La jornada de huelga nacional y de manifestaciones hoy, 5 de diciembre de 2019, se anuncia masiva en Francia. En Paris una manifestación recorrerá la ciudad desde la estación del norte a la plaza de la Nación. Cientos de manifestaciones han sido anunciadas en todas las provincias y ciudades.
La campaña de intoxicación y manipulación gubernamental para desmantelar en Francia el actual sistema de pensiones alcanza limites intolerables en los grandes medios informativos, que se hacen eco del “dogma” de Emanuel Macron, quien tiene la pretensión de proponer una reforma de justicia social contra los “regímenes especiales”, tomando como blanco principal a los ferroviarios y a los trabajadores del metro y transportes públicos, para reducir aun más las pensiones de la población mientras mantiene su regalo de supresión del ISF para sus amigos millonarios.
Los “privilegiados” en Francia, según el presidente Macron, su gobierno, y los medios informativos a su servicio, son sobre todo esas dos profesiones citadas, y todos aquellos que con sus luchas lograron obtener convenios colectivos más decentes para compensar el carácter penoso de su trabajo profesional.
La presentación a la opinión publica de esta “reforma” de “pensión por puntos”, anunciada con cuenta gotas para mejor disimular su verdadero contenido, es absolutamente indecente. El lenguaje de Macron me hace pensar en el mundo imaginado por Orwell y su neolenguaje. Lean y vuelvan a leer “1984” de total actualidad.
Con Macron: el ministerio de la Defensa vende armas para hacer la guerra a lo largo y lo ancho del planeta; el ministerio de la ecología “mejora” el medioambiente cediendo a los lobbies de la industria petrolera, química y al uso de pesticidas, etc.
El ministerio del Trabajo, impotente frente al desempleo, desmantela poco a poco las ventajas conquistadas por los trabajadores en sus luchas que constituyen la espesa jurisprudencia del derecho del trabajo en Francia, como con la reciente Ley trabajo.
El ministerio de Sanidad, que debería proteger la salud de la gente, se pone al servicio de los laboratorios y de la industria farmacéutica, y busca “reformar”, es decir desmantelar paulatinamente el excelente sistema de seguridad social en Francia, para privatizar cada vez mas los servicios hospitalarios.
La estafa del sistema de pensiones por puntos
Pero volvamos a las pensiones y esa reforma que Macron desea hacer en nombre de “un sistema universal más justo”, para terminar con los “regímenes especiales” múltiples en Francia. En boca de Macron eso significa todos iguales, pero cobrando pensiones más bajas y con un “sistema por puntos”.
No nos habla evidentemente Macron de los verdaderos privilegiados cuando llegan a la hora de la jubilación en perfecta salud, por ejemplo: expresidentes, ministros, exprimeros ministros, diputados, militares o policías, ni tampoco de las jubilaciones millonarias de los grandes empresarios.
Macron confunde deliberadamente “regímenes especiales” y convenios colectivos obtenidos con luchas y huelgas, que fueron siempre en la historia humana instrumentos de progreso social.
Mientras los beneficios financieros aumentaron este año en Francia en trescientos mil millones de euros, Macron considera privilegiados a todos los jubilados que cobran pensiones superiores a mil euros. No contento de congelar la indexación de las pensiones con la inflación y aumentar los impuestos a los pensionistas, Macron prepara ahora una “reforma justa” que contempla, si logran leer y calcular entre sus confusas líneas: la jubilación a los 64 años, una reducción de 20 % de pensión para los que ganan el salario mínimo, 15 % menos de pensión para los funcionarios, 23 % menos de pensión en el sector privado, a lo que hay que añadir la diferencia entre hombres y mujeres que salen desfavorecidas. La simple paridad salarial hombre mujer, inexistente hoy, permitiría en cambio mejorar las pensiones.
Nos hablan también de demografía y de esperanza de vida, pero olvidan que un obrero de la construcción, un trabajador en las cloacas de Paris, una enfermera, o un trabajador en las cadenas de la industria alimentaria o de distribución estilo Amazon, no tendrán el mismo tiempo para disfrutar de su jubilación que un ejecutivo o un empresario.
La supuesta “injusticia” de los regímenes especiales concierne solo a los verdaderos privilegiados, antes citados, y no a los trabajadores o profesiones que han negociado convenios colectivos más favorables para compensar sea el bajo nivel salarial o las penosas condiciones de trabajo.
Pero el colofón de esta “reforma” es sobre todo terminar con el sistema de pensiones solidario, en donde cada generación cotiza para permitir la jubilación de las siguientes. Las pensiones se pagan gracias a esas cotizaciones, y a un dispositivo de gestión paritario: empresas – trabajadores, con sus respectivos sindicatos. Es el dinero de nuestro trabajo, nuestras cotizaciones, a lo largo de los años, la base de nuestras pensiones.
Con el sistema por puntos el gobierno pretende controlar el valor de ese famoso punto, que variará evidentemente en función de la situación económica. El ministerio de Finanzas y la Presidencia podrán así decidir solos del valor y remuneración de las jubilaciones.
Eso no es una reforma, es el timo de la estampita. Una verdadera estafa que pretende además recuperar el dinero acumulado en las “pensiones complementarias”, sistema por puntos, o capitalización que existe ya en numerosas profesiones, para ser gestionado por el propio gobierno.
En vez de aumentar las cotizaciones de la patronal y de pedir la contribución de los empresarios millonarios para financiar las pensiones, Macron espera recuperar ese dinero de las complementarias, acumulado por su trabajo en diversas profesiones, desde los abogados a los periodistas, los ejecutivos, etc. Resultado: empobrecimiento de las clases medias y bajas de la sociedad, enorme desigualdad social y enriquecimiento del capital financiero, todo ello conducirá a corto o medio plazo a la explosión social.
Según las previsiones gubernamentales, en el presupuesto del Estado, el techo o limite dedicado a las pensiones sería el 14 % del PIB. Como ha afirmado con razón François Ruffin, diputado de Francia Insumisa:
- ¿Cuándo va a poner un limite Macron a los salarios millonarios de los empresarios, que han aumentado en Francia en un año del 14 %?
- ¿cuándo van a poner un limite a los beneficios de los accionistas, cuyos dividendos en el PIB se han triplicado desde 1980?