El vestir de la mujer en la «huevolución» sociocultural
Gracias al machismo imperante y la predisposición del régimen del Gobierno del PP a mantenerlo, ahora los telediarios de la primera cadena de RTVE, se dedican a aleccionar a los padres de las chicas para que “las vistan” sin ir provocando por ahí…
En esta huevolución de la “culturo” de la desigualdad, surgen las conversaciones entre Bolonio el huevonudo y Mucus el intrépido, quien después de escuchar a Bolonio con su visión corta y miope del machismo, le da una visión más larga de igualdad.
Así, con respecto al tema de hoy Mucus afirma:
El sexo entre hombre y mujer no es cuestión de decoro
mientras a ella se la “vea” como una puta, y a él como un toro.
Desde que dicen que Eva fue la primera en sacar el fruto del árbol prohibido y persuadió a Adán para comer también, a la mujer la simbolizaron con la tentación de la carne y al sensualismo provocador de la desnudez total o parcial.
En mi país, Chile, en plena época de colonización española, las autoridades religiosas se quejaban y emitían poco menos que edictos en contra de las mujeres porque se vestían con esto y aquello y al agacharse un tanto se podía, al final, mostrar lo más diabólico (siglo XVIII aproximado).
En los primeros años de la emancipación (1821 m/m) la esposa de un destacado militar patriota fue amenazada de ser echada por la fuerza de la Catedral de Santiago por usar una vestimenta que mostraba mucho de los hombros y escote, porque el sacerdote lo estimo una forma inadecuada de estar allí. Discutieron y terminaron el asunto en el gabinete del Director Supremo, Bernardo O’Higgins, que estaba atravesando la calle. Presentados los dos, O’Higgins (hoy llamado oficialmente Libertador) dijo que ya no mandaban los religiosos, y de dicho al hecho hizo apresar al cura y lo envió al exilio a Mendoza, Argentina. Y todo por decoro y antidecoro.