El Valle de los Caídos, Franco y el Hendenplatz de Thomas Bernhard

El Estado es una cloaca hedionda y mortífera, la Iglesia una abyección universal (T.B)

En el centro de un país llamado España, saliendo por la autopista A-6 de su capital, Madrid, en dirección a los mares del Norte, se encuentra el gran símbolo del franquismo, único de los nazi fascistas que perviven en España y Europa: el Valle de los Caídos.

Una gigantesca cruz y una explanada, con su mausoleo faraónico, en los que miles de presos después del año 39 fueron sacrificados, con su trabajo, y a veces con su vida, durante veinte años, para erigirlo.

El verdadero motivo era crear no solo una tumba fastuosa, sino que todo el recinto, con su aroma católico fascistoide, despidiera un fétido olor que enmerdara toda España glosando a los criminales vencedores y acentuando la tragedia de los vencidos, para que lejos de enterrar a sus «héroes» continuaran contaminando la vida política, social y cultural del país.

Por eso, la única solución no sería sacar los restos del criminal Dictador de su tumba, sino volar el recinto entero para que no quedase el mínimo vestigio de lo que continúa siendo el mayor escarnio de los tiempos nazis desaparecidos, al menos en su glosa pública y culto continuado, que no en su realidad, en los países europeos en que se desarrollaron, y que en España, lejos de renegar de ello, todavía siguen muchos conmemorando aquellos hechos del mayor terrorismo ejercido sobre la nación, heredera de la Inquisición y la explotación inicua de sus pueblos sometidos a las sucesivas monarquías.

heldenplatz-thomas-bernhard-portada El Valle de los Caídos, Franco y el Hendenplatz de Thomas Bernhard
Heldenplatz, Thomas Bernhard, portada

En su obra Heldenplatz, Thomas Bernhard recrea la tragedia del profesor Josef Schuster, perseguido en los años 30 por los nazis, exiliado a Inglaterra y que 50 años después comprueba que «todo sigue igual» al regresar a una de las cunas del hitlerismo, Viena, y se suicida ante la visión de la plaza donde se implantó, con la llegada del austro-alemán Hitler, el nazismo.

Mira la Heldenplatz gritaba mira la Heldenplatz ella oye todo el día el griterío de la Heldenplatz durante todo el día continuamente continuamente continuamente es para volverse loco para volverse loco todavía me volveré loco me volveré loco.

Casi cincuenta años han transcurrido en España desde que murió Franco. Y todavía en las calles, en la televisión y sobre todo en las palabras y actos de sus sucesores, se encanalla el lenguaje franquista, nos destrozan los actos políticos y culturales que en silencio o incluso rememorándole, lo glorifican, y el constante gorjeo de las ceremonias católicas con su presencia en la enseñanza, la cultura, las continuas fiestas y conmemoraciones, los ritos que las mantienen en un primer plano de la vida política y social.

España. Austria. Francia. Italia. Hasta algún país nórdico y otros del centro del Continente, en oleadas de incuria salvaje y acentuado crecimiento xenófobo, y auge de la ultraderecha heredera de aquellos regímenes, resuena en nuestros oídos, inunda nuestros cerebros, intentan enloquecernos.

Es solo cuestión de tiempo que los nazis vuelvan al poder (Bernhard no vivió para contemplar este fenómeno en el país imperialista, más retrógrado y acultural del mundo, Estados Unidos) todos los signos lo indican los rojos y los negros hacen el juego a los nazis (camisas rojas de obreros, camisas negras de fascistas, de toda la vida, ideas y pensamientos fagocitados por los nuevos signos de alienación vertidos por la publicidad y la explotación neocapitalista que destruye el mundo).

Y continúa Bernhard:

La verdad es que las cosas son hoy realmente como eran en el treinta y ocho hay más nazis ahora que en el treinta y ocho… solo hace falta que hables con cualquiera al cabo de poco tiempo resulta ya que es un nazi da igual que vayas al panadero o a la tintorería o a la farmacia o al mercado en la Biblioteca Nacional creo estar entre puros nazis… en Austria debes ser católico o nacionalsocialista todo lo demás no se tolera todo lo demás se aniquila y de hecho cien por cien católico y cien por cien nacionalista… En este Estado un hedor insoportable se extiende… y desde el Parlamento por este País abandonado y depravado. Este pequeño Estado es un gran montón de basura.

Pensemos nosotros en España 2017. ¿El presente vislumbra el futuro que desde Estados Unidos a Europa nos muestra la presencia de los nuevos nazis convertidos en demócratas? Y la Iglesia Católica aberrante, absorbente, alienante y eterna. El Gobierno y su explotación salvaje, su terrorismo corruptor que impregna todas las instituciones del Estado, el PSOE o el nacionalismo que en España como en otros países encubre ansias de poder y corrupción dominado por quienes anhelan implantarlo, la negación del pasado y colaboración con el presente dirigido por los herederos de la Weimhart, los bancos alemanes, la cultura vendida y sacrificada a las multinacionales que destruyen el pensamiento y la belleza y todo lo convierten en mercancía.

Porque el pasado de las grandes concentraciones en las múltiples plazas de los Héroes, los desfiles militares, los himnos y las banderas se continúan en un presente de nuevas formas tecnológicas y comerciales, con rutinarios, simples y repetidos hasta la saciedad mensajes, entierro de la razón, la libertad, el diálogo, la creación estética y política, un infausto mundo desideologizado en el que no naufraga la economía al servicio de la minoría que domina el Planeta mientras se continúa devastando la civilización, la ética y destruyendo lo más humano de los seres humanos.

Todavía, como corolario de las reflexiones dudas que apuntamos, unas palabras de la obra escrita por Bernhard en 1988, un año antes de su muerte, porque ese trágico discurso político, cultural y humano que escribió 50 años después de la derrota del hitlerismo, en su Austria católica y socialdemócrata fascista, es referencia para España cuarenta años después de la muerte de Franco, la España católica, monárquica y demócrata fascista de ayer y de hoy.

El lenguaje de esa gente es tan repulsivo escuchar al Canciller Federal (nuestro Presidente que el monarca es más formal que efectivo) no es capaz siquiera de terminar correctamente una frase y los otros tampoco esa gente no produce más que basura lo que piensan es basura y su forma de expresarlo es también basura… la mentira lo domina todo… la vida intelectual en esta ciudad se ha asfixiado casi en la bajeza y en la estupidez de sus traficantes de puestos… en los últimos cincuenta años los gobernantes lo han destruido todo los intelectuales lo han destruido todo con su estupidez el pueblo lo ha destruido todo con su estupidez los partidos y la iglesia lo han destruido todo con su estupidez abyecta… la iglesia y la industria han sido siempre culpables… todos los días se dice y se escribe algo en contra pero lo que se dice en contra y se escribe en contra no se oye ni se lee.

Porque en todas partes una censura tan sutil como efectiva impide que, por ejemplo, obras como esta que comentamos o palabras creadas por algunos no correctos intelectuales españoles  puedan visionarse o leerse en el mercado publicitario que domina los medios de comunicación y el mundo literario.

Andrés Sorel
Escritor, nacido en Segovia durante la guerra civil. Fue corresponsal de Radio España Independiente entre 1962 y 1971 y dirigió en París la publicación Información Española. A la muerte de Franco regresó a España y colaboró en diversos periódicos y publicaciones de izquierda, entre los cuales destaca la fundación en 1984 del diario Liberación. Ha sido durante muchos años secretario general de la Asociación Colegial de Escritores de España, y director de la revista República de las Letras.

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