Crónica Popular mantiene viva la memoria sobre los crímenes del franquismo

Los crímenes del franquismo, suplemento en papel de la publicación digital Crónica Popular (176 páginas tamaño folio, 6€), se presentó el 16 de diciembre de 2014 en un acto que llenó el aforo de la Biblioteca Histórica Marqués de Valdecilla, anexo de la también histórica Universidad Complutense, el primitivo edificio situado en la calle de San Bernardo de Madrid, donde se formaron tantas generaciones de estudiantes.

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De izquierda a derecha en la fotografía David Becerra Mayor, Mirta Núñez Díaz Balart, Jaime Ruiz Reig, María Rosa de Madariaga Alvárez Prida y Nicolás Sánchez-Albornoz.

 

El acto, organizado conjuntamente por la publicación y la AMESDE (Asociación para la Memoria Social y democrática), estuvo moderado por la historiadora María Rosa de Madariaga Alvárez Prida, miembro del Consejo editorial de Crónica Popular, y en él tomaron la palabra el presidente de AMESDE, Jaime Ruiz Reig, el historiador Nicolás Sánchez-Albornoz, expreso político de la dictadura franquista e hijo del Presidente de la República en el exilio; el escritor David Becerra Mayor, director de Literatura y estética en la Fundación de Investigaciones Marxistas (FIM) y la historiadora y escritora Mirta Núñez Díaz Balart, directora de la Cátedra de Memoria Histórica del siglo XX de la Universidad Complutense de Madrid. Todos ellos han colaborado con sus trabajos en la redacción de esta revista, que es casi un libro por sus dimensiones y la profundidad de los temas tratados.

portada-crimenes-franquuismo Crónica Popular mantiene viva la memoria sobre los crímenes del franquismoEn unas intervenciones cortas y emotivas, los ponentes reiteraron la necesidad imperiosa de mantener la movilización ciudadana para exigir el conocimiento de toda la verdad de lo ocurrido durante los casi cuarenta años de dictadura franquista, y muy especialmente la devolución a las familias de los cuerpos de las decenas de miles de fusilados, “paseados” y desaparecidos durante los tres años de guerra civil y después en la posguerra, para lo cual es necesario primero que los jueces sigan autorizando la búsqueda, apertura y análisis de los restos que se encuentran en fosas comunes, diseminadas en caminos, montes y cunetas por toda la geografía española. Así como, también la absoluta inevitabilidad de que de una vez por todas se cree una Comisión de la Verdad, como ya han hecho muchos países (americanos, asiáticos y africanos), para poder cerrar todas las heridas que aún se mantienen abiertas y pueda pensarse en una reconciliación sincera y auténtica, algo más que una frase brillante de algún político en una tribuna pública.

Especialmente entrañable resultó el relato del veterano Nicolás Sánchez Albornoz, quien recordó que con el estraperlo y el mercado negro generado en los primeros años de la posguerra, a partir de los productos de primera necesidad supuestamente destinados a la alimentación de los presos de las cárceles y los condenados a trabajos forzados pero que en realidad eran desviados en el trayecto desde la comisaría de Abastecimientos, se pusieron los cimientos de la corrupción institucional que desde aquellos años remotos se encuentra asentada en el país y que en los últimos meses está aflorando de manera escandalosa.

Aquellos lodos tienen mucho que ver con estos polvos, aquellos cohechos, sobornos y robos descarados crearon una casta –la palabra de moda- de protagonistas de la actualidad que han decidido que las profesiones de político, amigo, consejero y no digamos familiar dan para mucho, y las han convertido en instrumento de lucro personal; hoy son tarjetas black, preferentes, grandes obras, aeropuertos sin aviones o ilusorios eventos deportivos, lo mismo que en los años 1940 y 1950 hicieron con el azúcar, el arroz o el tabaco, aquellos tipos de camisa azul transmutados por el dedo del dictador en ejecutivos del Movimiento.

Mercedes Arancibia
Periodista, libertaria, atea y sentimental. Llevo más de medio siglo trabajando en prensa escrita, RNE y TVE; ahora en publicaciones digitales. He sido redactora, corresponsal, enviada especial, guionista, presentadora y hasta ahora, la única mujer que había dirigido un diario de ámbito nacional (Liberación). En lo que se está dando en llamar “los otros protagonistas de la transición” (que se materializará en un congreso en febrero de 2017), es un honor haber participado en el equipo de la revista B.I.C.I.C.L.E.T.A (Boletín informativo del colectivo internacionalista de comunicaciones libertarias y ecologistas de trabajadores anarcosindicalistas). Cenetista, Socia fundadora de la Unió de Periodistes del País Valencià, que presidí hasta 1984, y Socia Honoraria de Reporteros sin Fronteras.

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