La Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzó a Sarah, un avatar de inteligencia artificial generativa como fuente de información médica alternativa, en vísperas del Día Mundial de la Salud, el domingo 7 de abril, informa la IPS desde Ginebra.
Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la entidad, dijo al presentar la iniciativa que «sabemos que el futuro de la salud es digital y la OMS se ha marcado como prioridad aprovechar todo el potencial de estas nuevas tecnologías».
El nombre corresponde a las siglas en inglés de Smart AI Resource Assistant for Health (SARAH, Asistente inteligente de recursos de IA para la salud), y a un avatar que se probó durante la pandemia de la COVID-19 con otro nombre (Florence), presentado ahora con nueva tecnología.
La versión mejorada de modelos anteriores trata de interactuar de forma más empática con los usuarios, buscadores habituales de información sobre salud, gracias a la inteligencia artificial generativa, en cualquier tipo de aparato, las veinticuatro horas del día y en ocho idiomas.
Sarah ofrece información sobre temas principales del área, como la salud mental y los hábitos saludables, para ayudar a mejorar la salud y el bienestar diario de las personas e informarles de sus derechos a la atención de salud, allá donde se encuentren.
Por ejemplo, explica cuáles son los factores de riesgo de algunas de las principales causas de defunción en el mundo, como el cáncer, las cardiopatías, las neumopatías y la diabetes, indicó la OMS.
También brinda información actualizada sobre recursos disponibles para abandonar el hábito tabáquico, mantenerse activo, tomar una alimentación saludable y reducir el nivel de estrés, entre otros temas.
Sarah no se basa en secuencias de comandos o algoritmos preestablecidos, sino que funciona mediante la inteligencia artificial generativa.
El modelo de inteligencia artificial biológica de Soul Machines, la firma de origen neozelandés que ha desarrollado y da soporte a la herramienta, ofrece información precisa e inmediata, y mantiene conversaciones interactivas y personalizadas.
Sus creadores sostienen que esas conversaciones se asemejan más al diálogo entre humanos, y ofrecen respuestas detalladas, empáticas y libres de prejuicios.
La OMS indicó que se ha propuesto evaluar y perfeccionar esta herramienta de forma continuada -todavía no puede visualizar imágenes-, para facilitar el acceso de la población a la información científica sobre salud, sin renunciar a los principios éticos más estrictos.
«Sabemos que la inteligencia artificial puede aportar grandes mejoras en la salud pública, pero no podemos obviar cuestiones éticas fundamentales asociadas a ella, como la igualdad de acceso, la confidencialidad, la seguridad, la fiabilidad, la protección de los datos y los sesgos», reconoció la entidad sanitaria mundial.
Agregó que «los programadores, los responsables políticos y los profesionales de la salud deben tener en cuenta las consideraciones éticas y los derechos humanos a la hora de desarrollar y utilizar la inteligencia artificial, para que todos podamos aprovecharla».
La OMS propone que se siga investigando esta nueva tecnología, para estudiar sus posibles beneficios para la salud pública y entender mejor los retos que puede conllevar.
Sarah «es un ejemplo más de las posibilidades que ofrece la inteligencia artificial para dar un acceso mejor y más interactivo a la información sobre salud en el futuro», dijo Tedros.
«Invito a todos los investigadores a que nos ayuden a seguir investigando para que esta tecnología nos ayude a reducir las desigualdades y a proporcionar información actualizada y fiable sobre salud a todas las personas», agregó el responsable de la OMS.