Jesús Rodolfo: Hindemith. Sonatas para viola y piano

El violista Jesús Rodolfo (Valdés, Asturias 1987) hace su debut en el universo discográfico interpretando las sonatas Op.11 No.4, Op.25 No. y 1939 de Hindemith junto a la pianista Mariko Furukawa, en un disco publicado por el sello Skillman Music.

Jesus-Rodolfo-Hindemith Jesús Rodolfo: Hindemith. Sonatas para viola y pianoJesús Rodolfo es viola, pero también toca el piano con la misma perfección. Además, es arquitecto y vive en NY, donde continúa estudios y donde ha grabado un video promocional que muestra su vida de músico en la ciudad de los rascacielos en un día de lluvia que le hace sentirse como en casa. El video está grabado en inglés y cosa curiosa, es en esta lengua donde el artista ha conservado nítido su acento asturiano, algo que ha perdido casi por completo cuando se expresa en español.

Con sólo 31 años, Jesús Rodolfo es ampliamente reconocido por sus interpretaciones y ha sido elogiado por el New York Times Digest como «una estrella cuya luz trasciende el escenario” y en él se combinan «la espontaneidad y la imaginación intrépidas de la juventud con la disciplina y la precisión de un artista maduro». De la misma manera, «su autoridad sobre las exigencias técnicas más complejas del repertorio y la profundidad de su visión musical lo sitúan entre los mejores músicos jóvenes del mundo.»

Como prueba, ha ganado el concurso Mozart de la Manhattan School of Music y como premio ha interpretado la sinfonía concertante del genio en ese prestigioso centro. Asimismo, ha sido seleccionado como semifinalista del concurso internacional de viola de Tokio, que es la cita de mayor nivel mundial en su especialidad.

Junto a él, al frente de la presentación, estuvo la periodista de Radio Clásica Eva Sandoval, y como parte imprescindible de su carrera, Sara Illana, su manager, una antigua compañera del Conservatorio de Oviedo que también salió para NY pero luego se instaló en Colonia. Según ella, «el management hoy en día es tan imprescindible para cualquier artista, como el tocar bien. Porque hay tantos y tan buenos que por bueno que se sea. Cualquiera puede enviar una grabación a una discográfica, o a una organización cualquiera de festivales o de auditorios, pero es que llegan tantas grabaciones hoy en día, hay tanta gente buena que sin un videoclip bien hecho y sin entender  de cachés, subvenciones o estrategias, no vas a ninguna parte.»

Gracias a la infraestructura con que cuenta, a Jesús Rodolfo le espera una gira completísima que se inicia próximamente en Madrid (club Matador), que seguirá su ruta en Avilés (Centro Niemeyer) con un repertorio a solo para viola (Harmonías divinas)  y que seguramente culminará con la grabación de un segundo cd.

Al finalizar, Jesús Rodolfo tocó con su viola algunas de las piezas propuestas en el cd que pueden oírse sin el acompañamiento al piano, ya que la pianista japonesa afincada en NY, Mariko Furukawa, no pudo acompañarlo en el acto. Según Jesús Rodolfo,  Hindemith «temía no ser tan creativo como Alban Berg o Shoenberg», que hasta los genios tienen sus complejos. Y siguiendo con los complejos, la viola, un instrumento intermedio entre el violín y el cello, también fue considerada de segunda fila hasta que, gracias a unos pocos como Jesús, ha llegado al rango que ocupa hoy.

Nunci de León
Doctor en Filología por la Complutense, me licencié en la Universidad de Oviedo, donde profesores como Alarcos, Clavería, Caso o Cachero me marcaron más de lo que entonces pensé. Inolvidables fueron los que antes tuve en el antiguo Instituto Femenino "Juan del Enzina" de León: siempre que cruzo la Plaza de Santo Martino me vuelven los recuerdos. Pero sobre todos ellos está Angelines Herrero, mi maestra de primaria, que se fijó en mí con devoción. Tengo buen oído para los idiomas y para la música, también para la escritura, de ahí que a veces me guíe más por el sonido que por el significado de las palabras. Mi director de tesis fue Álvaro Porto Dapena, a quien debo el sentido del orden que yo pueda tener al estructurar un texto. Escribir me cuesta y me pone en forma, en tanto que leer a los maestros me incita a afilar mi estilo. Me van los clásicos, los románticos y los barrocos. Y de la Edad Media, hasta la Inquisición.

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