún síntoma más.
Esta condición crónica puede desembocar si no se toman medidas en una diabetes y se considera prediabetes si no revierte a tiempo. El cambio de vida, de hábitos alimenticios, de actividad física es absolutamente necesario y debe indicárselo un médico endocrinólogo. No hablamos de hacer dieta por nuestra cuenta, de ir a un nutricionista, de realizar la dieta cetogénica, lo primero es que tenemos que saber cuál es el origen de esas resistencia a la insulina que puede llevar consigo la hipertensión arterial, la acantosis nigricans (pigmentación en la piel del cuello y axilas), hígado graso y/u ovarios poliquísticos en mujeres.
La insulina interviene no solo en el procesamiento de la glucosa sino en el manejo y distribución de las grasas así como en el efecto final de muchas hormonas. Revertir esta situación es absolutamente posible si cambiamos drásticamente nuestro estilo de vida. Alimentación sana, caminar al menos una hora al día y reducir la ingesta de azúcares, hará que se reduzca de igual forma la producción de la insulina y por tanto la resistencia a su acción.
Una detección precoz es importante y ver la alteración de ese metabolismo que no es lento como muchas personas creen, sino todo lo contrario. A mayor cantidad de masa, se exige mayor trabajo al organismo y por tanto, hay que vigilarlo. Los síntomas comienzan con hambre o cansancio que nos invitan a ingerir carbohidratos. Después fabricamos insulina y como las células son resistentes a la insulina en acción los alimentos ingeridos se almacenan en forma de grasa.
La insulina es una hormona producida por el páncreas que ayuda a que la glucosa o azúcar que proviene de los alimentos pueda entrar en las células para obtener energía. En las personas con diabetes tipo 2 si como no se produce suficiente insulina, la glucosa se acumula en sangre al no entrar parte en las células. Existen medicamentos para estimular al páncreas para que produzca más insulina y otros para ayudar al cuerpo a utilizar mejor la insulina y combatir su resistencia. En cualquier caso, si tiene síntomas, presenta una obesidad que no se justifica con lo que ingiere y se siente cansado, acuda a un endocrinólogo para que determine la causa de su enfermedad. Puede que está comenzando con una prediabetes y quizá no lo sabe.
Entre los síntomas más comunes que quizá no relacione con esta enfermedad está la falta de concentración, la fatiga crónica, el aumento de peso injustificado, la curación lenta de heridas, la acumulación de grasa abdominal y un índice de masa corporal alto aunque usted alegue que come poco.
En todos los casos, debe existir un análisis completo para determinar estas causas y sobre todo para prever la posible prediabetes y tratarla convenientemente. Es posible que le pidan una prueba de tolerancia a la glucosa, (GTT) para determinar sus valores y ver la capacidad del cuerpo para procesar el azúcar.