Brandenburgo, puerta de esperanza socialdemócrata

CRÓNICAS ALEMANAS

“Lo que nosotros decidimos” (“Das WIR entscheidet”), rezaba el eslogan de campaña del Partido Socialdemócrata alemán en la fiesta de Berlín del pasado sábado en la que se conmemoraban sus 150 años de existencia. Como telón de fondo tenían la mítica Puerta de Brandenburgo, famosa por tantas cosas.

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Entre otras, la de la famosa frase de un Presidente norteamericano John F. Kennedy, que pronunció ante ella la famosa frase de “Yo también soy un berlinés”, ante una ciudad sitiada por el bloque comunista.

Alrededor de 250.000 berlineses acudieron a la cita para escuchar al candidato socialdemócrata Peer Steinbrück y darle su apoyo en una campaña en la que los socialdemócratas alemanes se juegan tanto, y en la que podríamos decir que los ciudadanos de la Unión Europea nos jugamos algo también, que no es poco. Los socialistas alemanes tienen dos barreras que vencer, a cual más difícil: por una parte tienen enfrente a todo un animal político, Angela Merkel, a la que muchos denominan Mutti (“Mamaíta”) porque les protege, saben que los cuida, y por otra parte deben intentar subsanar los fallos y meteduras de pata de su candidato, que no son pocas.

Pero, ¿qué cabe esperar tras ese “Lo que nosotros decidimos” de los socialdemócratas alemanes?, ¿qué quieren para ellos y para el resto de la UE la izquierda moderada germana? Según palabras del candidato en la cita berlinesa, son partidarios de darle un nuevo auge a su país, y entre otras cosas introducir un salario mínimo de 8,50 euros la hora, ya que son conscientes de que unos siete millones de alemanes ganan poco, muy poco, entre miniempleos, midiempleos y cosas por el estilo. Y de cara a la Unión Europea, el Partido Socialdemócrata germano es partidario de ir hacia un Gobierno europeo que cuente con el poder suficiente como para crear un impuesto en las transacciones financieras, al tiempo que pueda crear un fondo común para el pago de la deuda. Pero, teniendo en cuenta, y eso figura en su Programa electoral, que “El tema de la responsabilidad compartida debe dejar de ser un tema tabú”.

Hay un tema en el que tanto la UCD de Angela Merkel como el SPD alemán, cristianodemócratas y socialdemócratas, respectivamente, están de acuerdo, y es el hecho de que los alemanes en general, voten a quien voten, no son nada amigos de financiar con sus bolsillos los errores que han cometido o cometen otros. Al resto de europeos esto nos puede sentar mal como es lógico y tacharlos de todo, desde egoístas a insolidarios, pero no debemos confundir ciudadanía alemana con bancos alemanes, con los banqueros, que son tan banqueros como los españoles, italianos, franceses, belgas o incluso griegos. Sin ir más lejos, hay banqueros españoles que después de haber tenido responsabilidad en la ruina de un banco se han ido a su casa con muchos millones de euros de indemnización, y banqueros griegos por su parte que cuando se “olieron la tostada” de lo que se avecinaba se llevaron el dinero a Chipre, un paraíso fiscal para evasores de la peor estopa, sobre todo rusos.

El Premio Nobel alemán de Literatura Thomas Mann dijo en su día una frase que los políticos germanos parecen haber acuñado con respecto a lo que piensan acerca de la Unión Europea, y de ellos mismos: “No queremos una Europa alemana, sino una Alemania europea”, repiten una y otra vez. Esa es la cuestión porque, ¿cómo encajar el motor de la economía europea, Alemania en este caso, en el resto de una máquina compuesta por piezas que somos los 27 países restantes de la UE? ¿Hasta qué punto están dispuestos los países a “ajustarse” como piezas de esa máquina común para que la cosa funcione? Porque nos va mucho en ello. A todos.

Conrado Granado
@conradogranado. Periodista. Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid. He trabajado en la Secretaría de Comunicación e Imagen de UGT-Confederal. He colaborado en diversos medios de comunicación, como El País Semanal, Tiempo, Unión, Interviú, Sal y Pimienta, Madriz, Hoy, Diario 16 y otros. Tengo escritos hasta la fecha seis libros: «Memorias de un internado», «Todo sobre el tabaco: de Cristóbal Colón a Terenci Moix», «Lenguaje y comunicación», «Y los españoles emigraron», «Carne de casting: la vida de los otros actores», y «Memoria Histórica. Para que no se olvide». Soy actor. Pertenezco a la Unión de Actores y Actrices de Madrid, así como a AISGE (Actores, Intérpretes, Sociedad de Gestión).

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