Chelsea Elisabeth Manning (de nombre anterior, Bradley Edward Manning) ha sido encarcelada de nuevo. La exanalista militar que filtrara miles de documentos reservados sobre las intervenciones militares de Estados Unidos en Irak y Afganistán, ya pasó por ello varios años en prisión, donde cambió su sexo y su nombre. En 2013 fue condenado a 35 años de cárcel.
Sus abogados, Moira Meltzer-Cohen y Christopher Leibig, han informado de que Manning ha regresado a la cárcel, después de que fuera convocada por un juez y rechazara responder a preguntas de un gran jurado federal sobre las filtraciones del pasado, relacionadas con el caso Wikileaks y con su impulsor, Julian Assange, refugiado en la embajada de Ecuador en Londres desde el verano de 2012.
El juez de Virginia, Claude Hilton, ha ordenado que Manning regrese a la cárcel «después de una breve audiencia en la que confirmó que no prestaría nuevo testimonio», según ha informado la agencia Associated Press. Los detalles de esa orden no han sido dados a conocer completamente, aunque la sesión del tribunal se desarrollara de manera abierta y públicamente.
Manning cambió legalmente de sexo en 2015 y logró salir de la cárcel en 2017, tras un indulto del presidente Barak Obama pocos días antes de que éste terminara su último mandato presidencial.
Según la AP, en esta ocasión, Manning rechazó declarar objetando el secreto del procedimiento utilizado por el jurado. También señaló que ya reveló en el pasado todo lo que sabía sobre el caso Wikileaks ante un tribunal militar. Las condiciones en las que estuvo encarcelado, bajo la calificación de maximum custody detainee (preso con aislamiento máximo) fueron denunciadas internacionalmente.
El relator de Naciones Unidas sobre la tortura las calificó de crueles e inhumanas. En Estados Unidos, grupos diversos y defensores de los derechos civiles consideraron que violaban la Constitución estadounidense. Pero si para una parte de la opinión pública, Manning representa la defensa de la transparencia y de las libertades democráticas, la lucha contra la opacidad de determinados gobernantes, para otros compatriotas suyos -como el presidente Donald Trump- es simplemente alguien que traicionó a su país. Una espía, según ese punto de vista. «Traidora» fue el término utilizado en alguna ocasión por el mismo Trump, cada vez más cercado por las investigaciones oficiales que lo relacionan con la trama rusa.
Hace dos meses, se dio a conocer la intención de Chelsea Elisabeth Manning de dar un salto a la política desde las filas del Partido Demócrata. Para acceder a las primarias, en enero presentó la documentación requerida ante la Comisión Electoral Federal, precisando que se presentaba en el estado de Maryland. En esa ocasión, manifestó que lo hacía porque «vivimos una época difícil, en la que se extienden la opresión, el miedo y el odio«.