En 1995 Jesse y Celine se conocieron en un tren y vivieron un romance de una noche en Viena en “Antes del amanecer” (Oso de Plata, Berlinale 1995).
En 2004, volvieron a encontrarse en París, e intentaron reanudar la especial relación iniciada 9 años antes, en “Antes del atardecer” (nominada al Oscar de aquel año). Ahora, en 2013, Jesse y Celine –ella ecologista siempre en acción, él un escritor ya consagrado- son un matrimonio con tres hijos que están pasando unas vacaciones en Grecia, donde “Antes del anochecer” –uno de los muchos bellísimos anocheceres de las islas- revisan el pasado y el presente, y se interrogan acerca del futuro de su relación.
La tercera parte de esta trilogía que comenzó hace casi veinte años – como un proyecto original y muy personal del realizador Richard Linklater (Bernie, Me and Orson Welles, Spy Kids) y sus dos protagonistas, Ethan Hawke (Training Day, El señor de la guerra) y Julie Delpy (Tres colores: Rojo, 2 días en París, 2 días en Nueva York, El skylab)- se estrena en las salas españolas el 28 de junio de 2013. Tanto el director, como los dos actores, son también los guionistas de estas tres, o tres fragmentos de la misma comedia dulce-amarga sobre la falta de consistencia tanto de las cosas como de los sentimientos y sobre el peso de la rutina en las relaciones de pareja, por libre que sea. En suma, un hombre, una mujer, y su amor en paralelo al paso del tiempo.
Por tercera vez en casi veinte años nos hemos visto atrapados por la espontaneidad y la frescura de la narración y -¿cómo no?- por una atmósfera idílica de cielo, mar y tierra, que reenvía a la dramaturgia más clásica a través de conflictos en los que el sexo juega un papel innegable, el recurso a las máscaras y un cierto ambiente artificial al que contribuyen el verano, las vacaciones perfectas, el variopinto grupo de personas reunidas en una casa envidiable y la inevitable comida donde se adivina la mano de Delpy, con sus ingeniosos diálogos cruzados … como si todos estuvieran interpretando papeles ya escritos.
Estamos ante una historia conocida, una intriga previsible y unas situaciones esperadas; y es precisamente aquí donde reside el encanto de esta trilogía que nos ha permitido acompañar a una pareja desde sus románticos inicios en aquel Eurorail de finales del siglo XX hasta esta última –al menos de momento- visita al país de la tragedia; les hemos seguido “desde antes de la vida y sus desilusiones, antes de la historia de amor y la amenaza de su agotamiento, hasta el alba de todos los posibles. El final abierto de las dos primeras entregas hacía de barrera a la realización definitiva del romance, como manteniendo a los dos enamorados en estado flotante de deseo y esperanza… “Antes de medianoche” se parece más a una comedia de nuevo matrimonio por el escepticismo con que plantea cuestiones existenciales. ¿Podemos agotarnos en la pareja?, ¿conocemos realmente al otro?, ¿por qué vivir en pareja?, ¿qué es la felicidad ?…” (Estelle Bayon- Criticakt.com).
Y la respuesta general que llega de una mujer anciana y sabia y que es, un poco bastante, la síntesis de la película: los hombres y las mujeres no se entienden pero de todas maneras es bonito envejecer juntos.