«La herida» del director sevillano Fernando Franco con la revelación de una excelente actriz: Marian Alvarez y «Para quienes no pueden contar ningún cuento” (For those who can tell no tales) de la directora bosnia Jasmila Zbanic han cerrado este viernes en San Sebastián la competición oficial, en espera del Palmarés el sábado por la noche y la clausura con la proyección fuera de concurso de «El jóven y prodigioso T.S Spivet» del director francés Jean Pierre Jeunet.
Fernando Franco, director de «La herida»Montador de profesión, entre otras en la brillante «Blancanieves» de Pablo Berger, Fernando Franco se ha lanzado ahora en la realización con una interesante ópera prima: «La herida», que es sin duda lo mejor que hemos visto de cine español en esta competición, y podría aspirar a figurar en el Palmarés. Su puesta en escena nerviosa y siempre cerca de su personaje pone de relieve el talento de una brillante actriz Marian Alvarez. Poco conocida fuera de España, Marian Alvarez obtuvo el premio de mejor actriz en el festival de Locarno 2007 en «Lo mejor de mi» de Roser Aguilar. En San Sebastian 2013 podría ahora alzarse sin problemas con un merecido premio de interpretación femenina.
«La herida», como lo anuncia el título, es un desgarrador retrato de mujer a la deriva, a la que su novio ha dejado no sabemos muy bien por qué. Un personaje que vamos a ir descubriendo poco a poco. Una joven que trabaja conduciendo una ambulancia en contacto directo con la muerte y la miseria del mundo que transita por los servicios de urgencias de los hospitales. Una mujer solitaria y autodestructora, que pasa su tiempo «chateando» en internet, y vive sóla con su austera madre. La cámara filma de cerca la vida cotidiana de esa mujer, su trabajo diario, y sus estados de ánimo, que pasan de la normalidad a la depresión, de la automutilación a la euforia de fiestas nocturnas en donde bebe, se droga o tiene relaciones pasajeras.
Marian Alvarez lleva sobre sus espaldas el peso de esta historia a tumba abierta, a la que consigue darle credibilidad y seca emoción. Aunque montador de oficio, Fernando Franco utiliza mucho el plano secuencia en su realización, y su puesta en escena está al servicio de su personaje protagónico, una mujer enferma, desesperada y obsesionada por recuperar a su novio. Una apuesta atrevida y arriesgada la de «La herida», que podría figurar también en el Palmarés de esta sección oficial.
For those who can tell no tales
«Para quienes no pueden contar ningún cuento” (For those who can tell no tales) de la directora bosnia Jasmila Zbanic es una ficción que habla del silencio que existe en Bosnia sobre los crímenes de guerra allí perpetrados. El guión nace del encuentro entre esta cineasta bosnia y una turista australiana, Kym Vercoe, que hace de si misma en la película, quien en un viaje a Visegrado –ciudad serbio bosnia- descubrió que el hotel en donde se alojaba había sido escenario de horrores, asesinatos y violaciones de cientos de mujeres bosnias.
La muy loable intención de luchar contra el olvido y la impunidad, está servida sin embargo en esta ocasión con un guión de escaso relieve, que va del propio viaje turístico de la protagonista hasta su detención por la policia serbia. Un poco amable inspector le hace comprender a la protagonista que es persona non grata en ese país, y que las cosas han cambiado menos de lo que parece. Nacida en Sarajevo, Jasmila Zbanic ganó el Oso de oro en Berlín 2006 con su ópera prima «Grvabica», en donde abordaba ya este mismo tema de las violaciones de mujeres bosnias durante la guerra por las tropas sebias, a través de la historia de una madre y su hija afectadas por el traumatismo de esos crímenes de guerra.
Esta noche el festival de San Sebastián concede aquí el segundo premio Donostia de esta 61 edición. Una dosis de glamour con el actor de origen australiano Hugh Jackman. Tras la ceremonia del premio Donostia se proyecta fuera de concurso «Prisioneros» película norteamericana de Denis Villeneuve, en la que Jackman es el protagonista. Mañana sábado tiempo de pronósticos y de Palmarés.
Después de tantos días…, imposible encontrar algo con lo que emocionarse de verdad, incondicionalmente. En vano buscar un poco de belleza, de verdad, de poesía en tantas y tantas películas… Mejor buscar agua en el desierto. ¿Y para este cine mediocre hasta la médula, pequeño-burgués a machamartillo, existen los festivales a costa del erario público? Mejor con ese presupuesto dar de comer a los necesitados de pan, ya que os negáis a alimentar el espíritu humano inundándolo con vuestra bazofia pseudocultural. Todo queda en anécdota, trivialidad, opacidad, grisura, mero entretenimiento si acaso,
vacuo espectáculo: Productos para zombies, no para personas don dignidad y sensibilidad. Señores, exigimos un cine original, creativo, hecho desde el espíritu para todas las personas.