La Quinta de Mahler ha acogido la presentación del DVD La pantomima en escena que recoge el estreno hace ahora un año, el 27 de septiembre de 2015, en las Jornadas de zarzuela, celebradas en el Auditorio de Cuenca, de dos obras emblemáticas de la cartelera del Teatro de arte madrileño de mediados de la década de 1910, El sapo enamorado (1916), de Tomás Borrás y Pablo Luna, y El corregidor y la molinera (1917) de Martínez Sierra y Manuel de Falla.
El acto de presentación, que tuvo lugar el 13 de octubre de 2017, estuvo a cargo de Alberto González Lapuente, director de las Jornadas de zarzuela; Nacho de Paz, director musical del espectáculo; Rita Cosentino, directora de escena del espectáculo y Baldo Ruiz, intérprete del espectáculo en el papel del marido de la molinera.
Entre todos ellos compusieron con sus comentarios un fresco de lo que había sido el trabajo en equipo: un vestuario y una escenografía que huyen del costumbrismo sin repudiarlo, unos músicos no viciados por tendencias y escogidos entre los alumnos de Nacho de Paz, unos bailarines que no quisieran imitar los bailes grabados de El sombrero de tres picos, obra de la que es germen dramático El corregidor y la molinera… Todo se hizo nuevo según el espíritu novedoso y vanguardista que supuso la irrupción de la pantomima y su influencia en otros ámbitos artísticos, incluyendo la zarzuela.
Investigación sobre pantomima
Determinar este punto llevó una larga investigación, al tratarse de un género actualmente en desuso y que fue capturado por otras artes. Hay que remontarse en el tiempo para descubrir cómo llegó a Madrid a través del Teatro de arte (no confundir con el Teatro del Arte de Moscú), en el Teatro Eslava de Madrid, un espacio diseñado por Gregorio Martínez Sierra. De su mano, las pantomimas fueron una propuesta de vanguardia que tomó como modelo muchas de las novedades escénicas de la época en los teatros europeos y americanos.
La directora de escena, Rita Cosentino, tuvo que recordar, a petición de la mesa, que la pantomima es una mezcla de teatro y danza que procede de un modo casi directo del cine mudo del que tomó la gestualidad y que «a partir de allí, el teatro empieza a incorporar intérpretes así como los principios básicos de la danza».
Sin embargo, no se trata de un teatro insuflado de danza sino que han huido justamente de eso y han tenido mucho cuidado de que los bailarines no desparramen sino que se ciñan a los movimientos precisos que la caracterización requiere y sólo a ellos, para lo cual es necesario que abandonen, no bien empezados, los amplios movimientos de la danza.
Así lo atestigua el allí presente Baldo Ruiz, intérprete del espectáculo en el papel del marido de la molinera, para quien el ir sin ninguna referencia previa le valió el ser seleccionado, mientras que (esto lo añade el director musical) el resto de los bailarines que habían llegado al casting imitando la grabación Picasso/Falla de El sombrero de tres picos, quedaron fuera. Querían algo muy nuevo y construido en equipo. Todos daban ideas sobre cada papel y no sólo sobre el suyo propio, aparte de que las notas de los creadores Pablo Luna y Manuel de Falla son tan extensamente novelescas, que había donde escoger.
El resultado ha sido un trabajo que roza el expresionismo superándolo al convertirse en algo muy ligero y vistoso, algo de lo que no puedes apartar los ojos, donde la comicidad supera lo dramático y la alegría se desborda en los colores vivos de los novedosos diseños. «Nunca se me ocurriría disfrazar al sapo de sapo», afirma Rita Cosentino, añadiendo que el traje con que se viste a cada personaje da ya la medida del mismo y define sus movimientos y sus actitudes, coincidiendo con lo que cuenta a este propósito la ganadora de un Goya, Ivon Blake.
Asimismo, añadió Cosentino, «construimos un suelo nuevo a la medida camerística de la pantomima, todo en dimensiones muy recogidas, para que nada se saliera de aquellas medidas originales, aunque el escenario real donde se represente ahora sea mucho más grande.» Era un género íntimo, de teatro de cámara, con un foso para apenas cinco músicos y así debían ser el resto de las proporciones.
Título del DVD: ‘La pantomima en escena’
Director musical: Nacho de Paz
Directora de escena: Rita Cosentino
Coregógrafo: Fernando Lázaro
Intérpretes: María González, Balbino Lacosta, Aarón Martín, Baldo Ruiz, Estrella Martín, Rodrigo Mendiola, Ramón Merlo, Beatriz Oleaga
Producción: Fundación Jacinto e Inocencio Guerrero, en colaboración con el Teatro de la Zarzuela de Madrid y el Centro de Documentación y Archivo (Cedoa) de la SGAE.
Las jornadas de zarzuela, organizadas por la Fundación Jacinto e Inocencio Guerrero en Cuenca, han acogido la grabación de este DVD, que es el segundo de la colección. El primero fue El increíble Pérez, del maestro T. L. Torregrosa.