En aquel tiempo hubo que crear una cosa que se llamó Parlamento, que como su nombre indica es un lugar que sirve para parlar, hablar hasta por los codos, si hace falta. Como no teníamos experiencia en la cosa política se hicieron unos cursillos de formación profesional acelerados a cargo del Ministerio de Cosa Nuestra (MICONUES), al que acudían sus señorías trajeados, aseados y con ganas de aprender, pues el sueldo les iba en ello.
Han pasado 40 años de todo aquello, pero gracias a nuestra hemeroteca hoy podemos ofrecer en rigurosa exclusiva mundial una foto de la primera promoción de aquellos parlamentarios que acudieron al cursillo dispuestos a fajarse en la dura labor de la dialéctica, deseosos de emular a Aristóteles, Sócrates o Platón. Es cierto que faltan algunos de aquellos primeros padres de la patria, incluso una madre que estaba de parto, pero todos justificaron su ausencia, cosa por otra parte muy nuestra.
Entre aquellos próceres podemos ver políticos como Federico Trillo, José María Aznar, Joaquín Almunia, Felipe González, Mariano Rajoy, Julio Anguita, Rodrigo Rato o Alfonso Guerra. Vean ustedes qué aplicación, qué saber estar, qué prestancia y seriedad en unos alumnos parlamentarios deseosos de aprender que con el tiempo llegarían a mandar mucho. Incluso algunos siguen mandando.