El Centro Cultural de España en la capital mexicana acoge una muestra fotográfica dedicada a reflejar el drama de los centroamericanos que buscan una vida mejor en los Estados Unidos. Amnistía Internacional México ha sido la promotora y se podrá visitar hasta el 19 de enero de 2014.
Se titula «Viajes invisibles, migrantes en México: protejamos sus derechos” y refleja todo el dolor y el dramatismo de la odisea que emprenden miles de personas, que se ven obligados a marchar de sus lugares de origen aún a sabiendas de que el viaje será duro. Aunque, como confiesan algunos, nadie se imagina el auténtico horror de lo que sucede en ese infernal camino a la “tierra de libertad y prosperidad”, como denominan al país de Obama.
Cada año, miles de migrantes sufren secuestros extorsivos y desapariciones en su paso por el México. Asimismo, sufren de detenciones arbitrarias, extorsiones y amenazas. Mujeres, niños y niñas son particularmente vulnerables a sufrir violencia sexual o caer en redes de trata. Muchas de las víctimas no viven para contarlo.
La mayoría de los delitos contra migrantes son cometidos por bandas del crimen organizado. Pero muchas veces estas bandas cuentan con el apoyo o la tolerancia de funcionarios públicos, aunque parezca mentira. Y las personas que defienden los derechos de quienes migran también continúan sufriendo intimidación y amenazas. Su trabajo es un obstáculo para quienes se benefician de la falta de acción gubernamental.
Lo contaba Andrea González, defensora de los derechos humanos de migrantes e integrante del colectivo “Ustedes somos nosotros”, el día de la inauguración. “Nosotras teníamos un albergue en el municipio de Huehuetoca, Estado de México. Por la falta de respuesta para reducir la inseguridad de la zona, lo transformamos en un comedor. Pero en julio de este año, la situación se volvió tan grave que lo tuvimos que cerrar”. Ahora, simplemente entregan comida a las personas que caminan por su zona de influencia.
Hay otras personas que se dedican a buscar a los miles de desaparecidos que un día llegaron a territorio mexicano y parece que se volatilizaron. No se supo nada de ellos. Y familiares que persiguen un sueño: encontrar a sus seres queridos. Es el caso de Ana Enamorado, una madre hondureña cuyo hijo desapareció en el estado de Jalisco en 2010. Esta mujer denunció el caso a primeros de 2013 pero asegura que no están investigando adecuadamente. “Sólo han enviado algunos oficios, pero me dijeron que el lugar donde desapareció mi hijo es muy peligroso y que no han investigado por ahí”, confiesa. Esto es lo que dice la mayoría, que los investigadores de la policía no se atreven a entrar en ciertos territorios, “propiedad” de mafias peligrosas para ellos, como si no lo fueran para los familiares que buscan respuestas.
El director ejecutivo de Amnistía Internacional, Perseo Quiroz, confía en que este gobierno cambie las tornas y que los migrantes obtengan acceso a la justicia y la seguridad, porque “las autoridades deben llevar ante la justicia a todos los responsables de abusos y delitos contra migrantes, incluyendo funcionarios públicos”. Si se terminase con la impunidad sería un paso fundamental para disuadir a los agresores y mejorar la protección de todos, de migrantes y de quienes les ayudan.
Exposición:
Centro Cultural de España. Calle Guatemala 18 (detrás de la Catedral). Zócalo. México DF.
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