«Josep» de Aurel, un lápiz contra el fascismo

Seleccionada para el anulado festival de Cannes 2020, «Josep» dibujo animado del francés Aurel hubiese podido ser, y sin prejuzgar del resto de la selección, una magnífica Palma de Oro.  

Josep-fotograma-gendarmes «Josep» de Aurel, un lápiz contra el fascismo

Josep-cartel «Josep» de Aurel, un lápiz contra el fascismo

Se trata de una verdadera perla cinematográfica en ese género, el dibujo animado, a menudo relegado al cine infantil, pero que ha alcanzado carta de nobleza gracias a la ingeniosa actividad de los dibujantes y creadores de BD, o tebeos para adultos, o mejor dicho para todas las edades.

Aurel (nombre artístico de Aurélien Froment) dibujante francés de cuarenta años de edad, (colaborador de Le Monde y del Canard enchainé) firma así su primer largometraje de animación.

La película ha sido realizada en 2D: «mi ambición –dice Aurel- era hacer una película dibujada y no una película de animación… Es sobre todo una película sobre un dibujo, por eso el interés de que sea realizada por un dibujante».

Conmovedora lección de historia

«Josep» rinde un cálido, humano y poético homenaje al maestro Josep Bartolí, pintor, dibujante y escritor catalán, miembro del Partido comunista catalán y comisario político trotskista del POUM (Partido obrero de unificación marxista), quien combatió en el frente de Aragón hasta la toma de Barcelona por los franquistas.

Como otro medio millón de españoles, Bartolí pasó a Francia en la Retirada, o éxodo de los republicanos españoles que huían de la salvaje represión fascista y de las indiscriminadas represalias contra los «rojos» (anarquistas, socialistas, comunistas, trotskistas, republicanos, sindicalistas, o simples simpatizantes y familiares de todo aquel que no se sumó contra el golpe de estado franquista sostenido por los ejércitos de Hitler y Mussolini).

Bartolí, como todos esos combatientes desarmados por el ejercito francés al pasar la frontera, fueron internados en campos de concentración en el sur de Francia, de Argeles a Sept Fonds, de Colliure a Rivesaltes. Campos en los que fueron maltratados como criminales de guerra, hambrientos, humillados y torturados por el gobierno francés, su ejercito y su policía.

La misma policía francesa que colaboró poco después con el ocupante alemán en las persecuciones contra judíos, gitanos y militantes de izquierdas en la resistencia.

Campos de concentración que fueron utilizados luego por los nazis durante la ocupación, y que siguieron siendo utilizados en los años sesenta, como el de Rivesaltes, contra los militantes argelinos del FLN.

Recordemos que la Retirada tuvo lugar en el mes de febrero de 1939, ocho meses antes del comienzo de la segunda guerra mundial en septiembre de ese mismo año con la invasión de Polonia y de Europa por el ejercito nazi, que había probado la eficacia de su aviación bombardeando a la población civil en Guernica y en otras ciudades españolas durante los tres años que duró la guerra de España, con la triple alianza de Hitler, Franco y Mussolini.

Josep-fotograma-barracones «Josep» de Aurel, un lápiz contra el fascismo

Josep-fotograma-México «Josep» de Aurel, un lápiz contra el fascismo
Josep, fotogramas

Brillante guión y realización de una película dibujada

Mil gracias a Aurel y a su coguionista Jean Luis Milesi (fiel colaborador de Robert Guediguian) por esta lección de Historia, con H mayúscula, que da a conocer al mas amplio publico hechos históricos ocultados, disimulados o ignorados por la Historia oficial tanto en Francia como en España.

Pero gracias también por este guion cinematográfico que sabe contarnos una emocionante historia con minúscula, la epopeya personal de ese dibujante y militante antifranquista Josep Bartolí (la voz es la de Sergi López), quien logra escapar a la muerte gracias a la ayuda de un policía francés que se alza contra la injusticia y el abyecto racismo de sus colegas y superiores.

Un personaje el del gendarme (la voz es de Bruno Solo) que resume bien la necesaria desobediencia civil o militar frente a comportamientos, ordenes o directivas criminales e inhumanas, vengan de donde vengan. La insumisión es y será siempre necesaria para defender la dignidad humana.

Entre las voces de actores que dan vida a los personajes dibujados por Aurel, señalemos también la cantante española Silvia Pérez Cruz, quien pone su voz a los personajes de Frida Kahlo y de Bertilia.

El personaje de Bartolí muestra por su parte cómo con un simple lápiz y un papel logra mantener su propia dignidad frente a la insoportable violencia en esos campos de la muerte. Sus dibujos sobre las violencias sufridas, o la caricatura de un policía racista y torturador, puerco sanguinario, resumen bien la situación: los dibujos de Bartolí han vencido contra sus golpes y sus fusiles formando parte hoy de nuestra memoria histórica.

Cabe precisar que Bartolí utilizaba el zoomorfismo para caricaturizar a sus crueles guardianes y torturadores y con sus dibujos denunciaba las condiciones de detención de sus camaradas presos, para dejar una huella gráfica de tan dramática situación.

Pasando del blanco y negro al color, los dibujos de Aurel repletos de imaginación y poesía, son reflejo de la tragedia y del drama, pero también de la resiliencia de ese dibujante que logró huir de los campos de concentración y viajar a Nueva York y a México, en donde fue amante de la pintora mexicana Frida Kahlo. «Solo regresaré a España-dijo Bartolí- cuando pueda escupir en la tumba de Franco».

Quien relata en la película todos estos hechos, es en nuestros días un anciano enfermo (el gendarme que ayudó a Bartolí), quien trasmite así esos recuerdos a su nieto, un joven dibujante entusiasmado al descubrir la existencia de Bartolí y las hazañas de su abuelo.

El tema de la transmisión de la memoria histórica y familiar de generación en generación, otorga una evidente coherencia al guion con idas y vueltas entre el pasado y el presente, y muestra al mismo tiempo la candente actualidad de esa temática: el racismo y el tratamiento inhumano con los inmigrantes, que vemos repetirse hoy en las fronteras de nuestra «civilizada» Europa.

Los polacos, los españoles, los portugueses, los argelinos o magrebíes de antaño, los inmigrantes y exiliados políticos o económicos, vienen hoy de otros horizontes, de los cinco continentes, huyendo de guerras y catástrofes diversas. Todos son seres humanos, como lo eran Josep y mis compatriotas republicanos españoles. Espero que los espectadores piensen en ellos cuando vean la magnífica película de Aurel.

Julio Feo Zarandieta
Periodista profesional en Francia desde 1976. He trabajado durante 35 años como periodista (Responsable de edición y critico de cine) en el servicio en castellano de Radio Francia Internacional. Pero también como corresponsal en Paris de diversos diarios y semanarios españoles y critico en Cine Classics (canal plus). Jubilado desde el 2013, escribo ahora en Periodistas en español y en Aquí Madrid. Miembro del Sindicato Francés de la critica de cine y de Fipresci, he cubierto numerosos festivales de cine internacionales, muy especialmente Cannes y San Sebastián. Militante antifranquista en los años sesenta, resido en Francia desde 1974, fecha en que me acordaron el asilo político. Hoy en día tengo la doble nacionalidad hispano francesa.

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