“Gloria es una carta de amor a esa gran actriz chilena: Paulina García, con la que quería trabajar desde hace mucho tiempo” declaró el cineasta chileno Sebastián Lelio al participar este lunes en la presentación en avant première en el cine Majestic Passy de París de su película “Gloria”, organizada por la Asociación “Espagnolas en París”.
“Mi forma de trabajar –añadió Lelio- es adaptar mi personaje al actor y no al contrario. Siempre busco construir los personajes a partir de lo que el actor puede darme”. Su estreno está previsto en Francia el próximo 19 de febrero.
Los misterios de la distribución comercial han provocado en Francia la tardía exhibición de esta magnífica película, que tras su premio (Oso de plata a la mejor actriz) en el festival de Berlín, hace ya un año, ha proseguido una carrera de éxitos en los festivales de cine y en las salas comerciales, con reconocimiento unánime del público y de la crítica. “Gloria” ha sido nominada en la categoria mejor película iberoamericana en los Premios Goya 2014, y mejor película extranjera en los Oscar de Hollywood. Un recorrido de galardones que había empezado con el premio Cine en Construcción del Festival de San Sebastián en 2012.
Esta joya del cine chileno más reciente es el cuarto largometraje de ficción de Sebastián Lelio, autor de siete cortometrajes, que dirigió su ópera prima en 2005 : “La sagrada familia”, presentada en Horizontes Latinos en el Festival de San Sebastián, cuando todavia firmaba como Sebastián Campos, el apellido de su padre adoptivo. Luego decidió cambiarlo por Lelio, apellido de su padre biológico, en 2009 presentó “Navidad” en Cannes, y en 2011 “El año del tigre” en Locarno. Con “Gloria” se alzó con el Oso de plata en Berlin.
Cineasta chileno, de origen argentino, Sebastián Lelio, nacido en 1974, afirma haber hecho esta película pensando en la generación de su madre, aunque aclara que el personaje de Gloria no tiene nada que ver con ella. “En Chile y en el mundo hay muchas Glorias como la de la película”, dice el cineasta. Una mujer de 58 años, casi sexagenaria, divorciada, madre y abuela, pero con una enorme vitalidad y ganas de vivir. Una mujer libre, cuyos hijos ya se han ido de casa y llevan sus propias vidas, que acude regularmente a una sala de baile para solteros, para divertirse y encontrar gente después del trabajo. “Tengo gran admiración por esos sexagenarios con una gran energia vital, que nos dicen a voces como seguir viviendo es un derecho y un deber”, añade.
Nace así un idilio entre Gloria y Rodolfo, un hombre de su edad, que resulta ser menos libre de lo que afirma, pues mantiene a su esposa y a sus dos hijas, totalmente dependientes, sin decidirse a romper con ellas. A través de esa relación sentimental y sexual entre esos dos cincuentones con ganas de vivir, Lelio filma con sensibilidad y pudor sus cuerpos desnudos, sus esperanzas y frustraciones, sus relaciones con la familia y los amigos.
Los diálogos, dice Lelio, “son a menudo improvisados e inspirados de fragmentos de vida, en la ciudad de Santiago de Chile, conversaciones escuchadas aquí o allá, que hacen de Gloria una película muy Santiagueña, radicalmente local y al mismo tiempo muy universal”
Cuando en el coloquio le señalan que en su película los hombres tienen el peor papel, cobardes o ausentes… Lelio afirma que “esa imagen de los hombres chilenos tiene algo de documental”. Sin prentender generalizar, los dos hombres de la película: el exmarido y el amante de Gloria, son en efecto el reflejo de una generación que vivió los años negros de la dictadura chilena. Sin ser una película “política”, el cineasta sitúa en varios trazos bien precisos el entorno de su relato, con las manifestaciones estudiantiles como telón de fondo en el Chile actual, con reflexiones sobre la juventud chilena y sobre ese país de doloroso pasado, sugiriendo varias pistas sobre el lado oscuro de sus personajes, que permiten comprender mejor sus reacciones.
“Cuando el guión estaba casi terminado – cuenta Lelio – no tenía todavía título, pero pensando en Gloria de John Casavettes y en Gena Rowland, decidieron lllamarla así a esa mujer chilena decidida, libre y con mucho caracter. La canción de Umberto Tozzi que cierra la película llegó tambien como colofón en el último momento.
La cinta está repleta de guiños cinéfilos, como las gafas de Gloria, que hacen pensar en “Tootsie” y en Dustin Hoffman, la música de Mahler como en “Muerte en Venecia” de Luchino Visconti, o la escena de la peluqueria con un guiño a “2001 la odisea del espacio” de Stanley Kubrick. Lelio asume esas influencias y sin mayor pretensión subraya: “Poner esas citas cinéfilas, que además no cuestan nada, en una película latinoamericana como esta de bajo presupuesto, es tan sólo para mí una forma lúdica de filmar”.
“Gloria” es una película tónica, divertida, agridulce y al mismo tiempo profunda en los temas abordados: La voluntad de una mujer madura de seguir disfrutando de la vida, la relación entre padres e hijos y entre las generaciones que se van sucediendo con la evolución del país. “La película ha sido muy bien acogida en Chile, en círculos muy diversos –declaró Lelio- y todo el mundo emplea ahora el término de Gloria, para referirse a ese tipo de mujer moderna que caracteriza de forma genial la actriz Paulina García”.
Como lo dijo la propia actriz en un mensaje enviado por skype desde Santiago: “!Que la disfruten! Va dedicada a esa Gloria que todas ustedes llevan dentro”. Larga vida pues a las “Glorias” del mundo entero y al buen cine chileno.
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