«Decía mi abuela» (Ma grand-mère disait) un espectáculo de Eva Castro

La guerra de España metáfora universal de la resistencia

Asistí en París a la función de «Ma grand-mère disait» (decía mi abuela) emocionante y poética adaptación teatral de textos del escritor y poeta francés Serge Pey, (hijo de un republicano español en Francia) a cargo de la actriz de origen español Eva Castro, una obra que merecería también amplia difusión del otro lado de los Pirineos. Esperemos que lo consiga.

Ma-grand-mere-cartel «Decía mi abuela» (Ma grand-mère disait) un espectáculo de Eva Castro

A partir de textos de Serge Pey en «El tesoro de la guerra de España» (Le trésor de la guerre d’Espagne) y «El buzón del cementerio» (la boite aux lettres du cimitière), Eva Castro actriz y directora teatral, nos ofrece una inspirada y original adaptación, interpretación y puesta en escena en la que los recuerdos familiares del autor sobre la guerra de España, se convierten en hilo conductor de un grito de resistencia universal de ayer y de hoy, pero en boca de un personaje femenino.

Evocando recuerdos de infancia de una niña en nuestro ruedo ibérico, con una sobria pero esmerada puesta en escena, sola en el escenario, entre luces y sombras, la actriz se apoya en ese sólido y poético texto, para hacernos viajar de una resistencia a otra, con fragmentos de canciones que ella misma interpreta a capela dando el tempo que acompaña el relato, saltando de una a otra realidad, desde el paso del Ebro, Bella ciao, En el tiempo de las cerezas, La estaca, o Grandola Vila Morena… entre otras.

Su puesta en escena con pocos elementos y accesorios – un pupitre, un clavel rojo o un pañuelo violeta, una música de fondo evocadora de cantos de la guerra civil al comienzo, o el sonido del agua en la montaña y ecos de sonidos más contemporáneos al final- se apoya sobre todo en su propia expresión corporal que ocupa el escenario con la elegante gracia de sus desplazamientos.

Como dirían en el cante jondo, no cabe duda de que Eva Castro tiene duende, y lo trasmite, cautivando nuestra atención con su cálida y enérgica voz, su mirada y sus manos, su lenguaje gestual y sus pasos de danza, trasmitiendo profunda emoción humana.

Vestida de negro, entra en escena con una mochila, para contarnos esta historia de resistencia, de ayer y de hoy. Su frágil silueta desprende al mismo tiempo una energía contagiosa y una evidente determinación, pues su objetivo declarado es la transmisión y la memoria, en este siglo veintiuno de nuevo amenazado por la peste negra.

Entre los mejores momentos de ese texto repleto de fantasía que hace trabajar nuestra imaginación, destaquemos una lección de dialéctica de la resistencia con un salmón capaz de pasar a través de una enorme cascada de agua contra la corriente, una madre que inventa códigos y señales al tender la ropa para ayudar a los combatientes, o un simple banco en un cuartel donde, cuestión de equilibrio, se balancean un militar y una presa que calcula el momento de su evasión. Pero también una singular sesión de cine en familia al aire libre en el pueblo, o un padre que transforma una puerta de madera en acogedora mesa confraternal.

Esa hora de intenso y emocionante espectáculo que logra transmitir memoria tejiendo lazos entre pasado y presente, ha alimentado mi curiosidad para mejor conocer a Eva Castro, que me ha contado los detalles de su ya larga trayectoria artística, y la andadura de su pequeña compañía teatral Ginkgo Biloba, mientras tomábamos un vino caliente en el barrio de Montmartre.

Nacida en Sevilla, Eva Castro (tal es su nombre de artista) cursó estudios en el Colegio francés en su ciudad, lo que explica su doble cultura y su buena pronunciación en ambos idiomas. Tras su paso por el conservatorio tuvo su primer gran aprendizaje en el Teatro Estable de Granada, bajo la dirección de Fernando Cobos. Cinco años de actividad teatral de repertorio clásico, de Shakespeare a Brecht o Calderón; «Con él aprendí lo esencial del oficio de actriz» asegura Eva Castro que decidió finalmente instalarse en Francia.

En el Théatre du soleil (Teatro del sol) en la Cartoucherie de Vincennes en París, bajo la dirección de Arianne Mnouchkine empezó Eva Castro una nueva etapa de su carrera. «Siempre quise vivir en Francia» afirma destacando que esa experiencia fue su segunda gran escuela teatral. Era en 1994 con la obra de Helene Cixous La ciudad perjura, o el despertar de las Erinias».

Desde la creación en 1964 del Theatre du soleil, la veterana Arianne Mnouchkine, quien sigue en actividad, ha sabido siempre atraer a numerosos artistas, siendo su teatro un vivero y escuela de actores, que luego a menudo han volado con sus propias alas escapando a su matriarcado. Su reputación es la de imponer a sus actores profesionales o no, una férrea disciplina y un sólido aprendizaje, rodeada siempre de grandes artistas venidos de horizontes y países diversos.

El recorrido profesional de Eva Castro pasa también por encuentros con Omar Porras (Bodas de sangre de García Lorca), con Hansgunter Heymer (el rey Lear), Alain Fleury (papa’s memory), Isabelle Starkier (El Quijote) y muchos otros, hasta la creación de su propia compañía en 2013: Teatro Ginkgo biloba.

Se lanza así en la adaptación, puesta en escena e interpretación en solitario de una novela de Claire Etcherelli:  «Elise ou la vraie vie» (Elisa o la verdadera vida). Un personaje de mujer que la conmueve, encarnando con convicción a una empleada de supermercado que se duerme leyendo una novela sobre la condición de la mujer trabajadora en los años cincuenta, en donde evoca el racismo, el trabajo en cadena en la fábrica, o la guerra de Argelia. Un gran éxito aplaudido por la crítica teatral en 2016.

Ese trabajo de memoria que habla del pasado para mejor comprender nuestro presente, lo prosigue ahora Eva Castro con «Decía mi abuela», pero en esta ocasión son los textos del escritor y poeta francés Serge Pey los que le han servido de inspiración. La memoria sobre la guerra civil y la dictadura franquista son aquí metáfora universal de la resistencia.

«Esperamos poder llevar la obra a España y a América Latina, pero en todo caso iremos en el mes de julio al festival de Avignon» nos dice Eva Castro al despedirnos. Les deseamos pues mucha suerte, o «mierda» como dicen en el teatro.

«Ma grand-mère disait» con Eva Castro. Del 5 de diciembre al 12 de enero en el teatro parisino de la Manufacure d’Abesses

Julio Feo Zarandieta
Periodista profesional en Francia desde 1976. He trabajado durante 35 años como periodista (Responsable de edición y critico de cine) en el servicio en castellano de Radio Francia Internacional. Pero también como corresponsal en Paris de diversos diarios y semanarios españoles y critico en Cine Classics (canal plus). Jubilado desde el 2013, escribo ahora en Periodistas en español y en Aquí Madrid. Miembro del Sindicato Francés de la critica de cine y de Fipresci, he cubierto numerosos festivales de cine internacionales, muy especialmente Cannes y San Sebastián. Militante antifranquista en los años sesenta, resido en Francia desde 1974, fecha en que me acordaron el asilo político. Hoy en día tengo la doble nacionalidad hispano francesa.

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