«Como dice el tango veinte años no es nada que febril la mirada», en el caso de Art Basel Miami Beach, que cumplió veinte años de presentarse en Estados Unidos en los primeros días del mes de diciembre, mantuvo la mirada febril marcando cada año un récord.
Así se continuará, nos afirmó el director general Marc Spiegler en el día de apertura de la edición 2022: «se seguirá trabajando para mejorar y adaptarse a los cambios mundiales sin perder la calidad y la excelencia».
Mientras hablaba la cúpula de ABMB, recordé la primera inauguración, hace veinte años, la euforia, las firmas auspiciantes derrochando glamour, las autoridades de Miami Beach festejando los ingresos para la ciudad, las galerías alertas ante el nuevo mercado, ofreciendo un abanico de artistas, tendencias y técnicas diversas, una gran celebración. Recordé mis desayunos tempraneros con Sammy Keller, donde hablábamos del arte como centro, y sobre los discutidos contenedores de la playa.
ABMB comenzó a significar para la región la fiesta del arte pero también el fervor participativo de museos, galerías, coleccionistas y colecciones, el renacer económico, la inversión inmobiliaria y las urbanizaciones en el área de Wynwood, zona deprimida de la ciudad, este gran movimiento significó la colocación de Miami en el mapa del arte y del mercado internacional.
En esta edición, la pandemia decantó varios aspectos un tanto frívolos para concentrarse en ventas y presentación de nuevos talentos y expandir los eventos. Surgió la clara visión suiza de Art Basel, (feria a la que suelo asistir y que es «la feria madre»): concentración, organización, valor artístico, negociación de precios y remates efectivos.
Es la única empresa de arte que trabaja a nivel global creando un eje que incluye tres continentes: Europa, América y Asia: Basel (Suiza), Hong Kong (China), Paris (Francia) y Miami (Estados Unidos), consolidando el mercado de arte, impulsando nuevos talentos, afirmando a los maestros y dinamizando económica y comercialmente las ciudades que acogen la feria.
Por la magnitud de la organización y la amplitud del área comercial y artística que moviliza, no tiene parangón en cuanto a ferias internacionales, ni en la historia del arte como ventana internacional para artistas y para la exposición de sus obras. Es un fenómeno socio-cultural y económico que ilumina el panorama donde el arte va de la mano del mercado, afianzando los valores adquiridos por los maestros y presionando con las visiones de vanguardia.
Fui testigo de la historia de ABMB y desde sus comienzos comprobé su potencia y potencial, siguiendo el modelo de Basel que es exhaustivo. Vi el crecimiento de propuestas, la participación de los museos regionales: MOCA, PAMM, FROST, LOWE, The BASS, Wolfsonian-FIU, NSU Art Museum Fort Lauderdale y otros.
La apertura de las colecciones de arte más importantes: The Margulis Collection, de la Cruz Collection, The Craig Robins Collection, Juan Carlos Maldonado Colección y Rubell Collections, la eclosión de galerías y ferias satélites como Design Miami, Nada art Fair, Scope, Acqua Art, Ink Miami, Spectrum, Untitled y el regreso de Art Miami Context, que fue la primera feria de arte del sur de la Florida dirigida por el matrimonio Lester.
Comprendí desde el comienzo la magnitud del evento y lo cubrí desde su inicio, los testimonios están en Periodistas en Español y en Aquí Madrid.
El arte exige ver, saber ver y, en muchos casos, contemplación y silencio. Vanguardia y tradición, inversión y mercado, talento y creación, oferta y demanda. Siempre que se apunta a cuestiones del espíritu hay que observar los aspectos históricos y filosóficos. La expresión artística tiene un valor espiritual, cognoscitivo y universal y un valor material, y éste se define no solo como un estandarte comercial sino porque hay toda una historia del arte que lo soporta.
Desde tiempos inmemoriales el arte esta ligado al dinero, al poder y a los imperios, aunque el mundo se haya democratizado a partir de la revolución industrial, son los sectores de poder adquisitivo los que mantienen el mercado del arte, las galerías y dealers, los artistas y los museos. Es una alianza que viene desde muy lejos y que actualmente mueve millones.
