Ana Botella, huevos fritos y tortilla.
Según Ana Botella el derecho de manifestación le cuesta un huevo al ayuntamiento de Madrid, y no está dispuesta a gastar ninguno más.
La economía de los huevos vive mucha presión, está resentida por tanto insistir en preparar unos “huevos olímpicos” una y otra vez, y como nos costaron uno y medio… ¡Pero no hay que preocuparse! ¡Ana botella habla inglés!
¡Por que tienen huevos, gracias al dio$! Y así aseguran a fondo, el futuro de sus pollos.
Sin m€dio$ para los demás, con sólo rezar por la paz del resto de los huevos fritos del mundo no basta, por muchas excursiones a Lourdes que hagan las fuerzas y cuerpos de seguridad por mandato ministerial. Tampoco la imposición de medallas a vírgenes pone a huevo la paz.
Así, más allá de la rica pollada, la libertad de los huevos anda revuelta gracias a una justicia que se los pisa y a una paz desplumada.
¡Vivan las tortillas, vuelta y vuelta!