El líder del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Pedro Sánchez, presentó este sábado su dimisión como secretario general, después que el Comité Federal de la centenaria organización rechazara su propuesta de celebrar unas elecciones internas y un congreso extraordinario para decidir sobre el futuro político del país, informa Andes.
Tras casi 12 horas de una tensa reunión, el Comité Federal -máximo órgano de dirección del PSOE entre congresos- votó en contra del proyecto de Sánchez de convocar a unas primarias el 23 de octubre.
Mediante esa iniciativa, el hasta ahora secretario general del principal partido de la oposición pretendía que fuera la militancia la que decidiera en las urnas el debate abierto en la agrupación socialdemócrata sobre el futuro político de España.
La renuncia del político, que en 2014 se convirtió en el primer dirigente socialista en asumir las riendas de la organización a través del voto directo de las bases, se produce en medio de una parálisis institucional en España, con un gobierno en funciones desde diciembre de 2015.
Su intempestiva salida, forzada por un sector crítico del PSOE favorable a permitir otros cuatro años en el poder de Mariano Rajoy, del derechista Partido Popular (PP), podría allanar el camino para la formación de un nuevo ejecutivo y poner fin a nueve meses de bloqueo político.
Aunque sin decirlo de manera explícita, ese bando disidente que finalmente provocó la caída de Sánchez se declaró partidario de una abstención del PSOE en el Congreso de los Diputados para permitir un segundo mandato del PP.
La insólita crisis entre partidarios y detractores a permitir la continuidad de Rajoy se agudizó luego del descalabro de los socialistas en las elecciones del pasado domingo en el País Vasco y Galicia, derrotas que los primeros endosaron a Sánchez, pese a que desde el 2011 la formación arrastra una enorme pérdida de votos.
Con apenas dos años al frente del PSOE, el joven político admitió el martes una confrontación ideológica en sus filas: Hay un debate ideológico de fondo y se está llamando abstención técnica a facilitar un gobierno de derecha, afirmó entonces.
‘Para mí ésta no es una cuestión menor y creo que el PSOE tiene que abordarla de una vez por todas’, enfatizó.
Consideró que su partido se ‘está jugando con el debate de la abstención no una cuestión táctica, sino una cuestión esencial para el futuro de la socialdemocracia’.
Incluso, dijo preferir tener que ir a unas terceras elecciones -tras las celebradas en diciembre de 2015 y junio último- antes que permitir con su abstención la continuidad del PP en el gubernamental Palacio de la Moncloa.
‘No quiero terceras elecciones como no quería segundas (pero) para un demócrata unas elecciones nunca son una mala solución. Una mala solución es que desde la izquierda con el voto se intente indultar a Rajoy’, advirtió.
La alternativa que él proponía era un ejecutivo de coalición con Podemos (centroizquierda) y el centroderechista Ciudadanos, tercera y cuarta fuerzas, respectivamente, en el Congreso de los Diputados.
En esa línea, insistió en que ambas agrupaciones abandonen los vetos cruzados o, llegado el caso, ‘asuman su responsabilidad’ ante la incapacidad para formar un gabinete.
Sobre los sucesivos reveses electorales de los socialistas, Sánchez se preguntó si no tendrán que ver con la aplicación en los últimos años de políticas muy cercanas a la derecha encarnada por Rajoy.
‘En el PSOE se tiene que tener el respaldo de los militantes para dirigir, no caben atajos, ni artimañas, ni golpes’, avisó su secretario de Organización, César Luena, quien denunció las pretensiones de ciertos sectores de impedir a las bases dilucidar esta inaudita conjura.
Pero su propuesta de primarias y asamblea extraordinaria perdió hoy por 133 votos en contra y 107 a favor en el Comité Federal, considerado el parlamento de la histórica formación.