Se habla de él como un Muhammad Ali y Rosa Parks de nuestros días. Quizás en el momento en el que Colin Kaepernick decidió bajar la rodilla durante el himno de los Estados Unidos en un partido de NFL (la liga de fútbol americano) para protestar por el trato a la gente de color, no se imaginaba toda la cola que este acto iba a traer.
En el 2012, Kaepernick guió a los San Francisco 49ers al Super Bowl y un año más tarde, lo haría hasta la final de la conferencia que no pudieron ganar frente a los futuros vencedores del Super Bowl, los Seattle Seahawks. En su momento, tenía el quinto mejor ratio de anotaciones por intercepciones en toda la historia de la NFL.
En el 2016, después de unos años irregulares a nivel de desempeño en el campo, Kaepernick se arrodilló durante el himno antes de empezar un partido de pretemporada como forma de protesta.
El 1 de septiembre de 2016 volvió a protestar de esta forma, esta vez con su compañero Eric Reid acompañándolo antes del partido frente a los Chargers de San Diego. Los aficionados en este estadio lo abuchearon durante el partido al tomar esta iniciativa como una afrenta al himno del país, y aquí fue cuando la protesta empezó a elevarse a debates nacionales.
Kaepernick anunció durante este periodo que donaría un millón de dólares de sus 11.9 millones de salario a asociaciones caritativas. Mientras que el presidente de la nación, el entonces demócrata Barack Obama apoyaba la protesta pacífica de Kaepernick: «Le importan una serie de temas reales y legítimos de los cuales tenemos que debatir», el comisionado de la NFL, Roger Goodell, se alejaba de los propósitos del jugador: «No estoy necesariamente de acuerdo con lo que está haciendo».
Kaepernick protestó a lo largo de toda la temporada 2016. Los 4ers terminaron con un récord adverso de dos victorias por catorce derrotas, y Colin decidió finalizar su contrato al final de la temporada y buscar otro equipo.
El mariscal de campo se encuentra actualmente sin equipo, y los motivos de esta ausencia de los terrenos de juego es tan sorpresiva que levanta muchas suspicacias, debido a que en su momento era uno de los favoritos por las plataformas de apuestas NFL. Con la cantidad de mariscales de campo mediocres que están hoy en día fichando por equipos, se sospecha que los dueños de la NFL están saboteando su carrera porque prefieren alejarse de la atención que traería su figura.
Pero la realidad es que el mariscal de campo se mantuvo fiel a sus convicciones pese a todo el huracán que levantó en la NFL, en la industria deportiva y en todo el país norteamericano y el mundo.
Durante la temporada 2017, y ya alejado de los campos, su figura seguía estando en el centro del debate. Multitud de otros jugadores y equipos mostraban su solidaridad con el jugador al arrodillarse antes de los partidos, aunque no durante el himno. Uno de los casos más famosos es el de los Cowboys de Dallas que fueron acompañados incluso por el dueño Jerry Jones al arrodillarse. Kaepernick había creado un movimiento que perdura.
Se convirtió en la figura de Nike para una campaña publicitaria destinada a concienciar sobre la igualdad de razas e incluso tuvo un rol en evitar que se lanzaran unas zapatillas de esta famosa marca por considerar que utilizaban una bandera que suele ser la imagen de ciertos grupos racistas.
En una famosa publicidad de Nike llamada «Sueña a lo loco», Kapernick dijo: «Cree en algo, aunque ese algo signifique el sacrificar todo».
Los rumores de la vuelta de Kaepernick a los terrenos de juego siguen en pie y ahora más que nunca, el regreso del mariscal de campo parece estar cercano. Bastará con la voluntad de un dueño de franquicia, que se quiera alinear con lo que muchos reclaman como justicia.