La semana pasada, en atención a una misiva suscrita por el profesor José Vásquez Manzano, seguidor de este trabajo de divulgación periodística, me referí brevemente al uso del punto y coma (;), con la finalidad de satisfacer una inquietud de este estimado amigo, que aparte de educador, es uno de los pocos que, por lo menos en el estado Portuguesa, maneja con gran facilidad el lenguaje que emplea.
Vásquez Manzano y yo, frecuentemente intercambiamos opiniones acerca de las causas y consecuencias de las impropiedades más frecuentes en los medios de comunicación social y en el habla cotidiana. Ese intercambio nos ha permitido aclarar muchas dudas nuestras y de personas que se preocupan por el buen decir.
Me consultó sobre el motivo por el que el punto y coma, junto con los dos puntos (:), es uno de los signos menos usados en la escritura, especialmente en la redacción periodística.
El motivo del poco uso, lo digo una vez más, no es otro que el desconocimiento, pues muchos redactores creen que da igual usar coma, que punto y coma, o simplemente no usarlos, como ocurre casi a diario, no solo con estos signos, sino con la tilde, con los de interrogación y los de admiración.
Es prudente repetir que el punto y coma se usa básicamente para separar elementos de una enumeración cuando se trata de expresiones complejas que incluyen comas.
Para refrescar lo mostrado la semana pasada, cito de nuevo los dos ejemplos usados, tomados, junto con el enunciado, del Diccionario Panhispánico de Dudas: «Cada grupo irá por un lado diferente: el primero, por la izquierda; el segundo, por la derecha; el tercero, de frente». «Se dieron cita el presidente ejecutivo, Francisco Ruíz; el consejero delegado, Pedro García; el vocal, Antonio Sánchez; y el secretario general, Juan González».
También se usa para separar oraciones sintácticamente independientes entre las que existe una estrecha relación semántica: «Era necesario que el hospital permaneciese abierto toda la noche; hubo que establecer turnos». «Todo el mundo a casa; ya no hay nada más que hacer».
Delante de pero, mas, aunque, sin embargo, por tanto, por consiguiente, se escribe punto y coma, siempre que las oraciones que encabezan tengan cierta longitud: «Los jugadores se entrenaron todo el mes; sin embargo, los resultados no fueron los que el entrenador esperaba».
El mencionado diccionario advierte que si el período encabezado es corto, se usa coma: «Vendrá, pero tarde». Si tiene una extensión considerable, deberá usarse punto y seguido: «Este año han sido muy escasos los días en que ha llovido desde que se sembraron los campos. Por consiguiente, lo esperable es que haya malas cosechas y que los agricultores se vean obligados a solicitar ayudas gubernamentales.
En cuanto a la separación de enumeraciones complejas que incluyen comas, muy frecuente en la redacción periodística institucional y de comunidad, es necesario saber que el nombre se separa del cargo u oficio con coma, y este del nombre, con punto y coma: Miguel Di Nápoli, presidente; Ricardo Sánchez, secretario general; Adela Boscán, secretaria de actas; y Martín González, asesor jurídico.
Cuando el redactor desconoce el uso del punto y coma, el lector se topa con esas enumeraciones que son un verdadero arroz con mango, y que solo por adivinación podrá saberse quién es quién.
Sobre los dos puntos, el otro elemento de esta serie de dos artículos, es menester señalar que tienen usos lingüísticos y no lingüísticos. Preceden a una enumeración explicativa: «Ayer me compré dos libros: uno de Carlos Fuentes y otro de Cortázar». Se usan en la reproducción de citas textuales, que deben escribirse entre comillas y con inicial mayúscula: Lo dijo nuestro padre libertador: «Moral y luces son nuestras primeras necesidades». Se emplean luego del saludo en el encabezamiento de cartas y documentos: «Paisanos guanariteños: Hoy es un día memorable en la historia reciente de nuestro municipio». Sirven también para separar una ejemplificación del resto de la oración: «De vez en cuando tiene algunos comportamientos inexplicables: hoy ha venido a la oficina en zapatillas».
Hay otros casos y ejemplos de uso lingüístico, que por ahora no voy a mencionar, pues estimo que con los mostrados es suficiente para disipar muchas dudas y obtener soltura en el manejo del asunto. En cuanto a lo no lingüístico, les digo que se emplean para mostrar las horas y los minutos, para lo que no habrá espacio de separación: 05:09 a.m. También indican división en expresiones matemáticas: 8 : 2 = 4. Este uso es poco común, dado que por lo general se usa la barra o el símbolo de división: ÷.