El año 2017 se inició con combates entre Armenia y Azerbaiyán, en la frontera de Nagorno Karabaj, territorio que ha ocasionado ya un conflicto y una permanente tensión diplomática entre ambos países desde hace 24 años; en las últimas horas, se han realizado más de 39 ataques.
La frontera entre ambas naciones ha sufrido desde hace 24 horas ataques mutuos. Según Azerbaiyán a través de su Ministerio de Defensa, en las últimas horas los armenios han atacado en más de 92 ocasiones.
Los enfrentamientos se iniciaron el pasado jueves, 29 de diciembre de 2016, causando al menos tres soldados armenios muertos, entre ellos un oficial, un teniente, dato confirmado por su Gobierno, y siete soldados azeríes muertos y uno desaparecido en combate tras los enfrentamientos en la frontera común.
Los combates que siguieron a la incursión azerbaiyana en el sector nororiental de la frontera común no llegaron a implicar a la artillería o a helicópteros de asalto y se limitaron a ametralladoras de gran calibre, lanzagranadas, morteros y disparos de francotiradores.
El ministro de defensa armenio, Viguén Sarkisián, acusó a las fuerzas azeríes de «llevar a cabo una actividad subversiva cerca de la localidad de Chinari». «Me gustaría expresar mis condolencias a los familiares y amigos de los fallecidos», ha dicho, antes de recalcar que «esto demuestra que Azerbaiyán continúa con una política poco constructiva».
«Se trata además de una amenaza para la seguridad regional. Condenamos esta situación y creemos que la comunidad internacional debe hacerlo también», ha dicho Sargsian, según la agencia local de noticias Armen Press.
Por su parte, el Ministerio de Defensa azerí ha dicho, «aparentemente, Armenia no necesita una calma relativa en la línea de frente y por ello recurre a provocaciones», advirtiendo que «sufrirá grandes bajas si sigue con este tipo de acciones». Según Azerbaiyán, en las últimas 24 horas los armenios han atacado en más de 92 ocasiones.
Esta fue la segunda ofensiva militar en 2016. La primera, el pasado mes de abril, cuando del 2 al 5 se produjo una escalada que fue llamada guerra de los cuatro días, después de haber permanecido el conflicto latente durante más de dos décadas. El día 5 se anunció el alto el fuego. Más de 190 personas, en su mayoría militares de ambos bandos, murieron en aquellos combates.
En la actualidad, Nagorno Karabaj, que cuenta con unas 150 000 personas, es la zona europea con mayor presencia militar, según la prensa internacional. Armenia cuenta con el apoyo ruso, dicho gobierno mantiene una base militar en la zona, cuya vigencia se extiende hasta el año 2024, mientras que Turquía se encuentra a favor de Azerbaiyán debido principalmente a su conexión comercial e identificación cultural. Irán por su parte, ha reforzado recientemente sus lazos con el gobierno armenio y su presidente, Hasan Rohani, visitó recientemente Ereván.
Rusia mediante su presidente, Vladimir Putin, así como el departamento de Defensa, sostuvo contacto con los ejecutivos de ambas naciones solicitando un alto al enfrentamiento.
La guerra de 1992 a 1994 entre ambos países se originó después de que, en 1991, los ciudadanos del territorio de Nagorno Karabaj, poblado en su mayoría por armenios, decidieran en referéndum independizarse de la entonces República Socialista Soviética de Azerbaiyán. En dicha guerra, resultaron muertas 25 000 personas y en 1994 se firmó un acuerdo de cese al fuego.
El Gobierno azerí perdió el control sobre Karabaj y siete distritos adyacentes -que Armenia los denomina «franja de seguridad»-. Los azeríes insisten en recuperar su integridad territorial, mientras que Armenia defiende los intereses de la autoproclamada República de Nagorno-Karabaj o república de Artsaj, que no es parte de las negociaciones.
Se impulsó la creación en el interior de la Conferencia en Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) del grupo Minsk que se encargaría de buscar un acuerdo de paz y alto al fuego. El grupo está integrado por representantes de Estados Unidos, Francia, Rusia, Alemania, Bielorrusia, Finlandia, Italia, Suecia y Turquía.
Minsk se ha declarado sumamente preocupado por la nueva ola de enfrentamientos y ha llamado a ambas naciones a la conciliación y el respeto a los instrumentos ya firmados.