Luis de Luis[1]
Manuel Azaña apura sus últimos días, su fatigoso y humillante peregrinar por Francia, rodeado de refugiado, de familia, pero está solo … sin nadie alrededor y puede emprender un largo soliloquio , para explicar, para explicarse las razones, los porqués de la terrible guerra, del fracaso de la República, del antagonismo y odio y violencia que ( como bien supo ver) no cerraría en décadas.
Y Manuel Azaña no está en Francia esperando el final. Está en la calle Fernández de los Ríos de Madrid, en el teatro de la Abadía invocado por José Luis Gómez que, al igual que hizo con Unamuno, le ha concedido su cuerpo, su mirada y su voz durante hora y media.
En una prodigiosa interpretación José Luis Gómez, como un médium que, generosamente, se deja poseer, desaparece, se desvanece, para que el espectador contemple al vencido presidente de la II República Española tomar la palabra y enhebrar su últimas palabras.
Acribillado de soledad, derrotado de tristeza añeja pero con la dignidad entera , la sensatez en guardia y la serenidad de quien tiene la certidumbre de que ha hecho lo correcto y la lucidez de (re) conocerlo Azaña, o mejor, José Luis Gómez emprende sus últimas palabras contra la irracionalidad, el instinto, y el odio entre españoles
Rodeado de sillas vacías, de interlocutores invisibles, de fantasmas y espectros Azaña reúne sus recuerdos, sus encuentros y desencuentros, sus reflexiones y meditaciones para entonar – con la voz levemente rota, la espalda suavemente gacha, el andar dulcemente lento – una suerte de plegaria laica, una súplica agnóstica por el entendimiento, por la mano tendida, por la paz, la piedad y el perdón.
A los espectadores, con un nudo en la garganta, no les queda otra – no nos queda otra – que asentir con las manos rotas por los aplausos.
- Luis de Luis es crítico teatral
REPARTO
José Luis Gómez
FICHA ARTÍSTICA
Dramaturgia y dirección: José Luis Gómez
Selección de textos: José María Marco
Música: Alejandro Massó
Espacio escénico: Mario Bernedo
Iluminación: José Manuel Guerra
Ayudante de dirección: Lino Ferreira
Asistente: Celia Pérez
- Luis de Luis es crítico teatral