«Mon âme pour toi guerie» (mi alma por ti curada) es un entrañable drama del escritor y director de cine francés François Dupeyron, autor de cinco novelas y de una brillante filmografía iniciada hace ya treinta y cinco años, que le ha valido numerosos premios y nominaciones.
Cesar al mejor cortometraje documental en 1984 por “La noche del buho”, Cesar al mejor corto de ficción por “Lamento” 1986.
Su primer largometraje de ficción “Extraño lugar para un encuentro”, con Catherine Deneuve, en 1989, tuvo varias nominaciones a los Cesar, y fué el comienzo de una brillante filmografía con películas como “El señor Ibrahim y las flores del Corán” 2002, “El pabellón de los oficiales” 2000, o «Que es la vida» galardonada con la Concha de oro en 1999 en el festival de San Sebastián.
A menudo en sus películas, Dupeyron filma con gran sensibilidad el sufrimiento, las dudas existenciales de personajes marginales, perdidos en la vida, almas heridas que buscan sobrevivir, perdedores venidos de horizontes diversos. Es también el caso en “Mon âme pour toi guerie”, interesante adaptación de una novela del mismo Dupeyron, transformada en guión cinematográfico, que se interroga una vez mas sobre el sentido de la vida, y como sobrevivir frente a la adversidad.
Dupeyron situa su película en el sur de Francia, pero mostrando en cierta manera la otra cara de la moneda de la dorada costa azul, con una mirada muy crítica sobre la realidad social. Sus tres personajes principales: Fredi (Gregory Gadebois), es una especie de gran oso cuarentón que ha heredado, de su fallecida madre, el don de curar a la gente con el magnetismo de sus manos desnudas y padece ataques de epilepsia; Nina (Celine Sallete), es una mujer alcohólica que vive sola en una gran mansión y deambula de bar en bar, borracha pero digna; y el padre de Fredi (Jean Pierre Darousin) es un hombre que no llega a comunicar con su hijo.
Sus protagonistas forman parte de una especie de mundo marginal, un subproletariado que vive en caravanas, en un camping de la ciudad, juguetes rotos de una sociedad en crisis. Con realismo y sensibilidad presenta Dupeyron toda una galeria de perdedores, los vecinos de Fredi y gentes que acuden a él porque necesitan créer en algo, en un contexto social que contrasta con las playas millonarias de esa costa azul.
Al atropellar a un niño con su moto, Fredy sufre un traumatismo que le lleva a poner su vida en tela de juicio. Tratando de ayudar a esa adinerada mujer alcohólica, encontrará la terapia para salir adelante en su propia vida, y resolver al mismo tiempo la conflictiva relación con su padre. Un tema recurrente en el cine de Dupeyron, recordemos que el padre de “Que es la vida?” se ahorcaba al final de la película.
Gregory resulta excelente en ese papel de cuarentón perdido en el siglo de absoluta humanidad. Destaquemos también su ajustado casting y la siempre apreciable presencia de Jean Pierre Darrousin, en el papel del padre de Fredi. La música y la voz de Nina Hagen, acompañan los momentos mas dramáticos de este relato desesperado, que Dupeyron ha preferido terminar con una nota de optimismo.
Su conclusión: el amor como terapia para curar las heridas de la vida es precisamente lo que ha inspirado el título de la película, extraido de un poéma de Baudelaire:
“Mi alma por ti curada, por ti luz y color. Explosión de calor. En mi negra Siberia” Un título que incluye el amor evocado por el poéta y muy diferente al de la novela del mismo Dupeyron en que está basado el guión, que era “Chacun pour soi, Dieu s’en fout (Cada cual a lo suyo, a Dios le da igual), editada en 2009.