Suiza, no es solo deportes de invierno, chocolate y relojes, es un país con una planeada política cultural que alienta la creación de museos y eventos, y preserva, con rigor, su patrimonio artístico y cultural.
En este viaje a Europa tuve ocasión de recorrer varios museos y centros culturales y comprobar que la cultura en Europa es algo esencial de la vida de sus pueblos.
Esta política refuerza el turismo y convierte a Suiza, en un centro de actividades culturales y en un interesante mercado de arte mundial.
La presencia de la prestigiosa feria de arte ARTBASEL, que se inició hace más de tres décadas, colaboró en crear una dinámica cultural, orientando el arte internacional hacia el eje Berlín-Basilea (Alemania-Suiza). Y también ha creado Art Basel Miami Beach, incorporando al sur de la Florida en el mapa de arte internacional.
Tuve ocasión, en una oportunidad, de conversar con el jefe de comunicaciones de Asuntos Culturales de Ginebra, Jean Bernard Mottet, que me comentaba: “Suiza tiene una activa política cultural, que se articula entre Gobierno Central y regionales, involucrando a las empresas privadas para promover productos culturales y proteger la herencia artística.”
Este interés ha impulsado la creación de nuevos museos como la Fundación y Museo Martin Bodmer sobre el lago de Ginebra, el Zentrum Paul Klee, en Berna y el Centro Durrenmatt en Neuchâtel, como asimismo, la revalorización de la región donde nació el ensayista y escritor Denis de Rougemont, que marcó con su pensamiento la mitad del siglo XX.
Fundación y Museo Martin Bodmer
Es la única colección de libros y manuscritos en el mundo que abarca 3000 años de historia. Surgió de la pasión de un joven que decidió coleccionar libros durante toda su vida, Martin Bodmer.
Sylviane Messerli, vice-directora de la Institución, me explica: “Bodmer vino a Ginebra por un programa de la Cruz Roja, se enamoró del lago y compró 50 hectáreas para construir 2 pabellones donde decidió guardar su legado y crear su Fundación, que se ha convertido en un centro cultural y de investigación.”
La colección se apoya en cinco pilares fundamentales: la Biblia, Homero y la antigüedad clásica, Dante y la herencia medieval, Shakespeare y la entrada a la modernidad, Goethe y la reflexión humanística.
En 1999, se decide crear un Museo para la exhibición permanente de la colección, según proyecto del renombrado arquitecto suizo Mario Botta y se inaugura el 21 de noviembre de 2003.
El Museo es un templo bibliófilo, donde el libro y la palabra escrita son los protagonistas. Cuenta con 150.000 objetos entre libros, manuscritos dibujos y piezas de arte, de las que se exhiben solo una selección.
El Museo es una gran bóveda subterránea, dividida en dos pisos, el primero dedicado a la antigüedad clásica, la Biblia, la Edad Media y el Renacimiento y el segundo sector al Mundo moderno y los contemporáneos.
Pude apreciar: tablas y pictografías de 3100 AC. Papiros egipcios, manuscritos griegos y latinos de Homero, Platón, Julio Cesar, Virgilio y Ovidio.
Pude observar la Biblia de Gutenberg, incunable de 1452-1454, y la hoja testamento de Martin Lutero, de 1521, primera edición. Textos medievales y del renacimiento, La Divina Comedia de Dante en un manuscrito italiano de 1307, textos de los poetas François Villon y Petrarca, con anotaciones del poeta, manuscritos de Michelangelo, composiciones de Mozart y de Wagner, autógrafos de Picasso y de Delaunay.
La literatura hispana está representada por una primera edición del El Quijote de Cervantes y del Lazarillo de Tormes.
Se siente una gran emoción al acercarse a los manuscritos de Goethe y su famoso Fausto, o ver un texto del científico Newton con notas del filosofo Leibnitz. O el manuscrito de Albert Einstein sobre La teoría de la relatividad. O los poemas de Heine, Novalis y Byron, o los manuscritos de los autores contemporáneos Paul Valery y el escritor argentino Jorge Luis Borges, a quien se le ha dedicado un lugar especial.
Bodmer conoció a varios Premios Nobel y fue amigo de escritores de su época, nos ha entregado un verdadero banquete para bibliófilos y unas de las colecciones de libros más importantes del mundo, en un momento en que el mundo se sube a la ola del internet y el libro virtual.
Zentrum Paul Klee
Desde Ginebra, decidimos ir a Berna, para conocer el Zentrum Paul Klee.
Paul Klee fue uno de los grandes pintores del siglo XX, nacido en 1879, cerca de Berna, desde muy joven se une a los movimientos de vanguardia europeos y se convierte en un creador innovador e investigativo. Al morir en 1940 deja un legado artístico de gran valor, herencia que la familia dona al gobierno de Berna, a condición de que se levante un Museo. Colabora la Fundación Maurice y Martha Müller, para la construcción del edificio. Es un esfuerzo conjunto de gobierno, familia y empresa privada. Se inaugura el 2005 y es actualmente el más famoso museo de Suiza, con visitantes del mundo entero.
El Zentrum Paul Klee tiene un bello diseño del arquitecto Renzo Piano, que interpreta el estilo de Paul Klee y juega con las ondulaciones del paisaje. Comprende una Sala principal que exhibe la obra del artista de manera cronológica, según sus etapas plásticas; otra sala para exposiciones temporarias y, la planta baja, Kindermuseum creative, esta dedicada a los talleres infantiles.
“Me encanta venir al Klee”-nos dice Siefrigd, un niño de ocho años que pinta a todo color.
Paul Klee se interesó por el arte infantil y su pedagogía, y creó una serie de marionetas para su hijo Félix.
