Los alcaldes de Nueva York y Los Ángeles, las dos mayores «ciudades santuario» de Estados Unidos, prometieron el miércoles 25 de enero de 2017 resistir al castigo de Donald Trump y seguir protegiendo a sus inmigrantes sin papeles.
«Protegeremos a toda nuestra gente sin importar de dónde vienen y sin importar su estatus migratorio», dijo el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, en una conferencia de prensa convocada minutos después de que el flamante presidente Trump firmara decretos contra los inmigrantes.
La decisión de Trump de cortar fondos federales a la policía de las cerca de 300 «ciudades santuario» del país será «contraproducente» y las tornará menos seguras, añadió.
«Separar a las familias y cortar financiación a cualquier ciudad -especialmente a Los Ángeles, por donde entra el 40 % de las mercaderías estadounidenses, y por cuyo aeropuerto viajaron más de 80 millones de pasajeros el año pasado- pone la seguridad personal y la salud económica de toda nuestra nación en riesgo», advirtió asimismo el alcalde de LA, Eric Garcetti, en un comunicado.
El alcalde de Los Ángeles aseguró que su ciudad seguirá siendo tolerante y dará la bienvenida a todas las personas «sin importar lo que suceda en Washington DC».
Los alcaldes de otras cuatro ciudades californianas, San Francisco, Oakland, San José y Berkeley, también denunciaron el decreto de Trump en un comunicado conjunto.
«No cederemos ante amenazas o grandilocuencia política. El Área de la Bahía seguirá siendo fiel a los valores de inclusión, compasión e igualdad, y unida contra los esfuerzos para dividir a nuestros residentes, nuestras ciudades y nuestro país», dijo el alcalde de San Francisco, Ed Lee.
Confianza
Trump firmó el miércoles 25 de enero de 2017 varios decretos que ordenan comenzar la construcción de un muro en los 3200 km de frontera con México y cortar los fondos federales de las «ciudades santuario» que se niegan a arrestar y contribuir a la deportación de inmigrantes sin papeles, tal como había prometido en la campaña.
De Bladio y Garcetti, ambos demócratas, dijeron que para la policía es esencial tener buenos lazos con todos los ciudadanos, para que éstos no tengan temor a denunciar crímenes o a dar información que permita capturar delincuentes.
El decreto «retiene dinero de la policía de Nueva York, una acción injusta que podría provocar un distanciamiento entre ésta y la comunidad», advirtió de Blasio.
Podría restar a la policía neoyorquina 150 millones de dólares anuales, sobre todo en financiación contra el terrorismo, alertó el jefe de la policía James O’Neill.
«Esta es la ciudad más segura de Estados Unidos porque sin importar la documentación que se tenga, la gente puede reportar un crimen», explicó de Blasio.
«Somos todos Nueva York»
«Si la ocasión se presenta (y nos cortan los fondos) desafiaremos el decreto ante la justicia», afirmó.
Trump fustiga a las «ciudades santuario» y dice que colaboran para que inmigrantes peligrosos permanezcan en el país y cometan graves crímenes.
De Blasio y Garcetti aseguran, no obstante, que la policía de sus ciudades coopera regularmente con los servicios migratorios en el caso de extranjeros sin papeles que han cometido serios delitos.
«No destrozaremos a las familias, separándolas. No dejaremos a niños sin padres. No socavaremos la confianza duramente ganada entre la policía y la comunidad», aseguró.
De Blasio habló inclusive en español para la población inmigrante que no habla inglés: «Nueva York ha sido un lugar inclusivo desde antes del decreto presidencial y sigue siendo inclusivo», sostuvo.
«Esta orden no puede cambiar lo que somos. Somos una comunidad de inmigrantes y la ciudad de la oportunidad», aseveró. «Somos todos Nueva York».