El siglo XVIII, en Europa y en España, fue una centuria apasionante, en la que se produjeron grandes avances, fortísimas discusiones ideológicas; mientras la gran mayoría de la población seguía viviendo en condiciones precarias y con escasas cotas de educación y de derechos. No obstante, en otros niveles, los enfrentamientos entre ilustrados, librepensadores, masones de un lado y las fuerzas conservadoras y reaccionarias opuestas a cualquier tipo de progreso estaban a la orden del día.
Ese es el contexto en que se desarrolla esta novela de la ya abundante producción de Baltasar Magro (Toledo, 1949), con un título que no deja lugar a dudas “Casanova en la ciudad levítica”. Esta no es otra que Toledo y la práctica totalidad del libro se desarrolla en ella.
Como en toda novela histórica -esta lo es- nos gustaría saber cuánto hay de cierto y cuánto de invención en lo que Magro nos traslada en estas páginas. Está documentada la presencia de Giacomo Casanova en la ciudad del Tajo en 1767-68, una visita de solo dos días, y apenas se sabe que estuvo en el Alcázar y en la catedral. Sobre ese breve dato, Magro organiza una historia (verosímil, aunque ficticia) de la llegada del veneciano a Toledo enviado por sus hermanos masones de Francia con la misión de explorar el archivo secreto (más bien oculto a conciencia) de la catedral y extraer de él todo lo que pudiera ser relevante para la historia del pensamiento heterodoxo: libros y manuscritos que cierto sector (ultraconservador) de la iglesia toledana quería mantener a buen recaudo mientras que Casanova y los masones querían a toda costa que no se perdieran y pasaran a ser conocidos por el resto de la Humanidad.
La imagen del libertino veneciano se nos muestra aquí como la de un hombre plenamente ilustrado, por supuesto con muchos viajes a sus espaldas, obediente a su disciplina masónica y, por otro lado, ya en los casi últimos años de su vida, por lo que la faceta por la que es más conocido, como seductor y aventurero, aquí queda empañada por esta otra de hombre culto, preocupado por la búsqueda de la sabiduría, la introspección espiritual y por el progreso de la Humanidad.
Aparecen como secundarios algunos personajes históricos, es decir reales, interesantes, tales como el arzobispo Fernández de Córdoba (el conde de Teba), moderadamente proclive a las tesis aperturistas, y la marquesa de Montijo, sobrina del anterior, que jugó un papel relevante en la defensa de las mujeres en los últimos años de esta centuria y que en la novela apunta a una interesante aproximación (no sólo ideológica) a Casanova. También tiene un papel relevante Juanelo Turriano (aunque no es esta su época) y al que Magro ya dedicó un libro anterior.
En definitiva estamos ante una bien construida novela histórica, escrita con pulso y buen ritmo; que aborda un debate de ideas importante entre la Razón, las creencias y el progreso científico. Todo ello con el estímulo de un personaje tan apasionante como Casanova, al que Magro quiere despojar de la imagen tópica por la que es más conocido y devolver a su verdadera dimensión de humanista.
- Baltasar Magro: Casanova en la ciudad levítica
- Alianza Ed. Madrid, 2017; 426 pags.