Cuando hablamos de un problema del oído interno, con crisis de vértigo espontáneo podemos estar refiriéndonos al síndrome de Ménière. Por lo general, solamente afecta a un oído pero las sensaciones son muy intensas; sobre todo mareos fuertes, vértigos, timbre o un silbido en el oído conocido por tinnitus.Normalmente cursa con hipoacusia sensorioneural y sensación de plenitud aural (oído congestionado). Se desconoce la causa específica comunmente llamada por la enfermedad de Ménière. Prosper Méniére describió en 1861 por primera vez un cuadro clínico y propuso como sitio de origen el laberinto. Tras esto hizo una asociación directa del vértigo con el oído interno.
No existe un tratamiento probado para la enfermedad de Ménière y la terapia actual está dirigida a la disminución de la sintomatología asociada. La alteración auditiva de larga evolución no parece ser susceptible a tratamientos médicos específicos sin embargo todo gira en torno al tratamiento del vértigo. Las contricciones administradas por vía oral o a través de inyecciones intratimpánicas han sido utilizadas por el tratamiento de las consecuencias auditivas y vestibulares de la enfermedad de Ménière.
Lo cierto es que aún los científicos todavía no conocen la causa ni el origen del mismo. Normalmente tienen que ver con los niveles o la mezcla de líquidos en los canales del oído interno. Los doctores diagnostican esta enfermedad basándose siempre en las pruebas de audición, un examen físico y los síntomas que refiera el paciente que pueden ser vértigo, tinnitus, etc.
Es muy importante limitar la sal en la dieta y se deben tomar diuréticos prescritos por su médico para evitar la acumulación de líquido adicional.
La inserción de un aparato en el oído externo expulsa el aire al oído medio también puede ayudarle. Es imprescindible recurrir a la cirugía. Las personas que tienen crisis agudas, llamadas otolíticas de Tumarkin, pueden sufrir caídas por la pérdida de equilibrio. Es normal que se presente a partir de los 40 años aunque existe algún caso en gente más joven.
Actualmente existe unas 650.000 personas diagnosticadas y cada año se diagnostican una media de 45.000 casos nuevos. En algunas personas se sabe que puede ser consecuencia de virus, alergias o reacciones autoinmunitarias y en otras ocasiones existen variaciones genéticas que causan alteraciones en el volumen o en la regulación de líquido endolinfático.