La gama de impropiedades en los medios de comunicación, y por supuesto en el habla cotidiana, es amplísima, y por eso es prudente de cuando en cuando refrescar conocimientos en función de contribuir con disipar las dudas.
Es frecuente encontrar textos en los que es notoria la falta de tilde, uso inadecuado de signos de puntuación, empleo incorrecto de verbos en gerundio y palabras con significado diferente del que tienen, como el caso de sendos y su correspondiente femenino, que muchos redactores descuidados usan como si fuese sinónimo de algo grande, inmenso, extraordinario.
La palabra sendos nada tiene que ver con lo que generalmente se le atribuye, pues simplemente significa uno o una para cada cual de dos o más personas o cosas: «La profesora nos dio sendos libros de regalo». El ejemplo indica que la profesora dio libros a cada persona, y no hay asomo de que los libros sean grandes, inmensos o extraordinarios. También abundan los casos en los que por mala costumbre u otra razón, usuarios de las redes sociales le colocan inicial mayúscula a toda palabra, lo cual se ha convertido en una especie de plaga.
Estas son, grosso modo, las impropiedades más frecuentes, de lo cual he escrito en muchas ocasiones. Hoy voy a hablarles de algunas palabras que se usan de manera inadecuada, con base en el hecho de que son sinónimas.
De entrada, es menester señalar que la sinonimia de las lenguas no es perfecta, y por eso hay vocablos que, aun cuando son sinónimos, no podrán emplearse en el mismo contexto.
Hace algunos días leí una publicación sobre un evento deportivo (softbol) anual que se celebra en Guanarito estado Portuguesa, Venezuela, en el que se les rendiría homenaje pos mortem (sic) a unos jugadores. Me llamó la atención, pues la nombrada frase latina es aplicable en casos en los que el cadáver de las personas merecedoras de tal o cual reconocimiento, no ha sido inhumado.
En las fuerzas militares, policiales, bomberiles y otras similares, se estila otorgar ascensos al grado inmediatamente superior, a aquellos de sus miembros que han perdido la vida en el cumplimiento del deber. Tal ceremonia se cumple en capilla ardiente, en otra forma o lugar, pero siempre en presencia del cuerpo, del o de los fallecidos. Caso contrario, sería un homenaje póstumo, que al igual que pos mortem, comporta algo después de muerto; pero por la imperfección de la sinónima, cada una tiene un uso específico.
En el caso del evento de Guanarito, sin dudas es un homenaje póstumo, habida cuenta de que el tiempo del fallecimiento no es el mismo que el escogido para reconocerles sus méritos.
En cuanto a alimenticio y alimentario, también sinónimos engañosos, ha habido dudas, y por ende impropiedades. Es común leer u oír bono alimenticio, para referirse a las compensaciones monetarias que los Estados asignan a sus trabajadores. Aquí es prudente aclarar que lo correcto es bono alimentario, toda vez que el bono no alimenta, sino lo se puede adquirir con él, a menos que exista algo que lleve ese nombre y pueda ingerirse como sustento. Alimenticio es lo que alimenta, y alimentario alude a los alimentos o a la alimentación.
En tiempos de elecciones se ponen de moda, como es lógico, términos propios de esa actividad. Es frecuente oír que, por ejemplo, «a los venezolanos en el exterior no se les permitirá sufragar el voto». Quienes incurren en ese desliz no se han percatado de que sufragar y votar son sinónimos. Estimo que ambos términos no son engañosos, dado que están muy bien definidos. Ocurre que a muchas personas, con la intención de mostrar sus «grandes» conocimientos lingüísticos y orales, les encanta sufragar el voto.
Debe quedar que claro que sufragar es sinónimo de votar, y también significa pagar, cancelar, costear, etc. En el caso de comicios, o se sufraga o se vota; pero no las dos cosas a la vez, a menos que alguien dé o reciba una contribución monetaria por el voto. Allí podría decirse que «Fulano sufragó el voto de Mengano».
De la misma naturaleza son electo y elegido, usados indistintamente, sin caer en la cuenta de que tienen un uso para cada ocasión. Electo se le dice a la persona que ha sido favorecida con el voto, pero aún no ha tomado posesión; en tanto que elegido es cuando ya ha asumido sus funciones. El mismo criterio es aplicable para el caso de alguien que haya sido favorecido en una reelección.
Realmente maravilloso el trabajo que realiza David, cómo lo es enseñarnos a utilizar nuestro idioma. Con su aporte, el de otros compañeros y así como el medio donde escriben lograremos comunicarnos mejor cada día.