La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, juramentó este jueves 17 de marzo de 2016 en el cargo como ministro de la Presidencia a Luiz Inácio Lula Da Silva en una ceremonia en la que asumieron otros titulares de varias carteras y en la cual la jefa de Estado demandó investigar lo que consideró una intentona golpista por la difusión la víspera de un documento enviado al exmandatario sobre su nombramiento, ante la presunción de que no asistiría por problemas personales.
La presidente Dilma Rousseff elogió el liderazgo de Lula Da Silva en su toma de posesión como nuevo Ministro de la Presidencia. / Foto: ANDES/ EBC Agencia Brasil
“Nuestra obligación es enfrentar esta situación que amena con la degradación de la justicia; debemos combatir este ambiente que agita al país artificialmente y deja a la población en un estado permanente de sobresalto”, dijo Rousseff en su discurso, que fue inicialmente interrumpido por grupos contrarios al nombramiento de Lula en ese puesto.
En las últimas horas se filtró el texto donde se señalaba el nombramiento del exmandatario (2003-2010), pero sin la firma de Rousseff, lo cual habrían aprovechado los opositores para intentar generar una revuelta popular para deponer a la mandataria.
Según esclareció el comunicado del Ejecutivo en las últimas horas, el documento fue remitido a Lula por no existir confirmación de si asistiría o no mañana al acto de toma de posesión colectiva junto a otros ministros designados, y solo se utilizaría en caso de ausencia de éste.
Por otra parte, la estadista dijo que continuará invirtiendo en programas sociales a favor de los más vulnerables y señaló que las dificultades muchas veces suelen crear oportunidades, por lo cual ha llevado a su gobierno “al mayor líder político de este país”, en alusión a Lula, quien acudió a firmar de puño y letra su nombramiento.
“Sea bienvenido ministro Lula”, dijo en sus palabras al señalar que cuenta con la experiencia de él y con su identidad con el pueblo, “con su capacidad incomparable de observar a las personas a nuestro pueblo a los ojos y de enteder a ese pueblo, de querer lo mejor para ese pueblo y también de ser entendido y amado por ese pueblo”.
En medio de consignas de seguidores, la presidenta de Brasil señaló que siempre estuvieron engañados quienes en los últimos cinco años y medio apostaron por su separación (con Lula), pero dijo que estaban engañados porque “nosotros siempre estuvimos juntos, porque tenemos en común algo que es extremadamente importante que es la conciencia de un proyecto para Brasil”.
“Y a partir de ahora nuevamente vamos a trabajar lado a lado, vamos a trabajar juntos, siempre hemos trabajado por los brasileños”, acotó y dijo que “por los brasileños nosotros estamos juntos otra vez”.
Indicó que Brasil está enfrentando dificultades económicas y políticas y en este momento “no puedo prescindir de nadie; en este momentos tenemos que estar juntos por Brasil”, y señaló que todos pueden actuar de conjunto para superar la crisis económica y dejar atrás la crisis política sin que nadie tenga que abdicar de sus ideas, convicciones incluso de sus ideas electorales.
“Nosotros estamos determinados a promover el equilibro fiscal, a reducir la inflación con el mismo empeño que actuamos en la recuperación del empleo y con la misma convicción que queremos retomar el crecimiento”, afirmó.
Se refirió a las “trampas” de quienes han querido impedir que ella gobierne o pretenden sacarla “de forma golpista” y señaló que quiere extenderle la manos a quienes quieran el bien por Brasil para poder superar los obstáculos, pero no quiere quedarse con la actuación de los que no están del lado de la verdad y estarían buscando provocar el caos y la convulsión social.
“Le gritaría a los golpistas, no me van a sacar del gobierno no van a colocar a nuestro pueblo de rodillas”, aseveró
Rousseff señaló que la justicia y la lucha contra la corrupción siempre es más fuerte y más digno cuando se respetan los principios constitucionales.
“Al final del día la justicia no va a existir si las delaciones se vuelven públicas de manera selectiva para el ataque de alguna de las personas investigadas y cuando las declaraciones se transforman en hechos espectaculares, no hay justicia cuando las leyes no se respetan; cuando se irrespetan las leyes, voy a repetirlo, la Constitución es lo más importante; no hay justicia para los ciudadanos cuando las garantías constitucionales de la propia Presidencia de la República se violan, no hay justicia”, sentenció.
Repudió las versiones que circularon la víspera sobre la presunta toma de posesión de Lula en el aeropuerto y señaló que se evalúan las condiciones de la “trampa” que involucra a la Presidencia, ya que, afirmó, no contenía nada que pudiera levantar sospecha de su carácter republicano.
Abogó por la investigación de este suceso que en su opinión buscaba hacer convulsionar a la sociedad y de agresión a la soberanía, a la democracia y a la Constitución, y apuntó que estos métodos oscuros violan principios constitucionales, los derechos de los ciudadanos y abre precedentes gravísimos. “Los golpes de Estado comienzan de esta manera”, aseveró.
La víspera, la Presidencia de Brasil repudió la divulgación de una conversación entre la dignataria Dilma Rousseff y el exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva, hecha por el juez Sergio Moro, encargado de la operación anticorrupción Lava Jato.
Esto lesiona los derechos y garantías de la Presidencia de la República, indicó una nota oficial, según la cual serán adoptadas todas las medidas judiciales y administrativas que correspondan para la reparación de la flagrante violación de la ley y la Constitución.
Moro había ordenado levantar el secreto de las conversaciones, que sugieren un presunto intento de protección por parte de la jefa de Estado a Lula al enviarle un aviso de asunción como ministro, que impediría pudiera ser detenido, lo cual ha sido desmentido y es visto como un nuevo ataque al gobierno de Dilma Rousseff.