Es verdad que en este juego contribuye la vanidad, la ostentación, el prestigio social, pero la columna del movimiento se apoya en los estudios, investigaciones y conocimientos de los objetos artísticos. La inversión se hace en función de que existe una cultura milenaria artística y cultural que produjo nuestra civilización, especialmente la civilización occidental.
En definitiva, la industria del arte es mucho mas que una simple compra y venta, detrás de cada objeto de arte está el valor de la cultura que produjimos a través de siglos y que continuamos produciendo como una necesidad de expresión fundamental de nuestra naturaleza humana. Y donde solo se nuclea el arte culto, individual, de determinados sectores o disciplinas: el arte indígena, el arte folclórico, el arte ritual o religioso, el arte callejero, el arte ambivalente, tecnológico, el arte de países de la periferia; no participan de esta fiesta, aunque ahora varios aspectos están cambiando.
En el mundo líquido global del que habla el sociólogo Zygmunt Bauman donde los vínculos afectivos, los sentimientos humanos, los lazos laborales y los tejidos sociales solidarios se diluyen por la rapidez del sistema, estamos ante el mundo «VUCA» (en inglés): volátil, incierto, complejo, ambiguo; lo temerario es la renuncia del «Humanismo».
Visitando la feria, tuve la impresión de que el Humanismo se afirmaba como si la época postpandemia hubiera impulsado la necesidad de apoyarse en los valores. Los 282 expositores de 38 países traían lo mejor según sus conceptos y todas las técnicas, tendencias, temáticas e ideas se daban lugar en un armónico equilibrio: el arte afro resaltaba (especialmente tratado en DC Moore Gallery y otras galerías de África), el arte homosexual, el arte líquido de construcción y destructuración, y el Arte Digital NFT, se incorporaban a la gran fiesta. Los maestros convivían con los emergentes y las nuevas propuestas se expandían dentro de los rigores artísticos. Era una visión compacta y equilibrada donde había inclusión y selección.
Es el espíritu de la feria donde converge un esfuerzo mancomunado entre la ciudad de Miami Beach, los coleccionistas afincados, los galeristas y el grupo de empresarios de la zona, para recibir alrededor de 90.000 visitantes al evento, con una ocupación hotelera llegando a casi a un noventa por ciento durante la Semana de Arte de Miami, y con un impacto económico que supera los USD 80 millones, en cifras aproximadas.
Presencia hispana
Las galerías famosas y prestigiosas: White Cube, Gagosian, Pace, Mayoral, Thomas, Marlborough, Acquavella, respaldan con artistas reconocidos y de altos precios y el círculo se va extendiendo a otras galerías internacionales.
Al ingresar a la sala encontramos Meridians, la sección de instalaciones y performance, se destaca la obra de la colombiana María José Arjona, «Chair» (2011), arte efímero, una silla suspendida en el aire, pero en posición horizontal, como cama, la subversión del objeto a otra funcionalidad; sentado, un mimo que aparece y desaparece. En otro extremo de la sala, el artista cubano José Bedia expone «Munanfunda» (2022), con influencia de Lam, expresa los rituales y símbolos afros en transculturación de Cuba.
Conversamos con el señor Castillo dueño de la Galeria Sur Punta del Este: «ABMB es una gran ventana para el arte latinoamericano». Nos muestra el corsé de Frida Kahlo, una pieza única y obras de Berni, Xul Solar y Torres García.
Chile hace presencia con la Galeria Patricia Ready; y Kurimanzutto, la prestigiosa galería mexicana, a través de su portavoz, nos comenta el afianzamiento de arte mexicano en los coleccionistas americanos.
Nahual Ortiz Vidal de la Galeria Barro de Buenos Aires celebra su presencia en ABMB por primera vez después del éxito obtenido con el artista argentino Gabriel Chaile, en la Bienal de Venecia. Argentina está también representada por la galería Ruth Benzacar, y por la galería Jorge Mara, que ofrece obras remarcables del artista Eduardo Stupia. Sin duda, la presencia brasileña dentro del contexto latinoamericano es la más contundente con Vermelho, Luciana Brito y Luisa Strina, señeras figuras del arte brasilero.
