Entre los estrenos de este verano en Francia, quiero romper una lanza por un primer largometraje: «La prueba de fuego» de Aurèlien Peyre, con un buen dúo de jóvenes actores y la revelación de Anja Verderosa. Excelentes ambos por su naturalidad en un recorrido de aprendizaje y paso a la edad adulta que resulta original en su desarrollo.

Si a primera vista se trata de una de esas películas que relatan amoríos y frustraciones de juventud durante las vacaciones del verano, con detalles o anécdotas inspiradas en las propias vivencias, Aurèlien Peyre va más allá de las apariencias y en su guion nos ofrece base de reflexión sobre el comportamiento de sus personajes de origen social y recorridos muy diferentes.
«L’Épreuve du feu» (La prueba de fuego) está inspirada o es en cierto modo una prolongación del mediometraje «Coqueluche» (2018) en donde Peyre abordaba ya un tema similar. Si en aquella ocasión la acción se situaba en la isla de Brehat (Côtes d’Armor), aquí se desarrolla por razones de producción en la isla de Noirmoutier (Vendée), con la misma idea de ofrecer al relato un huis-clos a cielo abierto en ese microcosmos veraniego reflejo de la fractura social.
Hugo interpretado por Félix Lefevre (revelación en 2020 en «Ete 85» de François Ozon) es un joven de diecinueve años muy acomplejado porque en su infancia padecía de obesidad siendo el blanco de las burlas de todos sus amigos. Tras recurrir a una operación es ahora un adolescente normal que recupera la confianza en sí mismo en una relación amorosa con Queen (la joven actriz Anja Verderosa, su primer papel en el cine), una chica de origen modesto, alegre, extrovertida, provocante y atractiva, que vive con su abuela y trabaja en Marsella en un salón de belleza.
Ambos pasan unos días de vacaciones en la isla en donde veranean todos los amigos de infancia de Hugo, juventud estudiantil dorada de la burguesía local cuyos códigos y «buenas maneras» ignora Queen. Con su perrita «Marylin», y sus largas uñas pintadas la «novia» de Hugo provoca al mismo tiempo fascinación en unos y rechazo en otros en el seno de esa pandilla. Toda una gama de reacciones y sentimientos que capta su puesta en escena.
Su encuentro con esa banda de chicos y chicas provoca inmediatamente en el grupo un rechazo clasista, pues Queen no ha seguido estudios superiores, no habla ni se comporta como ellos, es directa y sin complejos y su franqueza provoca desazón.
Pero Aurelien Peyre logra escapar en la caracterización de su personaje al estereotipo, y afirma que «nuestra preocupación al filmar era sobre todo evitar la sexualización o erotización del personaje de Queen y dar un tono naturalista y verídico al film».
La relación amorosa entre Hugo y Queen va a sufrir el ataque, las maniobras e intrigas diversas de esos «amigos» que no entienden como Hugo se ha buscado una pareja a la que consideran «vulgar» con evidente desprecio. El mecanismo de la exclusión social se pone en marcha cruelmente en ese decorado isleño, pues Queen no es bienvenida.
A través de esos dos personajes protagónicos de Hugo y Queen, bien trabajados en el guion coescrito con la guionista Charlotte Sanson, Aurelien Peyre aborda con sensibilidad la doble temática del determinismo social con el personaje femenino y del acoso entre adolescentes, en este caso el pasado obeso de Hugo.
Estrenada el pasado 13 de agosto en Francia, «L’epreuve du feu» es una tónica, sincera y cruel crónica humana, filmada con fluidez y sensibilidad por un joven autor del que espero volveremos a oír hablar.



