La Asociación de Cámaras del Libro de España, entidad que agrupa a las asociaciones de editores, libreros, distribuidores y sector gráfico, ha aprovechado la celebración de LIBER para reclamar a las Administraciones Públicas la puesta en marcha de un Plan de Fomento de la Lectura y del Libro.
Marta Rivera de la Cruz en una foto de archivo en los cursos de verano de Baeza en 2007Durante un acto, en el que también ha estado presente la presidenta de la Comisión de Cultura del Congreso de los Diputados, Marta Rivera de la Cruz, el presidente de la Asociación de Cámaras del Libro de España, Daniel Fernández, ha recordado que “en abril de 2015, el sector presentó al Ministerio de Cultura una propuesta de Plan Integral para el Fomento del Libro y de la Lectura. Un plan que surgió del convencimiento de que la educación y la formación es el único instrumento para afrontar eficazmente los retos que el desarrollo tecnológico plantea a nuestra sociedad y a las empresas culturales. Una mejor educación y formación sólo es posible mediante un uso eficaz de la lectura, instrumento esencial”.
Daniel Fernández ha señalado que este Plan fue “bien acogido tanto por el Ministerio de Cultura como por los diferentes partidos políticos que ocupan el arco parlamentario. De hecho, la mayor parte de las medidas que planteamos fueron recogidas en sus programas electorales”. Sin embargo, sólo unas pocas medidas se han podido poner en marcha. “Primero una falta de decisión y luego la incertidumbre política han hecho que el conjunto del Plan no se haya puesto en marcha”. Por ello, ha instado a los poderes públicos a que den pasos decididos para situar a la lectura en un lugar importante de la vida social del país.
Daniel Fernández ha apoyado sus palabras en los datos del último barómetro publicado por el CIS a comienzos de octubre que señala que el 36,1 % de la población española no lee nunca o casi nunca, cifra que se incrementa hasta el 43,9 % si se incluye a las personas que sólo leen alguna vez al trimestre: “Estos datos demuestran que es necesario y urgente redoblar los esfuerzos para mejorar la calidad de la lectura y que más ciudadanos incorporen a sus vidas el hábito lector. Este el principal objetivo del Plan que reclamamos, si bien también pretendemos reforzar el papel de las industrias del libro como motor económico y cultural de nuestro país”.
En este sentido, Daniel Fernández ha recordado que la industria y comercio del libro “es un sector estratégico no sólo para la educación y la formación de los niños y jóvenes y para el desarrollo cultural de los ciudadanos, sino también para la exportación española, para la difusión y conservación de la lengua común, el español y las demás lenguas oficiales, y para la conformación de la marca España en el exterior”.
En esto han coincidido estos días en Liber los escritores en las mesas organizadas por CEDRO, que han pedido políticas educativas que promuevan la puesta en valor el trabajo creativo entre los más jóvenes así como soluciones rápidas para poner freno a la actividad de páginas pirata.
Marta Rivera de la Cruz se ha comprometido a que el Plan sea tratado por la Comisión y que la lectura sea una prioridad durante la legislatura: “Nadie se puede oponer a un plan de este tipo. Pero es necesario hacer algo más y eso no está en manos de la Comisión. Pero eso sí, nos podemos comprometer a impulsarlo y a que tengáis la oportunidad de presentarlo en el Congreso”, ha señalado. También se ha referido a la necesidad de “entender la cultura desde el punto de vista industrial y de la importancia económica y social del sector del libro. Y hay que luchar decididamente contra la piratería. Para ello hay que dotar de medios suficientes a la Comisión de Propiedad Intelectual”.
Medidas en diferentes ámbitos
El Proyecto de Plan Integral para el Fomento del Libro y de la Lectura desarrollado por la Asociación de Cámaras del Libro de España incluye un conjunto de medidas en ámbitos como el fomento de la lectura, entre las que destaca la apuesta por el desarrollo de las redes bibliotecarias públicas locales, escolares y universitarias; la dotación de fondos para la adquisición de libros para las bibliotecas; o el cumplimiento de las leyes de educación en lo referido a la programación de la lectura en las aulas. También incluye el reconocimiento de la propiedad intelectual de autores y eidtores que favorezcan la lucha contra el robo de la propiedad intelectual; medidas fiscales como la equiparación del IVA del libro digital al del libro en papel o el estalbecimiento de deducciones en el IRPF por la adquisición de libros de texto o las deducciones en el impuesto de sociedades por la inversión cultural. Asimismo, el Plan apuesta por desarrollar ayudas a la comercialización y al tejido librero, la apuesta por el sello de calidad o el desarrollo de un bono cultural que propicie el consumo de productos culturales.
El Plan integra tranto el desarrollo del libro digital como lanecesidad de seguir trabajando con el libro en papel, cuya pervivencia se prevé aún durante décadas. No obstante, el Plan también incluye medidas de apoyo a la digitalización de los fondos bibliográficos o a los instrumentos tecnológicos desarrollados por el sector para la comercialización,