En el siglo XXI con el chupi capitalismo de vigilancia tan moderno, y el pseudoacceso a la vivienda gracias a la llamada crisis, seguimos queriendo “vivir por encima de”: la clase bruitrera (“fondos buitres”), la especulación inmobiliaria, de la clase económica ultrapoderosa y de la clase política caracterizada por sus rifirrafes, peloteras y vicios.
Según a qué clase pertenezcas, por ejemplo formar parte de la expulsada, la precarizada y también la esclavizada por el sistema capitalista controlador, se considerará un crimen el simple hecho de querer vivir dignamente, mientras que la clase política habita en su mundo paralelo, y la justicia se mantiene a sueldo del chupi capitalismo con el beneplácito de la politiquería.
Desde que se lió la crisis han desahuciado a familias, a personas mayores, a personas precarizadas empobreciéndolas aún más… ahora los alquileres están por las nubes, pisos y cuchitriles a precios desorbitados. Un panorama en el que gracias al teléfono inteligente se podrá jugar online para distraerse, y quizá hacerse adicto, para alegría de los propietarios de estos antros de vicio online o de lo que sea.
El potencial humano, ese que está en el desarrollo de las capacidades y cualidades personales, así como el de su inteligencia afectiva y emocional se realizará en pisos francos, y si te pillan igual te teletransportan sin dilación a un cajón…
Mucus, la inteligencia mocarra en forma de césped, esputa:
El tipo de vida que se puede llevar,
lo evidencia los distintos tipos de clases,
si perteneces a la que se puede propasar
tienes vía libre, en toda crisis y sus fases.