Conversamos con Álvaro Puigdengolas, de la prestigiosa galería española dedicada a la gráfica, «Polígrafa», con quien recordamos los comienzos de la feria y el impacto actual en la región y la cultura: «Es la feria del continente americano Norte y Sur. Son los americanos los más interesados, hay un fuerte intercambio comercial y hay que estar alerta a los cambios y tendencias».
Elvira González, acreditada galería española no se pierde la cita: «porque hay interés en nuestros artistas, hemos vendido muy bien las cerámicas de Miguel Barceló.» Otro tanto sucede con Leandro Navarro, Elba Benítez y la Galeria Maisterra Valbuena. Belén Valbuena afirma que «ABMB es un punto de encuentro en arte fundamental entre Estados Unidos, Latinoamérica y Europa».
La galería José de la Mano presenta en la sección Survey de reconocimiento artístico histórico, la obra textil de la artista Aurelia Muñoz, «revalorizada últimamente y siendo una de las pocas artistas españolas que exhibe en el MOMA»- me explica el director de la galeria, Alberto Manrique de Pablo.
Pienso en la enorme movilización de aseguradoras, transporte, medidas de seguridad, catalogación, museografía de los stands, la dinámica de precios y ajustes de esta feria monumental, que ha mostrado en sus dos primeros días de apertura un mercado activo mejor de lo previsto, el caso de la galeria Gagosian que vendió cincuenta obras a las pocas horas de iniciada la feria.
Según me comunica un financiero de Boston, que no desea ser identificado, el mercado del arte podría estar en alza ante un ambiente volátil, en recesión e inflacionario. Además, los compradores no son solo de América o Europa, se han incorporado chinos, árabes y rusos. Las perspectivas futuras parecen alentadoras.
Al salir me encuentro con una extraña pieza de arte sacro, del artista americano George Tooker (1920-2011), quien en sus últimos años se convirtió al cristianismo, las pinturas pertenecieron al altar de la iglesia. Un bello mensaje en las fiestas navideñas.
Ferias satélites y otros eventos
DESIGN MIAMI, nos dedicó diversos diseños mirando al futuro con materiales no convencionales. Sorprendió la caja de vidrio creada por Dolce Gabbana para mostrarnos su colección de joyas, con engarces barrocos y diversidad de piedras preciosas. La gargantilla que me gustaba estaba en nueve millones.
ART MIAMI CONTEXT, ha dejado claro su perfil de feria abierta, un tanto atiborrada pero que recibe propuestas eclécticas y promueve artistas diversos, dando impulso preferentemente a las galerías regionales.
La galería Cernuda, como siempre, ofrece una impecable museografía del arte cubano. Conversamos con Pablo Goebel director de la Galeria que lleva su nombre y presenta arte mexicano, conocedor, encuentra piezas muy únicas. Lelia Mordoch crea un eje entre Paris y Miami. Freitas, desde Venezuela y Durban Segnini Gallery desde Miami, traen arte latinoamericano. In the Gallery expone artistas de Dinamarca. Infaltables, las precursoras de esta feria: Diana Lowenstein y Berenice Steinbaum Gallery.
UNTITLED, junto a la playa, ahora regenteada por una española a la que no pudimos localizar, se enfoca en los emergentes y trae novedades al panorama cada vez mas extenso de esta semana de arte en Miami.
Este año se sumó Nina Torres con Arte Digital y artistas locales con propuesta en diversos hoteles, una muestra urbana del programa «No Vacancy». En el Hotel Faena vimos la obra «Patria y Vida» de Antonia Wright y Rubén Millares basada en la canción de protesta pacífica del 11 de julio de 2021 en Cuba. Los creadores de la canción, Luis Manuel Otero y Maykel Osorio, fueron condenados a cinco y nueve años de cárcel respectivamente.
En el PAMM pudimos apreciar la obra del artista argentino Leandro Erlich: «Liminal», interesante y sugestiva, completando así el periplo de arte.
En la playa, ante el atardecer tropical, me siento invadida de colores, formas, líneas, texturas, volúmenes, temas y figuras que representan un mundo que se transforma, pienso si no estoy asistiendo a la gran mutación del arte, donde en el futuro, compartiremos con la inteligencia artificial expresiones desconocidas.