Completan el conjunto arquitectónico del museo: la Biblioteca, los archivos y el área de documentación, una sala de conciertos y espacios administrativos.
El Museo controla un acervo de casi 4000 obras, que se exhiben en forma rotativa y forman parte del intercambio con museos del mundo. Tiene diversas actividades: cursos, conferencias, representaciones teatrales y conciertos. No nos olvidemos que Klee creció en un ambiente musical, su padre era profesor de música y su madre cantante, Paul estudió violín y la música influyó en su obra. Por esta razón, el Museo impulsa los estudios interdisciplinarios de las artes y ha creado el Ensamble Paul Klee y la orquesta del Zentrum Paul Klee.
Claudia Kaufmann, relaciones públicas, nos despide en los jardines, diciéndonos: “Deseamos que el Zentrum Klee sea un dinámico lugar cultural que abarque aspectos históricos, teóricos, artísticos y pedagógicos de las artes.”
Al irme, recuerdo una frase de Klee: “Yo soy mi estilo”, ese podría ser el concepto que guió este bello proyecto.
Centro Dürrenmatt Neuchâtel
Nadie olvida la feroz crítica a la bomba atómica que plasmó Friedrick Dürrenmatt en su obra de teatro “Los Físicos”. Fue un éxito internacional en la década de los 50 cuando se estrenó, y su nombre se inscribió en la historia de la Literatura.
Dürrenmatt nació en 1921, en el Canton de Berna, su padre era pastor religioso y su educación fue orientada hacia la filosofía y las humanidades, casado con Lotti Geissler, se consagra a la literatura, aunque no abandona la pintura.
En 1952 se instala en Neuchâtel, lugar que ama y donde escribe y pinta realizando una obra de renombre internacional y donde muere, en l990.
Adriana Bianco: Artista Anne-Charlotte SahliAl llegar a Neuchâtel, me recibe la artista plástica Anne-Charlotte Sahli, quien conoció a Dürrenmat y me muestra la bella ciudad.
Visitamos la famosa Biblioteca Pública, que tiene un déposito con ediciones facsimilares, los manuscritos del filósofo Jean Jacques Rousseau, y la reciente donación de los escritos del humanista Denis de Rougemont.
Paseamos cerca del Lago Neuchâtel, para luego subir por la ciudad Antigua, con su bella arquitectura y sus fontanas, hasta llegar al Castillo medieval de Neuchâtel y a la Iglesia La Collegiale. Nos detenemos en el estudio de Anne para ver sus delicados grabados y sus obras gestuales.
Remontamos la colina hasta llegar al Museo de Dürrenmatt. Anne recuerda la fuerte personalidad del dramaturgo y su imponente físico.
Dürrenmatt compró, en l962, una pequeña casa, en la ladera de la montaña, con vista al lago Neuchâtel, allí se instaló con su familia, terminó su obra de teatro “La visita de la anciana dama” y sus “Pensamientos del teatro”. Más tarde, compró otra casa, donde vivía con su segunda esposa, Charlotte Keer, quien hizo donación a la Confederación Helvética, de los documentos y las obras pictóricas, promoviendo la creación de un Centro cultural proyectado por el célebre arquitecto suizo Mario Botta.
El Centro Dürrenmatt, se inauguró en el 2000, mantiene la pequeña casa donde se encuentra la biblioteca del dramaturgo, una cocina y un baño pintado por el escritor, y adosa una estructura de vidrio y metal, en diferentes niveles, que contiene el Museo, con documentos, fotos, manuscritos de las obras teatrales y las pinturas de Dürrenmatt. La concepción arquitectónica de Botta se adapta a la topografía del paisaje y respeta el espíritu apasionado de Dürrenmatt, creando una sala semicircular para alojar sus pinturas expresionista, de fuerte empaste y color.
Dürrenmatt dejó, en su testamento, el deseo de fundar un centro cultural, ese deseo ya se ha realizado, gracias al esfuerzo mancomunado de los suizos y de su política cultural.
Denis de Rougemont
Nos trasladamos a través de la región de Neuchâtel, al pueblo de Couvet, donde nació el 8 de septiembre de l906, el escritor y pensador Denis de Rougemont, que, a mediados del siglo XX, reflexionó sobre el amor y la guerra, impulsó la Unión Europea, criticó la sociedad materialista y advirtió sobre la destrucción del medio ambiente.
Fue reconocido por sus libros “El Amor y Occidente” (1939) best-seller mundial, “La Parte del Diablo” escrito en New York en 1942, “Cartas sobre la Bomba Atómica” (1946), “La aventura occidental del Hombre” (1957, “El Futuro es nuestro asunto” (l977).
En 1950, en Ginebra, fundó y dirigió el Centro Europeo de la Cultura. Expandió su pensamiento en Estados Unidos y Latinoamérica, en Argentina fue invitado especialmente por la intelectual Victoria Ocampo.
Tuve ocasión de conocer a su nieto, Phillipe de Rougement, quien lo recuerda “como un abuelo maravilloso, un fuerte crítico de la sociedad materialista, y un ensayista innovador, pero también, un hombre de familia y de costumbres tradicionales.”
Actualmente, la región es revalorizada como patrimonio histórico y crea un eje turístico cultural entre Neuchâtel y Ginebra, donde funciona la Fundación Denis de Rougemont.
Rougemont es un intelectual que marcó una época, presentando el concepto del federalismo europeo y del humanismo mundial.
- DATOS UTILES:
- Oficina de Turismo: Berna: www.berntourisme.com
Zentrum Klee: www.zpk.org
Neuchatel. fax 41-(0) 32 889 62 96. [email protected]
www.neuchateltourisme.ch
Geneve: www.geneve-tourisme.ch – [email protected]