Varios activistas de derechos humanos, así como periodistas, han acusado en la sede de Naciones Unidas en Ginebra a Kamel Jendoubi, jefe del equipo de expertos de la ONU sobre Yemen, de cooperar y trabajar con ONGs leales al régimen iraní y a los rebeldes hutíes en Yemen.
Estas acusaciones se han constatado después de que el centro del Golfo para los Derechos Humanos, una de las organizaciones pro-iraníes, hubiera organizado un seminario en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra el pasado viernes 15. Los organizadores anunciaron entonces que Kamel Jendoubi participaría en dicho evento, mientras se tenía constancia de que estaba involucrado en actividades similares con otras organizaciones pro-iraníes, pero no con el gobierno yemení.
Como resultado del anuncio de los organizadores, de dicha actividad del jefe del grupo de expertos en derechos humanos, muchos activistas y periodistas pro derechos humanos que apoyaron al gobierno yemení, protestaron en la puerta de la sala de reuniones, considerando a Kamel Jendoubi una persona no neutral, no independiente, añadieron.
Salah bin Laghber, un periodista yemení, le dijo a AIJES que Kamel Jendoubi no asistió a la reunión para evitar cualquier situación que le generara vergüenza o crítica por parte de los colegas y activistas pro derechos humanos, que usualmente atacan en sus informes a su persona sobre la situación que tiene lugar en Yemen, que consideran absolutamente contraria a la resolución del Consejo de Seguridad del citado país.
Kamel Jendoubi solamente pudo hacer una declaración a través de un video que se retransmitió en la sala de seminarios, que generó mucha rabia e impotencia entre muchos partidarios del gobierno yemení.
Por su parte, el Dr. Taher Bumedra, exjefe de la delegación de derechos humanos en Irak, afirmó que los informes del equipo de expertos de las Naciones Unidas sobre el consejo de Derechos Humanos contradice completamente las resoluciones de Naciones Unidas sobre Yemen.
A través del National Team for Foreign Outreach, un informe periódico que verifica la insostenible situación del país, se constata que Yemen es testigo de la mayor crisis de seguridad alimentaria en el mundo, con 20,1 millones de personas que sufren carencia de alimentos. Esto representa a dos tercios de la población y un aumento del 13% respecto a 2018.
Por otro lado se da constancia de que cerca de 10 millones de personas padecen hambruna y aproximadamente 240 000 se enfrentan a brechas catastróficas de consumo de alimentos. Se estima que 7,4 millones de personas necesitan ya servicios urgentes para tratar o prevenir la desnutrición, incluyendo 3,2 millones por desnutrición aguda, dos millones de niños son menores de 5 años y más de un millón son mujeres embarazadas y lactantes. En definitiva, una situación insostenible que hace de Yemen uno de los países más pobres del mundo y que agoniza ante Naciones Unidas.