Siento el valor de las cosas cuando estoy a tu lado. Eso me hace pensar que me hallo en el sitio adecuado, después de mucho tiempo.
No hay prisa. Eso también es bueno. Nos hemos sabido organizar casi sin pensarlo. Dibujamos un plan que no lo es. Nos servimos de las pacientes dichas para proseguir por la mejor senda.
Nada es comienzo o fin. Somos parte de un proceso. Todo sucede cuando debe. Nada sale mal. Nos hemos procurado empeño, y así seguiremos durante mucho tiempo.
Calculemos, por ende, los ideales, los proyectos, las energías para llevarlos a cabo, y sigamos por esos márgenes que nos nutren con éxitos relativos, pero siempre impulsores de fases diversas, provechosas.
Hay salida, nos digan lo que nos digan. Tengamos la conciencia tranquila. Nos sabremos en el punto crucial en cuanto lo toquemos. La vida pasa rápidamente. Pongamos todo el gusto en ella.
No cejemos en los cimientos beneficiosos. Merecemos la pena. La existencia está repleta de oportunidades. Las iremos consumando. No las apartemos. Es un deber e igualmente un deleite. Caminemos.